No al divorcio

Satanás divide las parejas,
María las reune
Mientras el espíritu del mal está trabajando para destruir las parejas, aquí la Virgen no cesa de hacer milagros para reconciliarlas. En Septiembre de 1995, Martina y Carlos, 50 años, pasan una semana en Medj. Son artesanos franceses y estaban pasando por graves problemas financieros.
Pero sobretodo el diálogo de pareja estaba totalmente quebrado desde hace años. Carlos sufre de sordera, su oído izquierdo está físicamente muerto. Además él sufre de depresión y se cierra en su sufrimiento, provocando graves tensiones en toda la familia.
Los primeros dos días Carlos queda silencioso en su pequeño ángulo, mientras que Martina
participa completamente a la oración de la Parroquia. Ella le ofrece sus penas a Dios y pide con confianza a María la sanación de Carlos y de la unión de ellos. Al tercer dìa le pide a Jesús que venga a curar el oído de Carlos con su Preciosa Sangre. Esa misma tarde Carlos siente algo en su oído, un líquido que cola pero que queda invisible.
La mañana siguiente, con gran sorpresa, !oye perfectamente de los dos oídos! Entonces se descubre por primera vez también la bella sonrisa de Carlos, quién entra poco a poco en la oración y se abre también a los demás. Con el Sacramento de la reconciliación y de la Eucaristía, una alegría, desconocida hasta ahora, se vuelca en su corazón, y una pareja totalmente nueva sube al pullman el día del regreso. Habían encontrado la gracia del Sacramento del matrimonio.
El médico que lo curaba no logra entender nada: el órgano está siempre clínicamente «muerto», y sin embargo Carlos oye muy bien. De una pareja desunida, triste y sin diálogo, Jesús y María han hecho una pareja feliz, un maravilloso hogar de amor y también fuente de sanación para las demás familias. El próximo mes regresarán a Medj. para dar gracias. (Del diario di Sor Emmanuele)

¿Esperas el divorcio para comenzar a rezar el Rosario? ¿aunque sea 3 minutos un misterio?
Familia que reza unida, permanece unida.
Si quieres a tu familia, ¡reza!
Después no digas que no te lo advertimos.

¡ Ave María puríssima !

Gracias por tu apoyo. Recemos unos por otros.

Unidos en el Corazón de la Sagrada Familia,