La Santa Misa

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LA SANTA MISA TESTIMONIO DE CATALINA RIVAS

Era la vigilia del día de la Anunciación y los componentes del grupo nuestro habíamos ido a confesarnos. Algunas de las señoras del grupo de oración no alcanzaron a hacerlo y dejaron su confesión para el día siguiente antes de la Santa Misa. Cuando llegué al día siguiente a la Iglesia un poco atrasada, el señor Arzobispo y los sacerdotes ya estaban saliendo al presbiterio.

Dijo la Virgen con aquella voz tan suave y femenina que a una le endulza el alma: “Hoy es un día de aprendizaje para ti y quiero que prestes mucha atención, porque de lo que seas testigo hoy, todo lo que vivas en este día, tendrás que participarlo a la humanidad”. Me quedé sobrecogida sin entender pero procurando estar muy atenta.

Lo primero que percibí es que había un coro de voces muy hermosas que cantaban como si estuviesen lejos, a momentos se acercaba y luego se alejaba la música como con el sonido del viento.

El señor Arzobispo empezó la Santa Misa, y al llegar a la Oración Penitencial, dijo la Santísima Virgen:

“Desde el fondo de tu corazón, pide perdón al Señor por todas tus culpas, por haberlo ofendido, así podrás participar dignamente de este privilegio que es asistir a la Santa Misa.”

Seguramente que por una fracción de segundo pensé: “Pero si estoy en Gracia de Dios, me acabo de confesar anoche”.

Ella contestó: “¿Y tú crees que desde anoche no has ofendido al Señor? Déjame que Yo te recuerde algunas cosas. Cuando salías para venir aquí, la muchacha que te ayuda se acercó para pedirte algo y como estabas con retraso, a la apurada, le contestaste no de muy buena forma. Eso ha sido una falta de caridad de tu parte y dices no haber ofendido a Dios…?”

“De camino hacia acá un autobús se atravesó en tu camino, casi te choca y te expresaste en forma poco conveniente contra ese pobre hombre, en lugar de venir haciendo tus oraciones, preparándote para la Santa Misa. Has faltado a la caridad y has perdido la paz, la paciencia. ¿Y dices no haber lastimado al Señor…?”

“En el último momento llegas, cuando ya la procesión de los celebrantes está saliendo para celebrar la Misa…y vas a participar de ella sin una previa preparación….”

-Ya, Madre Mía, ya no me digas más, no me recuerdes más cosas porque me voy a morir de pesar y vergüenza- contesté.

“¿Por qué tienen que llegar en el último momento? Ustedes deberían estar antes para poder hacer una oración y pedir al Señor que envíe Su Santo Espíritu, que les otorgue un espíritu de paz que eche fuera el espíritu del mundo, las preocupaciones, los problemas y las distracciones para ser capaces de vivir este momento tan sagrado. Pero llegan casi al comenzar la celebración, y participan como si participaran de un evento cualquiera, sin ninguna preparación espiritual. ¿Por qué? Es el Milagro más grande, van a vivir el momento de regalo más grande de parte del Altísimo y no lo saben apreciar.”

Era bastante. Me sentía tan mal que tuve más que suficiente para pedir perdón a Dios, no solamente por las faltas de ese día, sino por todas las veces que, como muchísimas otras personas, esperé a que termine la homilía del sacerdote para entrar en la Iglesia. Por las veces que no supe o me negué a comprender lo que significaba estar allí, por las veces que tal vez habiendo estado mi alma llena de pecados más graves, me había atrevido a participar de la Santa Misa.

Era día de Fiesta y debía recitarse el Gloria. Dijo nuestra Señora: “Glorifica y bendice con todo tu amor a la Santísima Trinidad en tu reconocimiento como criatura Suya”.

Qué distinto fue aquel Gloria. De pronto me veía en un lugar lejano, lleno de luz ante la Presencia Majestuosa del Trono de Dios, y con cuánto amor fui agradeciendo al repetir: “…Por tu inmensa Gloria Te alabamos, Te bendecimos, Te adoramos, Te glorificamos, Te damos gracias, Señor, Dios Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso y evoqué el rostro paternal del Padre lleno de bondad… Señor, Hijo único Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre, Tú que quitas el pecado del mundo…” Y Jesús estaba delante de mí, con ese rostro lleno de ternura y Misericordia: “…porque sólo Tú eres Dios, sólo Tú, Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo…” el Dios del Amor hermoso, Aquel que en ese momento estremecía todo mi ser…

Y pedí: “Señor, libérame de todo espíritu malo, mi corazón te pertenece, Señor mío envíame tu paz para conseguir el mejor provecho de esta Eucaristía y que mi vida dé sus mejores frutos. Espíritu Santo de Dios, transfórmame, actúa en mí, guíame ¡Oh Dios, dame los dones que necesito para servirte mejor…!”

Llegó el momento de la Liturgia de la Palabra y la Virgen me hizo repetir: “Señor, hoy quiero escuchar Tu Palabra y producir fruto abundante, que Tu Santo Espíritu limpie el terreno de mi corazón, para que Tu Palabra crezca y se desarrolle, purifica mi corazón para que esté bien dispuesto.”

“Quiero que estés atenta a las lecturas y a toda la homilía del sacerdote. Recuerda que la Biblia dice que la Palabra de Dios no vuelve sin haber dado fruto. Si tú estás atenta, va a quedar algo en ti de todo lo que escuches. Debes tratar de recordar todo el día esas Palabras que dejaron huella en ti. Serán dos frases unas veces, luego será la lectura del Evangelio entera, tal vez solo una palabra, paladear el resto del día y eso hará carne en ti porque esa es la forma de transformar la vida, haciendo que la Palabra de Dios lo transforme a uno”.

“Y ahora, dile al Señor que estás aquí para escuchar lo que quieres que El diga hoy a tu corazón”.

Nuevamente agradecí a Dios por darme la oportunidad de escuchar Su Palabra y le pedí perdón por haber tenido el corazón tan duro por tantos años y haber enseñado a mis hijos que debían ir a Misa los domingos, porque así lo mandaba la Iglesia, no por amor, por necesidad de llenarse de Dios…

Yo que había asistido a tantas Eucaristías, más por compromiso; y con ello creía estar salvada. De vivirla, ni soñar, de poner atención en las lecturas y la homilía del sacerdote, menos.

¡Cuánto dolor sentí por tantos años de pérdida inútil, por mi ignorancia!… ¡Cuánta superficialidad en las Misas a las que asistimos porque es una boda, una Misa de difunto o porque tenemos que hacernos ver con la sociedad! ¡Cuánta ignorancia sobre nuestra Iglesia y sobre los Sacramentos! ¡Cuánto desperdicio en querer instruirnos y culturizarnos en las cosas del mundo, que en un momento pueden desaparecer sin quedarnos nada, y que al final de la vida no nos sirven ni para alargar un minuto a nuestra existencia! Y sin embargo, de aquello que va a ganarnos un poco del cielo en la tierra y luego la vida eterna, no sabemos nada, ¡Y nos llamamos hombres y mujeres cultos…!

Un momento después llegó el Ofertorio y la Santísima Virgen dijo “Reza así: (y yo La seguía) Señor, te ofrezco todo lo que soy, lo que tengo, lo que puedo, todo lo pongo en Tus manos. Edifica Tú, Señor con lo poco que soy. Por los méritos de Tu Hijo, transfórmame, Dios Altísimo. Te pido por mi familia, por mis bienhechores, por cada miembro de nuestro Apostolado, por todas las personas que nos combaten, por aquellos que se encomiendan a mis pobres oraciones… Enséñame a poner mi corazón en el suelo para que su caminar sea menos duro. Así oraban los santos, así quiero que lo hagan”. Y es que así lo pide Jesús, que pongamos el corazón en el suelo para que ellos no sientan la dureza, sino que los aliviemos con el dolor de aquel pisotón.

De pronto empezaron a ponerse de pie unas figuras que no había visto antes. Era como si del lado de cada persona que estaba en la Catedral, saliera otra persona y aquello se llenó de unos personajes jóvenes, hermosos. Iban vestidos con túnicas muy blancas y fueron saliendo hasta el pasillo central dirigiéndose hacia el Altar.

Dijo nuestra Madre: “Observa, son los Ángeles de la Guarda de cada una de las personas que está aquí. Es el momento en que su Ángel de la Guarda lleva sus ofrendas y peticiones ante el Altar del Señor.”

En aquel momento, estaba completamente asombrada, porque esos seres tenían rostros tan hermosos, tan radiantes como no puede uno imaginarse. Lucían unos rostros muy bellos, casi femeninos, sin embargo la complexión de su cuerpo, sus manos, su estatura era de hombre. Los pies desnudos no pisaban el suelo, sino que iban como deslizándose, como resbalando. Aquella procesión era muy hermosa.

Algunos de ellos tenían como una fuente de oro con algo que brillaba mucho con una luz blanca-dorada, dijo la Virgen: “Son los Ángeles de la Guarda de las personas que están ofreciendo esta Santa Misa por muchas intenciones, aquellas personas que están conscientes de lo que significa esta celebración, aquellas que tienen algo que ofrecer al Señor…”

“OFREZCAN EN ESTE MOMENTO, OFREZCAN SUS PENAS, SUS DOLORES, SUS ILUSIONES, SUS TRISTEZAS, SUS ALEGRÍAS, SUS PETICIONES. RECUERDEN QUE LA MISA TIENE UN VALOR INFINITO POR LO TANTO, SEAN GENEROSOS EN OFRECER Y EN PEDIR.”

Detrás de los primeros Ángeles venían otros que no tenían nada en las manos, las llevaban vacías. Dijo la Virgen: “Son los Ángeles de las personas que estando aquí, no ofrecen nunca nada, que no tienen interés en vivir cada momento litúrgico de la Misa y no tienen ofrecimientos que llevar ante el Altar del Señor.”

En último lugar iban otros Ángeles que estaban medio tristones, con las manos juntas en oración pero con la mirada baja. “Son los Ángeles de la Guarda de las personas que estando aquí, no están, es decir de las personas que han venido forzadas, que han venido por compromiso, pero sin ningún deseo de participar de la Santa Misa y los Ángeles van tristes porque no tienen qué llevar ante el Altar, salvo sus propias oraciones.”

“No entristezcan a su Ángel de la Guarda… Pidan mucho, pidan por la CONVERSIÓN DE LOS PECADORES, POR LA PAZ DEL MUNDO, POR SUS FAMILIARES, SUS VECINOS, POR QUIENES SE ENCOMIENDAN A SUS ORACIONES. Pidan, pidan mucho, pero no sólo por ustedes, SINO POR LOS DEMÁS.”

“Recuerden que el ofrecimiento que más agrada al Señor es cuando se ofrecen ustedes mismos como holocausto, para que Jesús, al bajar, los transforme por Sus propios méritos. ¿Qué tienen que ofrecer al Padre por sí mismos? La nada y el pecado, pero al ofrecerse unidos a los méritos de Jesús, aquel ofrecimiento es grato al Padre.”

Aquel espectáculo, aquella procesión era tan hermosa que difícilmente podría compararse a otra. Todas aquellas criaturas celestiales haciendo una reverencia ante el Altar, unas dejando su ofrenda en el suelo, otras postrándose de rodillas con la frente casi en el suelo y luego que llegaban allá desaparecían a mi vista.

Llegó el momento final del Prefacio y cuando la asamblea decía: “Santo, Santo, Santo” de pronto, todo lo que estaba detrás de los celebrantes desapareció. Del lado izquierdo del señor Arzobispo hacia atrás en forma diagonal aparecieron miles de Ángeles, pequeños, Ángeles grandes, Ángeles con alas inmensas, Ángeles con alas pequeñas, Ángeles sin alas, como los anteriores; todos vestidos con unas túnicas como las albas blancas de los sacerdotes o los monaguillos.

Todos se arrodillaban con las manos unidas en oración y en reverencia inclinaban la cabeza. Se escuchaba una música preciosa, como si fueran muchísimos coros con distintas voces y todos decían al unísono junto con el pueblo: Santo, Santo, Santo…

Había llegado el momento de la Consagración, el momento del más maravilloso de los Milagros… Del lado derecho del Arzobispo hacia atrás en forma también diagonal, una multitud de personas, iban vestidas con la misma túnica pero en colores pastel: rosa, verde, celeste, lila, amarillo; en fin, de distintos colores muy suaves. Sus rostros también eran brillantes, llenos de gozo, parecían que todos tenían la misma edad. Se podía apreciar (y no puedo decirlo por qué) que había gente de distintas edades, pero todos parecían igual en las caras, sin arrugas, felices. Todos se arrodillaban también ante el canto de “Santo, Santo, Santo, es el Señor.”

Dijo nuestra Señora: “Son todos los Santos y Bienaventurados del cielo y entre ellos, también están las almas de los FAMILIARES de ustedes que gozan ya de la Presencia de Dios.”

Entonces La vi. Allá justamente a la derecha del señor Arzobispo… un paso detrás del celebrante, estaba un poco suspendida del suelo, arrodillada sobre unas telas muy finas, transparentes pero a la vez luminosas, como agua cristalina, La Santísima Virgen, con las manos unidas, mirando atenta y respetuosamente al celebrante. Me hablaba desde allá, pero silenciosamente, directamente al corazón, sin mirarme.

“¿Te llama la atención verme un poco más atrás de Monseñor, verdad? Así debe ser… Con todo lo que Me ama Mi Hijo, no Me Ha dado la dignidad que DA A UN SACERDOTE DE PODER TRAERLO ENTRE MIS MANOS DIARIAMENTE, COMO LO HACEN LAS MANOS SACERDOTALES. Por ello siento tan profundo respeto por un sacerdote y por todo el milagro que Dios realiza a través suyo, que me obliga a arrodillarme aquí.”

¡Dios mío, cuánta dignidad, cuánta gracia derrama el Señor sobre las almas sacerdotales y ni nosotros, ni tal vez muchos de ellos estamos concientes!

Delante del altar, empezaron a salir unas sombras de personas en color gris que levantaban las manos hacia arriba. Dijo la Virgen Santísima: “Son las almas benditas del Purgatorio que están a la espera de las oraciones de ustedes para refrescarse. No dejen de rezar por ellas. Piden por ustedes, pero no pueden pedir por ellas mismas, son ustedes quienes tienen que pedir por ellas para ayudarlas a salir para encontrarse con Dios y gozar de Él eternamente.”

“Ya lo ves, aquí Estoy todo el tiempo… La gente hace peregrinaciones y busca los lugares de Mis apariciones, y está bien por todas las gracias que allá se reciben, pero en ninguna aparición, en ninguna parte Estoy más tiempo presente que en la Santa Misa. Al pie del Altar donde se celebra la Eucaristía, siempre Me van a encontrar; al pie del Sagrario permanezco Yo con los Ángeles, porque Estoy siempre con Él.”

Ver ese rostro hermoso de la Madre en aquel momento del “Santo”, al igual que todos ellos, con el rostro resplandeciente, con las manos juntas en espera de aquel milagro que se repite continuamente, era estar en el mismo cielo. Y pensar que hay gente, habemos personas que podemos estar en ese momento distraídas, hablando… Con dolor lo digo, muchos varones más que mujeres, que de pie cruzan los brazos, como rindiéndole un homenaje de pie al Señor, de igual a igual.

Dijo la Virgen: “Dile al ser humano, que nunca un hombre es más hombre que cuando dobla las rodillas ante Dios.”

El celebrante dijo las palabras de la “Consagración”. Era una persona de estatura normal, pero de pronto empezó a crecer, a volverse lleno de luz, una luz sobrenatural entre blanca y dorada lo envolvía y se hacía muy fuerte en la parte del rostro, de modo que no podía ver sus rasgos. Cuando levantaba la forma vi sus manos y tenían unas marcas en el dorso de las cuales salía mucha luz.

¡Era Jesús!… Era Él que con Su Cuerpo envolvía el del celebrante como si rodeara amorosamente las manos del señor Arzobispo. En ese momento la Hostia comenzó a crecer y crecer enorme y en ella, EL ROSTRO MARAVILLOSO DE JESÚS MIRANDO HACIA SU PUEBLO.

Por instinto quise bajar la cabeza y dijo nuestra Señora:

“No agaches la mirada, levanta la vista, contémplalo, cruza tu mirada con la Suya y repite la oración de Fátima: Señor, yo creo, adoro, espero y Te amo, Te pido perdón por aquellos que no creen, no adoran, no esperan y no Te aman. Perdón y Misericordia… Ahora dile cuánto lo amas, rinde tu homenaje al Rey de Reyes.”

Se lo dije, parecía que sólo a mí me miraba desde la enorme Hostia, pero supe que así contemplaba a cada persona, lleno de amor… Luego bajé la cabeza hasta tener la frente en el suelo, como hacían todos los Ángeles y bienaventurados del Cielo. Por fracción de un segundo tal vez, pensé qué era aquello que Jesús tomaba el cuerpo del celebrante y al mismo tiempo estaba en la Hostia que al bajarla el celebrante se volvía nuevamente pequeña. Tenía yo las mejillas llenas de lágrimas, no podía salir de mi asombro.

Inmediatamente Monseñor dijo las palabras consagratorias del vino y junto a sus palabras, empezaron unos relámpagos en el cielo y en el fondo. No había techo de la Iglesia ni paredes, estaba todo oscuro solamente aquella luz brillante en el Altar.

De pronto suspendido en el aire, vi a Jesús, crucificado, de la cabeza a la parte baja del pecho. El tronco transversal de la cruz estaba sostenido por unas manos grandes, fuertes. De en medio de aquel resplandor se desprendió una lucecita como de una paloma muy pequeña muy brillante, dio una vuelta velozmente toda la Iglesia y se fue a posar en el hombro izquierdo del señor Arzobispo que seguía siendo Jesús, porque podía distinguir Su melena y Sus llagas luminosas, Su cuerpo grande, pero no veía Su Rostro.

Arriba, Jesús crucificado, estaba con el rostro caído sobre el lado derecho del hombro Podía contemplar el rostro y los brazos golpeados y descarnados. En el costado derecho tenía una herida en el pecho y salía a borbotones, hacia la izquierda sangre y hacia la derecha, pienso que agua pero muy brillante; más bien eran chorros de luz que iban dirigiéndose hacia los fieles moviéndose a derecha e izquierda. ¡Me asombraba la cantidad de sangre que fluía hacia del Cáliz. Pensé que iba a rebalsar y manchar todo el Altar, pero no cayó una sola gota!

Dijo la Virgen en ese momento: “Este es el MILAGRO DE LOS MILAGROS, te lo He repetido, para el Señor no existe ni tiempo ni distancia y en el momento de la Consagración, toda la asamblea es trasladada al pie del Calvario en el instante de la crucifixión de Jesús.”

¿Puede alguien imaginarse eso? Nuestros ojos no lo pueden ver, pero todos estamos allá, en el momento en que a Él lo están crucificando y Está pidiendo perdón al Padre, no solamente por quienes lo matan, sino por cada uno de nuestros pecados: ¡PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN!

A partir de aquel día, no me importa si me toman como a loca, pero pido a todos que se arrodillen, que traten de vivir con el corazón y toda la sensibilidad de que son capaces aquel privilegio que el Señor nos concede.

Cuando íbamos a rezar el Padrenuestro, habló el Señor por primera vez durante la celebración y dijo: “Espera, Quiero que ores con la mayor profundidad que seas capaz y que en este momento, traigas a tu memoria a la persona o a las personas que más daño te hayan ocasionado durante tu vida, para que las abraces junto a tu pecho y les digas de todo corazón: ‘EN EL NOMBRE DE JESÚS YO TE PERDONO Y TE DESEO LA PAZ. EN EL NOMBRE DE JESÚS TE PIDO PERDÓN Y DESEO MI PAZ’. Si esa persona merece la paz, la va a recibir y le hará mucho bien; si esa persona no es capaz de abrirse a la paz, esa paz volverá a tu corazón. Pero no Quiero que recibas y des la paz a otras personas cuando no eres capaz de perdonar y sentir esa paz primero en tu corazón.”

“Cuidado con lo que hacen” –continuó el Señor- “Ustedes repiten en el Padrenuestro: perdónanos así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Si ustedes son capaces de perdonar y no olvidar, como dicen algunos, están condicionando el perdón de Dios. Están diciendo perdóname únicamente como yo soy capaz de perdonar, no más allá.”

No sé cómo explicar mi dolor, al comprender cuánto podemos herir al Señor y cuánto podemos lastimarnos nosotros mismos con tantos rencores, sentimientos malos y cosas feas que nacen de los complejos y de las susceptibilidades. Perdoné, perdoné de corazón y pedí perdón a todos los que me habían lastimado alguna vez, para sentir la paz del Señor.

El celebrante decía: “….concédenos la paz y la unidad… y luego: “la paz del Señor esté con todos ustedes…”

De pronto vi que en medio de algunas personas que se abrazaban (no todos), se colocaba en medio una luz muy intensa, supe que era Jesús y me abalancé prácticamente a abrazar a la persona que estaba a mi lado. Pude sentir verdaderamente el abrazo del Señor en esa luz, era Él que me abrazaba para darme Su paz, porque en ese momento había sido yo capaz de perdonar y de sacar de mi corazón todo dolor contra otras personas. Eso es lo que Jesús quiere, compartir ese momento de alegría abrazándonos para desearnos Su Paz.

Llegó el momento de la comunión de los celebrantes, ahí volví a notar la presencia de todos los sacerdotes junto a Monseñor. Cuando él comulgaba, dijo la Virgen:

“Este es el momento de pedir por el celebrante y los sacerdotes que lo acompañan, repite junto a Mí: Señor, bendícelos, santifícalos, ayúdalos, purifícalos, ámalos, cuídalos, sostenlos con Tu Amor… Recuerden a todos los sacerdotes del mundo, oren por todas las almas consagradas…”

Hermanos queridos, ese es el momento en que debemos pedir porque ellos son Iglesia, como también lo somos nosotros los laicos. Muchas veces los laicos exigimos mucho de los sacerdotes, pero somos incapaces de rezar por ellos, de entender que son personas humanas, de comprender y valorar la soledad que muchas veces puede rodear a un sacerdote. Debemos comprender que los sacerdotes son personas como nosotros y que necesitan comprensión, cuidado, que necesitan afecto, atención de parte de nosotros, porque están dando su vida por cada uno de nosotros, como Jesús, consagrándose a él.

El Señor quiere que la gente del rebaño que le ha encomendado Dios ore y ayude en la santificación de su Pastor. Algún día, cuando estemos al otro lado, comprenderemos la maravilla que el Señor ha hecho al darnos sacerdotes que nos ayuden a salvar nuestra alma.

Empezó la gente a salir de sus bancas para ir a comulgar. Había llegado el gran momento del encuentro, de la “Comunión”, el Señor me dijo: “Espera un momento, quiero que observes algo…” por un impulso interior levanté la vista hacia la persona que iba a recibir la comunión en la lengua de manos del sacerdote.

Debo aclarar que esta persona era una de las señoras de nuestro grupo que la noche anterior no había alcanzado a confesarse, y lo hizo recién esa mañana, antes de la Santa Misa. Cuando el sacerdote colocaba la Sagrada Forma sobre su lengua, como un flash de luz, aquella luz muy dorada-blanca atravesó a esta persona por la espalda primero y luego fue bordeándola en la espalda, los hombros y la cabeza. Dijo el Señor:

“¡Así es como Yo Me complazco en abrazar a un alma que viene con el corazón limpio a recibirme!”

El matiz de la voz de Jesús era de una persona contenta. Yo estaba atónita mirando a esa amiga volver hacia su asiento rodeada de luz, abrazada por el Señor, y pensé en la maravilla que nos perdemos tantas veces por ir con nuestras pequeñas o grandes faltas a recibir a Jesús, cuando tiene que ser una fiesta.

Muchas veces decimos que no hay sacerdotes para confesarse a cada momento y el problema no está en confesarse a cada momento, el problema radica en nuestra facilidad para volver a caer en el mal. Por otro lado, así como nos esforzamos por ir a buscar un salón de belleza o los señores un peluquero cuando tenemos una fiesta, tenemos que esforzarnos también en ir a buscar un sacerdote cuando necesitamos que saque todas esas cosas sucias de nosotros, pero no tener la desfachatez de recibir a Jesús en cualquier momento con el corazón lleno de cosas feas.

Cuando me dirigía a recibir la comunión Jesús repetía:

“La última cena fue el momento de mayor intimidad con los Míos. En esa hora del amor, instauré lo que ante los ojos de los hombres podría ser la mayor locura, HACERME PRISIONERO DEL AMOR. INSTAURÉ LA EUCARISTÍA. Quise permanecer con ustedes hasta la consumación de los siglos, porque Mi Amor no podía soportar que quedaran huérfanos aquellos a quienes amaba más que a Mi vida…”

Recibí aquella Hostia, que tenía un sabor distinto, era una mezcla de sangre e incienso que me inundó entera. Sentía tanto amor que las lágrimas me corrían sin poder detenerlas… Cuando llegué a mi asiento, al arrodillarme dijo el Señor: “Escucha…” Y en un momento comencé a escuchar dentro de mí las oraciones de una señora que estaba sentada delante de mí y que acababa de comulgar.

Lo que ella decía sin abrir la boca era más o menos así: “Señor, acuérdate que estamos a fin de mes y que no tengo el dinero para pagar la renta, la cuota del auto, los colegios de los chicos, tienes que hacer algo para ayudarme… Por favor, haz que mi marido deje de beber tanto, no puedo soportar más sus borracheras y mi hijo menor, va a perder el año otra vez si no lo ayudas, tiene exámenes esta semana… Y no te olvides de la vecina que debe mudarse de casa, que lo haga de una vez porque ya no la puedo aguantar… etc., etc.

De pronto el señor Arzobispo dijo: “Oremos” y obviamente toda la asamblea se puso de pie para la oración final. Jesús dijo con un tono triste:

“¿Te has dado cuenta? Ni una sola vez Me ha dicho que Me ama, ni una sola vez ha agradecido el don que Yo le He hecho de bajar Mi Divinidad hasta su pobre humanidad, para elevarla hacia Mí. Ni una sola vez ha dicho: gracias, Señor. Ha sido una letanía de pedidos… y así son casi todos los que vienen a recibirme.”

“Yo He muerto por amor y Estoy resucitado. Por amor espero a cada uno de ustedes y por amor permanezco con ustedes…, pero ustedes no se dan cuenta que necesito de su amor. Recuerda que SOY EL MENDIGO DEL AMOR en esta hora sublime para el alma.”

¿Se dan cuenta ustedes de que Él, el Amor, está pidiendo nuestro amor y no se lo damos? Es más, evitamos ir a ese encuentro con el Amor de los Amores, con el único amor que se da en oblación permanente.

Cuando el celebrante iba a impartir la bendición, la Santísima Virgen dijo: “Atenta, cuidado… Ustedes hacen un garabato en lugar de la señal de la Cruz. Recuerda que esta bendición puede ser la última que recibas en tu vida, de manos de un sacerdote. Tú no sabes si saliendo de aquí vas a morir o no y no sabes si vas a tener la oportunidad de que otro sacerdote te de una bendición. Esas manos consagradas te están dando la bendición en el Nombre de la Santísima Trinidad, por lo tanto, HAZ LA SEÑAL DE LA CRUZ CON RESPETO Y COMO SI FUERA LA ÚLTIMA DE TU VIDA.”

¡Cuántas cosas nos perdemos al no entender y al no participar todos los días de la Santa Misa! ¿Por qué no hacer un esfuerzo de empezar el día media hora antes para correr a la Santa Misa y recibir todas las bendiciones que el Señor quiere derramar sobre nosotros?

Estoy consciente de que no todos, por sus obligaciones pueden hacerlo diariamente, pero al menos dos o tres veces por semana, sí y sin embargo tantos esquivan la Misa del domingo con el pequeño pretexto de que tienen un niño chico o dos o diez y por lo tanto no pueden asistir a Misa… ¿Cómo hacen cuando tienen otro tipo de compromisos importantes? Cargan con todos los niños o se turnan y el esposo va a una hora y la esposa a otra hora, pero cumplen con Dios.

Tenemos tiempo para estudiar, para trabajar, para divertirnos, para descansar, pero NO TENEMOS TIEMPO PARA IR AL MENOS EL DOMINGO A LA SANTA MISA.

Jesús me pidió que me quedara con Él unos minutos más luego de terminada la Misa. Dijo:

“No salgan a la carrera terminada la Misa, quédense un momento en Mi Compañía, disfruten de ella y déjenme disfrutar de la de ustedes…”

Había oído a alguien de niña decir que el Señor permanecía en nosotros como 5 o 10 minutos luego de la comunión. Se lo pregunté en ese momento:

Señor, verdaderamente, ¿cuánto tiempo te quedas luego de la comunión con nosotros?

Supongo que el Señor se debió reír de mi tontera porque contestó:

Nuestro Señor:

“Todo el tiempo que tú quieras tenerme contigo. Si me hablas todo el día, dedicándome unas palabras durante tus quehaceres, te escucharé. Yo estoy siempre con ustedes, son ustedes los que Me dejan a Mí. Salen de la Misa y se acabó el día de guardar, cumplieron con el día del Señor y se acabó, no piensan que Me gustaría compartir su vida familiar con ustedes, al menos ese día.”

“Ustedes en sus casas tienen un lugar para todo y una habitación para cada actividad: un cuarto para dormir, otro para cocinar, otro para comer, etc. etc. ¿Cuál es el lugar que han hecho para Mí? Debe ser un lugar no solamente donde tengan una imagen que está empolvada todo el tiempo, sino un lugar donde al menos 5 minutos al día la familia se reúna para agradecer por el día, por el don de la vida, para pedir por sus necesidades del día, pedir bendiciones, protección, salud… Todo tiene un lugar en sus casas, menos Yo”.

“Los hombres programan su día, su semana, su semestre, sus vacaciones, etc. Saben qué día van a descansar, qué día ir al cine o a una fiesta, a visitar a la abuela o los nietos, los hijos, a los amigos, a sus diversiones. ¿Cuántas familias dicen una vez al mes al menos: “Este es el día en que nos toca ir a visitar a Jesús en el Sagrario” y viene toda la familia a conversar Conmigo, a sentarse frente a Mí y conversarme, contarme cómo les fue durante el último tiempo, contarme los problemas, las dificultades que tienen, pedirme lo que necesitan… ¡Hacerme partícipe de sus cosas!? ¿Cuántas veces?”

“Yo lo sé todo, leo hasta en lo más profundo de sus corazones y sus mentes, pero me gusta que me cuenten ustedes sus cosas, que Me hagan partícipe como a un familiar, como al más íntimo amigo” ¡Cuántas gracias se pierde el hombre por no darme un lugar en su vida!”

Cuando me quedé aquel día con Él y en muchos otros días, fue dándonos enseñanzas y hoy quiero compartir con ustedes en esta misión que me han encomendado. Dice Jesús:

“Quise salvar a mi criatura, porque el momento de abrirles la puerta del Cielo ha sido preñado con demasiado dolor…” “Recuerda que ninguna madre ha alimentado a su hijo con su carne, Yo He llegado a ese extremo de Amor para comunicarles mis méritos.”

“La Santa Misa Soy Yo mismo prolongando Mi vida y Mi sacrificio en la Cruz entre ustedes. Sin los méritos de Mi vida y de Mi Sangre, ¿qué tienen para presentarse ante el Padre? La nada, la miseria y el pecado…”

“Ustedes deberían exceder en virtud a los Ángeles y Arcángeles, porque ellos no tienen la dicha de recibirme como alimento, ustedes sí. Ellos beben una gota del manantial, pero ustedes que tienen la gracia de recibirme, tienen todo el océano para beberlo.”

La otra cosa de la que habló con dolor el Señor fue de las personas que hacen un hábito de su encuentro con Él. De aquellas que han perdido el asombro de cada encuentro con Él. Que la rutina vuelve a ciertas personas tan tibias que no tienen nada nuevo que decirle a Jesús al recibirlo. De no pocas almas consagradas que pierden el entusiasmo de enamorarse del Señor y hacen de su vocación un oficio, una profesión a la que no se le entrega más que lo que exige de uno, pero sin sentimiento…

Luego el Señor me habló de los frutos que debe dar cada comunión en nosotros. Es que sucede que hay gente que recibe al Señor a diario y que no cambia su vida. Que tienen muchas horas de oración y que hace muchas obras, etc. etc. Pero su vida no se va transformando y una vida que no se va transformando, no puede dar frutos verdaderos para el Señor. Los méritos que recibimos en la Eucaristía deben dar frutos de conversión en nosotros y frutos de caridad para con nuestros hermanos.

Los laicos tenemos un papel muy importante dentro de nuestra Iglesia, no tenemos ningún derecho a callarnos ante el envío que nos hace el Señor como a todo bautizado, de ir a anunciar la Buena Nueva. No tenemos ningún derecho de absorber todos estos conocimientos y no darlos a los demás y permitir que nuestros hermanos se mueran de hambre teniendo nosotros tanto pan en nuestras manos.

No podemos mirar que se esté desmoronando nuestra Iglesia, porque estamos cómodos en nuestras Parroquias, en nuestras casas, recibiendo y recibiendo tanto del Señor: Su Palabra, las homilías del sacerdote, las peregrinaciones, la Misericordia de Dios en el Sacramento de la confesión, la unión maravillosa con el alimento de la comunión, las charlas de tales o cuales predicadores.

En otras palabras, estamos recibiendo tanto y no tenemos el valor de salir de nuestras comodidad, de ir a una cárcel, a un instituto correccional, hablarle al más necesitado, decirle que no se entregue, que ha nacido católico y que su Iglesia lo necesita, ahí, sufriente, porque ese su dolor va a servir para redimir a otros, porque ese sacrificio le va a ganar la vida eterna.

No somos capaces de ir donde los enfermos terminales en los hospitales y rezando la coronilla a la Divina Misericordia, ayudarlos con nuestra oración en ese momento de lucha entre el bien y el mal, para librarlos de las trampas y tentaciones del demonio. Todo moribundo tiene temor y el solo tomar la mano de uno de ellos y hablarle del amor de Dios y de la maravilla que lo espera en el Cielo junto a Jesús y María, junto a sus seres que partieron, los reconforta.

La hora que estamos viviendo, no admite filiaciones con la indiferencia. Tenemos que ser la mano larga de nuestros sacerdotes para ir donde ellos no pueden llegar. Pero para ello, para tener el valor, debemos recibir a Jesús, vivir con Jesús, alimentarnos de Jesús.

Tenemos miedo a comprometernos un poco más y cuando el Señor dice: “Busca primero el Reino de Dios y lo demás se te dará por añadidura”, es el todo hermanos. Es el buscar el Reino de Dios por todos los medios y con todos los medios y… ¡abrir las manos para recibir TODO por añadidura; porque es el Patrón que mejor paga, el único que está atento a tus menores necesidades!

Mensaje de la Virgen de Medjugorje del día 2/1/10

MENSAJE DE LA VIRGEN DE MEDJUGORE EL DÍA 2 DE ENERO 2010

Queridos hijos:
Hoy os invito a que, con plena confianza y amor, os pongais en marcha conmigo, porque deseo que os familiariceis con mi Hijo.

No tengais miedo, hijos míos, yo estoy aquí con vosotros, estoy a vuestro lado.
Estoy mostrandoos el camino para perdonaros a vosotros mismos, para perdonar a los demás, y con sincero arrepentimiento de corazón, poneros de rodillas ante el Padre.

Haced que muera en vosotros todo lo que os impide amar y salvarse.
Que vosotros podais estar con Él y en Él. Decidiros por un nuevo comienzo, un comienzo de amor sincero por Dios mismo. Gracias.

Chers enfants:
Aujourd`hui je vous invite á le plein de confiance et d`amour.
vous vous levez avec moi, car je veux que vous vous familiarisez avec mon fils.
N’ayez pas peur, mes enfants, je suis ici avec vous, je suis à vos côtés.
Je vous montre la façon de vous pardonner, de pardonner aux autres, et avec un repentir sincère de cœur, se mettre à genoux devant le Père.
Dois-vous mourir en vous tout ce que vous empêche d’aimer et vous sauver.
Comme vous avez pu être avec Lui et en Lui décider pour un nouveau commencement, un début d’un amour sincère pour Dieu. Merci.

Historia de las apariciones en Malta

Angelik Caruana
Angelik Caruana nació en
abril de 1966. está casado. Su
mujer se llama Catherine y
tienen cuatro hijos, trabaja
como profesional en el
cuidado de niños
discapacitados.
Toda la historia comenzó
cuando la esposa de Angelik,
Catherine compró una
estatua de la Inmaculada
Concepción el 17 de enero de
2006, el 23 de enero la
estatua comenzó a llorar
lágrimas de sangre.
Posteriormente diversos
fenómenos sobrenaturales se sucedieron tras este evento transformando la
Angelik ha sido agraciado por el cielo, con el don de las apariciones de
Jesús y de la Virgen María, la Madre de Dios, tiene los estigmas visibles y
contacto directo con su ángel de la guarda, también se le aparecen las almas
del purgatorio, y sufre ataques del demonio. También recibe la Sagrada
Comunión del ángel en muchas ocasiones.
El 21 de abril 2006 Angelik tuvo la primera aparición de la Madre de Dios,
quien pidió que se refiriera a ella como «la Señora». Angelik dio este
testimonio de la primera aparición de la Señora:
«En la noche del viernes 21 de Abril 2006, hacia las 19.00h algunas
Pues habían podido escuchar en los medios de comunicación lo acontecido
con la estatua de Nuestra Señora en nuestra casa. Cuando subieron,
estábamos en el pasillo y me fui a mostrarles la foto enmarcada de la
estatua con lágrimas de sangre. De repente, me caí con la imagen en mi
mano y me sentí con mi cabeza en el suelo. No puedo explicar cómo me caí
o cómo no me di con nada. Algo que me sorprendió fue el hecho de que no
abrí mi mano cuando me iba a caer, y cómo no traté de agarrarme a
cualquier cosa cuando me caí. No soy consciente de lo que había a mi
alrededor o de lo que estaba sucediendo. No pude ver ni oír nada más, hasta
el punto de que vi una intensa luz que me cegó,… si pudieras verlo. La
luz era como la luz del sol, pero muy fuerte. No sé cómo podía mirar la luz
sin dañar mis ojos. En el centro de esta luz vi por primera vez una mujer
que ahora sabemos que es la Santísima Virgen.
La señora me miraba fijamente sin moverse. En un instante vi que movía los labios y que comenzaba a
gemir diciendo estas palabras varias veces: «¡Recen! Recen el rosario y hagan que otros recen el
rosario”. Su voz era un gemido, como el de alguien que está pidiendo algo de ti. Ella era como una chica
que quiere algo de su madre. La voz era hermosa, dulce, suave, ligera. Sin embargo, al mismo tiempo
sentía que esta mujer me animaba para que los demás rezaran el rosario, sentí que era una carga para
Durante este tiempo, sentí una felicidad inmensa y quería permanecer en el suelo. Yo no quería que esta
Señora se marchara, y sin embargo, en un momento, como si alguien apagara un foco, la luz empezó a
desvanecerse poco a poco y la Señora comenzó a desaparecer junto con la luz. La última parte que
desapareció de ella fue la cara, con los ojos ligeramente abiertos. Tenía la cara como la de alguien que
Tan pronto como la Señora desapareció, una vez más comenzó la vista de los demás que estaban a mi
alrededor, que me decían que me levantara. Me levantaron en el sofá y comprobé mi cabeza para ver si
tenía algo, pero yo no tenía nada… Ni tan siquiera dolor. Después me fui a cocinar espaguetis para los
Aunque la Señora no me dijo quién era, sentí que era la Santísima Virgen. Su recuerdo, la honestidad y la
sencillez fueron asombrosos. Su conversación me partía el corazón como si alguien estuviera
pinchándome con una lanza. Frente a todo esto, yo sentía que no podía hacer nada”.
Apariciones en las reuniones de oración MIR
Angelik continuó teniendo apariciones frecuentes que se produjeron durante las reuniones de oración
MIR sobre las que la Virgen se manifestaba, diciendo que eran muy queridas por ella y que había
elegido estas reuniones para manifestarse a Sí misma.
Las reuniones de oración MIR de Maria Reina de la Paz (MIR en croata significa PAZ ), son el fruto de
una peregrinación a Medjugorje realizada en septiembre de 2005 compuesta por 53 personas de Malta.
Andre Vassallo organizó la peregrinación, mientras que el P. Hayden fue el director espiritual de la
Esta peregrinación constituyó un momento de gracia y conversión para muchos de los que estaban allí,
tanto es así, que a su regreso a Malta, estas personas le pidieron al Padre Hayden que continuara
reuniéndolos para la oración, y pocas semanas después de esta petición, tuvo lugar la primera reunión de
oración del MIR en la capilla de la casa de retiros en Lunziata, (Rabat).
A esta primera reunión asistieron alrededor de un centenar de personas y después las reuniones
continuaron celebrándose en diversas localidades con regularidad. La asistencia fue aumentado hasta
El principal objetivo de la reunión de oración del MIR es la Conversión.
¿Qué se entiende por la Conversión?
La Conversión es optar por un camino hacia el amor de Dios en Jesús Crucificado dando respuesta a ese
amor en nuestra vida. Los cristianos estamos llamados incesantemente a recorrer este camino de
conversión que implica a la persona en varios niveles:
el corazón, la mente y el comportamiento.
Las reuniones MIR están siempre abiertas a cualquier persona que desee asistir, y no tienen una
composición particular. Aquellos que deseen entrar en un camino de oración y de amor a Cristo
MIR no es un grupo o un programa de formación, pero si es una entrega de tiempo para la oración y la
conversión. La asistencia a las reuniones MIR es compatible para aquellas personas que participan en
distintos grupos, movimientos, etc., pues con toda tranquilidad pueden seguir haciéndolo, ya que asistir a
una reunión MIR constituye una experiencia personal en la vida de oración de cada persona.
los encuentros MIR se llevan a cabo de una forma sencilla y expresa en la fe Católica. La reunión
comienza con el rezo del Rosario, que prepara a los que asisten para el núcleo de la reunión, que es la
celebración de la Misa. Después de la misa hay una hora de Adoración eucarística. Antes y durante la
reunión, algunos sacerdotes celebrar el sacramento de la Confesión. La reunión tiene lugar una vez cada
dos semanas y dura cerca de dos horas y media.
A veces las reuniones o retiros se organizan para determinadas categorías de personas, por ejemplo,
Andre Vassallo Grant es el coordinador de las reuniones MIR, mientras que el P. Hayden, las conduce. La
información sobre dónde y cuándo tienen lugar las reuniones se da en la misma reunión y se difunde en
los diversos medios de comunicación.
Primera aparición en Borg en Nadur
Angelik cuenta: «Durante la aparición de el 28 de noviembre de 2006, la señora me dijo que en el futuro
deseaba aparecerse en Borg in Nadur en Birzebbuga. Inmediatamente le informé al padre Hayden y
me dijo que fuera de la mano con él para ver ese lugar.
Dos días después, la Señora insistió en que fuéramos a Borg in Nadur.
Teníamos previsto ir el 1 de Diciembre alrededor de las 15:30 h . En ese día, un poco antes, mi ángel de la
guarda me había informado de que la Señora me iba a mostrar el lugar en donde deseaba aparecerse. Mi
esposa Catherine, el P. Hayden y yo fuimos juntos.Cuando llegamos, nos esperaban en silencio para ver
qué pasaba. En un momento, alrededor de las 16 h , oí la voz de la Señora que me llamaba:
¡ Angelik, ven aquí ! ¡Angelik, ven aquí!
«No sé cómo explicar lo que pasó. Empecé a caminar, mis pies me llevaban por su propia voluntad, a un
lugar determinado y caminé hacia delante sin mirar lo accidentado del terreno. Más tarde, el P. Hayden me
dijo que yo estaba caminando rápidamente y que él empezó a llamarme, pero que yo no oía nada,
(excepto la voz de la Señora, que me llamaba.)
Tan pronto como llegué a un lugar determinado, una potente luz apareció en el cielo, esta luz era
diferente de la que habitualmente había visto en otras apariciones. Parecía como una bola de fuego. Me
arrodillé y la Virgen vino y me dio este mensaje: «Dile P. Hayden, lo que voy a decirte.
“Estoy siendo enviada por Dios a Malta, en Birzebbuga, a la colina de Borg
He elegido este lugar, y quiero que en el futuro, en esta colina, la gente
comience a venir a orar como Yo vengo y seguiré viniendo aquí”.
La Señora continuó diciendo: «Angelik, coge una piedra del suelo y después entrégasela al padre
Hayden y dile que es para llevársela a las reuniones MIR para que vengan y para mostrarla a la gente y
decirles que esta piedra es de Borg in Nadur y que nos fue dada por la Señora. «En ese momento, tomé
una piedra del suelo y le dije a Padre Hayden, lo que la Virgen me estaba diciendo. Después de la
aparición, el P. Hayden sugirió que se podría poner una cruz para marcar el lugar donde vi a la Señora «.
Angelik ha descrito lo que ocurre cuando la Madre de Dios le pide que vaya a rezar el rosario de Borg in
Nadur: «El 26 de mayo de 2007, la Señora le pidió que fuera a Borg in Nadur todos los miércoles a partir
Siempre que la Virgen me invita a ir a rezar el rosario en su presencia en la colina de Borg en Nadur,
siempre voy. Ella es la que elige el tiempo y el lugar. Hubo momentos en que el P. Hadyen me pidió que
no fuera. Yo le obedecía, ya que la Señora siempre insiste en que obedezcamos y la Iglesia también.
En el momento de mi llegada, espero a que el ángel venga a buscarme, me pide que me quite las
sandalias, porque es un lugar sagrado, a veces, cuando llega el ángel, me da la comunión, bien sea en mis
manos o bien sea en la lengua y entonces voy hasta donde está la cruz.
Las almas del purgatorio, a veces han venido al espacio abierto que hay frente a la cruz. Vienen para que
nosotros oremos por ellas. Algunos de ellas me dicen su nombre, la causa de su muerte y cuando se
Cuando subo hasta la cruz, veo hacia el lado del Oriente el cielo abierto y un rayo de luz viene en la
dirección de la cruz. Entonces aparece un resplandor brillante y la Señora llega, y el cielo se cierra una
vez más. Desde ese momento no puedo ver ni oír nada, excepto a la Señora y cualquier otra cosa que
permita. A veces, la Señora viene sonriendo y otras veces viene llorando, viene sonriendo con más
frecuencia que llorando. Ella viene con las palmas de sus manos y con un rosario.
Cuando llega canto el «Ave María» y luego digo: «¡Alabado sea Jesucristo!» Fue el P. Hayden, quien me
pidió que empezara a decir estas palabras. Antes que nada, ella a menudo me da un mensaje. A
continuación hace la señal de la cruz. De esta manera, comprendo que debo comenzar el rosario. Durante
el rosario, ella únicamente reza “el Gloria.”
Durante el rezo de la Salve Regina, la Señora se da una vuelta sobre las personas que están presentes.
Me imagino que estará orando por todos nosotros en ese momento. Antes de dar la vuelta, ella me pide
que extienda los brazos y de inmediato veo salir de sus manos una potente luz que penetra en las marcas
de las yagas y pasa hacia las personas. Ella me había pedido que le dijera al Padre Hayden que me
explicara todo esto, y el Padre Hayden me dijo que uno puede comprender el significado de la siguiente
forma: La Virgen es la medianera de todas las gracias. Ella me quiere utilizar como un instrumento en sus
manos para dar las gracias que ella nos quiere transmitir de su Hijo Jesús para nosotros. Esta misma luz, a
veces, también pasó por el Rosario del P. Hayden. Nuestra Señora me explicó:
«Así como se observan los rayos de luz entrar y pasar por tus manos, de la misma manera esta luz
pasa a través del Rosario del P. Hayden y va a pasar a otras personas.» (26 de Diciembre, 2006)
Después de pasear sobre la gente, me da un mensaje. A veces estos mensajes son de carácter privado
para algunas personas que están por allí. Siempre que los mensajes son para el público, me pide que se lo
transmita al P. Hayden. Después de esto, la señora con frecuencia me pide que me mezcle entre la gente
que está allí presente a fin de transmitirles un mensaje. En ese momento mi ángel me acompaña. Como
yo soy muy tímido, en ese momento me indica lo qué debo decir, mientras me guía. En otros momentos
es la Señora la que me dice lo qué debo decir.
También a veces el ángel me lleva hasta algunas personas para que ellas sean testigos del hecho de que no
hay nada en mi boca y entonces de allí surge una espina. En esos momentos yo tengo un dolor muy
Hubo momentos en que, como penitencia, la señora me pidió que me manchara la cara con barro. Esta
experiencia delante de la gente me humilla mucho. Lo hago sólo porque es ella la que me lo pide.
La Señora deja una luz muy brillante. Esta luz sale de la misma forma que llegó, es decir, se aleja hacia
el Este y el cielo se abre hasta que se marcha.
La Señora desea profundamente que la gente vaya a rezar el rosario a Borg in Nadur y ofrecerlo de una
forma especial para las conversiones en las familias, por la conversión en Malta y del mundo y por las
almas del purgatorio. La Señora nos pide que oremos todo el rosario todos los días, es decir, los cuatro
El 13 de julio de 2008, en Borg en Nadur Angelik recibido este mensaje en particular:
Mis queridos hijos, hijos míos de mi corazón. Decirle lo siguiente al P. Hayden para que se lo
Quiero que con carácter urgente oren por los cinco países que solía mencionar antes*.(* Irán, Rusia,
Recen mucho por ellos. Rueguen por la Iglesia, por el Papa, por los
sacerdotes diocesanos, frailes y monjas. Quiero con urgencia la conversión, ya que muchos van
camino de la perdición hacia el fuego del infierno.
Angelik, ahora vas a ver el infierno.
Cuando la Señora dijo esto, abrió sus manos y su rosario desaparecido. De sus manos potentes rayos de
luz surgieron penetrando en la brecha entre la cruz y la pared de la edad de bronce. De repente, fuera de
esta luz, ardientes llamas aparecieron a la vista. Dentro de este incendio había una gran multitud de
gente acurrucada, las llamas llegaban hasta la cintura. Parecían estar ennegrecidos por el hollín. Había
hombres y mujeres, adultos y jóvenes. Estaban furiosos y condenados y en desesperación. Fuera del
fuego había humo y un fuerte olor parecido a del los neumáticos de coche quemados. Dentro de este
fuego y entre la gente había muchos demonios que tenían formas de animales terriblemente feos.
Algunos de los demonios empezaron a burlarse de la gente, mientras que otros demonios se cernían sobre
ellos. Algunos, de entre la gente, trataron de subir sobre los demás para salir del fuego, pero no podían.
Los demonios comenzaron a burlarse de ellos y para evitar esto tiraban de ellos hacia abajo. Tanto las
personas como los demonios estaban profiriendo blasfemias e insultos contra Dios, Nuestra Señora, la
Eucaristía y la Iglesia. Angelik no podía soportar mas ver esta visión infernal y cerró los ojos, pero la
señora le insistió en que continuara mirando. Angelik comenzó a llorar por lo que sentía por estas almas
atormentadas y con lágrimas en los ojos le pidió a la Virgen que diera una potente señal a la gente, para
que crean en sus apariciones y en los mensajes de Borg en Nadur, y para que se conviertan. También pidió
soportar la enfermedad por la conversión del mundo.
Él le rogó que nos libre del fuego del infierno. La Señora le respondió que primero desea la conversión y,
¡ Angélik, si no tienes cuidado, tu también podrías ir allí!
Quiero que se produzca una gran conversión!
Quiero con urgencia la conversión de todo el mundo!
Angelik, dile a la gente lo que vistes.
Quiero el ayuno, la penitencia y sacrificios por la conversión
urgente del mundo y, de una forma especial, en los cinco países. *
*.(* Irán, Rusia, Estados Unidos, China y Australia)
Saben muy bien lo que sucede cuando los países se vuelven contra la Iglesia.
Oren para que los desastres naturales, las plagas, las enfermedades, el hambre y las guerras no se
produzcan. Oren por la paz en el mundo.
Sólo la oración del Rosario, sólo la oración del Rosario, sólo la oración del Rosario detiene estas
cosas. Es una oración común, una sencilla oración, la oración de los niños pequeños, una oración
repetitiva – y sin embargo tiene una gran fuerza y poder.
La investigación de las Apariciones de Borg en Nadur
P. Hayden ha solicitado el asesoramiento del presidente de la Comisión Diocesana para el ocultismo y
satanismo de la Iglesia en Malta, el exorcista P. Elías Vella OFMConv. Hasta ahora, el P. Elias excluye
que haya fraude y el engaño que participan en estas apariciones y no encuentra nada contrario a la fe
Al mismo tiempo, el P. Hayden también ha pedido el Dr. Mark Xuereb, psiquiatra, que investige las
apariciones, desde una perspectiva científica. Hasta ahora, el Dr. Xuereb excluye el
fraude y la enfermedad mental. las autoridades de la Iglesia local siguen atentamente
lo que está sucediendo en Borg en Nadur, pero hasta la fecha no han dado ninguna
sentencia decisiva sobre las apariciones.
Enlace:http://www.youtube.com/watch?v=uzW1kx7EjKI&NR=1
(232) 26/11/09 Mensaje de Nuestra Señora de Borg in Nadur ( Malta)
TEMBLAD ANTE LA ADVERTENCIA HIJOS MÍOS
Mis queridos hijos, hijos míos de mi corazón.
Este mensaje es para el P. Hayden para que se lo transmita a la gente y al mundo entero.
Hijos míos, sabéis que cada cuerpo tiene un alma, y que un cuerpo sin alma no puede vivir.
Actualmente Europa se encuentra en ese estado.
El cuerpo continúa creciendo, creciendo y creciendo.
Eso es lo que está sucediendo en Europa: crece y crece y crece. Pero sin alma.
¿Para que vale un cuerpo sin alma?
Se trata de un cuerpo muerto. Un cuerpo vacío.
Esto es lo que está sucediendo en Europa hoy.
Se han desechado los valores cristianos. Se han desechado. Se han apartado, o mejor dicho,
han sido expulsados y enterrados bajo tierra.
¿Cómo es posible que Europa tenga paz, hijos míos?
¿Cómo es posible recuperar los valores Cristianos, una vez han sido expulsados?
Ahora todo está permitido. Todo vale.
De Hecho, hijos míos, es por eso por lo que mi hijo Jesús decidió enviarme a esta Isla, a los
Sí, El me Envía para reuniros bajo mi manto, hijos míos, para advertiros a vosotros y al
Temblad ante la advertencia hijos míos
¡Temblad! Es una advertencia para el mundo entero.
Mirad a vuestro alrededor y ved lo que está pasando en todo el mundo, y También en Malta.
Mi corazón y el Corazón de mi Hijo Jesús están gravemente heridos.
Difundir este mensaje. Proclamadlo al mundo entero.
Gracias por haber respondido a mi llamada
(235) 08-12-09 Mensaje de Nuestra Señora de Borg in Nadur (Malta)
SI SOY LA INMACULADA CONCEPCION
Mis queridos hijos, hijos míos de mi corazón! Decidle al P. Hayden lo siguiente para
Sí, yo soy la Inmaculada Concepción. Así os lo dije hace años.
Al comienzo no me hicieron ningún caso porque no les intereso a las personas
sabias. Pero si a la gente sencilla, .a las personas normales, a las que viven su vida
diaria, a los campesinos…o a cualquiera que sean. Sí, a estas personas es a las que
quiero transmitir mis mensajes y los de mi hijo Jesús.
Hijos míos, quiero que vivan una vida sin pecado.
El pecado, cualquiera que sea, ya sea el adulterio, el mal uso de Internet, u otras
muchas cosas, como el dinero, la droga, o en otras palabras, todo lo que les aleja de
No permitan que el pecado les dirija. Vivan una vida sin pecado. Si hijos míos, esto es
No permitan que Satanás les gane con el pecado. Permanezcan fuertes. Si hijos
míos, quiero que venzan a Satanás para que él no les destroce haciéndoles caer en
No dejen que les ate con obstáculos, o con una gran cadena de la que no serían
capaces de liberarse por sus propias fuerzas
Entonces, hijos míos, sean sencillos. no sean personas que se enorgullezcan de sí
mismas. Vivan una vida sin pecado.
Se lo Repito. Cualquiera que fuera el pecado, no le dejen vencer, hijos míos. En caso
de que cayeran en él y quedaran sucios, levántense y vuelvan a mi, mis queridos
vuelan a El y confiésense y serán liberados de Satanás.
Recen el Rosario hijos míos, y hagan que otros lo recen.
Hoy he decidido no pasear a vuestro alrededor durante la Salve Regina para dejar que
así me anheléis más, pero os amo con un corazón de verdadera madre.
¡Gracias por haber respondido a mi llamada.
Mensaje dado por Nª Sra de Borg en Nadur (Malta)
Mis queridos hijos, hijos míos de mi corazón:
Díganle al p. Hayden y al p. David lo siguiente para que se lo transmitan a la gente.
Ahora la Navidad se fue, ya que hoy es el día siguiente al de Navidad.
Ayer, el consumo de alcohol debió de ser muy grande!, El de las drogas también!
¡Cuanta vacío en tanta diversión! ¡Cuánta paz debió de hacerse añicos ayer!
Piensan que esas cosas les traerán la felicidad a su corazón, y sin embargo, hijos
míos, regresaron a donde estuvieron con antelación, a la vaciedad de la vida.
Hoy he vuelto, día 26 del mes. He venido por ti hijo mío. Hace unos días me traje a mi
Hijo Jesús conmigo, aquí junto a mí. ¿Hubo algún cambio en ustedes?¿ y en el mundo?
¿Descubriste la paz en tu corazón? ¿Han descubierto la paz en sus corazones?
Se dice que para muchos la Navidad es un día de paz.
¿Encontraron verdaderamente la paz?
¿Es cuando se sientan alrededor de una mesa para comer disfrutando de ustedes
¿Pensaron en aquellos que les rodean? ¿Cuántos durmieron a la intemperie?,
¿Cuántos murieron de hambre entre ayer y hoy?, ¿cuántos murieron de frío?, ¿cuántos
bebés fueron abortados?, ¿cuánta violencia? ¿Pensaron en estas cosas?. Hablo para
el resto del mundo, para que puedan escucharme entre esta noche y mañana!
Sean sinceros con ustedes mismos.
Para lograr la paz en el mundo, deben comenzar por ustedes mismos, y desde la paz
Acepten a mi Hijo Jesús, verdaderamente, en su propio corazón, y entonces podrán
llevar la paz al mundo y realmente habrán celebrado la Navidad.
¡Gracias por haber respondido a mi llamada
http://www.borgin-nadur.org/mt/bidu.php

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Nª Sra de BORG IN NADUR. 30-12-09

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Mensaje del 30 de diciembre de 2009

PONGANSE A TRABAJAR.

Díganle lo siguiente al P. Hayden dénselo a todos los que están presentes en Malta.

Mis queridos hijos, hijos míos de mi corazón.
Aunque hoy Angelik no estuvo aquí presente y está muy lejos, Expresamente vine aquí con ustedes y recé con ustedes el rosario como solía hacerlo con los apóstoles en el cenáculo.

Como saben hijos míos, la Navidad ha pasado y su hermano, que estaba hambriento, hoy en día todavía tiene hambre, el hermano que es adicto a las drogas sigue aún siendo adicto a las drogas. Él y ella, que solían vivir en adulterio, todavía viven en adulterio. La guerra y la violencia no sólo no se paró, sino que aumentó. Y vosotros ¿qué estáis haciendo al respecto? ¿Vais a quedaros así? ¿A que esperáis?

¿Por qué no estáis dando los primeros pasos actuando primero en vuestras vidas? ¿Por qué tenéis miedo de hacerlo? Y de forma especial también tenéis miedo por vuestro pellejo. ¿Por qué? ¿Sabéis que eso es un defecto? ¿Sabéis que eso es un error? Y ¿Sabéis que tenéis que responder ante esto?

Sí, hermano y hermana, comiencen ahora mismo desde hoy. No tengan en cuenta lo que digan de vosotros y de lo que hacéis.

Les pido que sean valientes y que se pongan de cabeza a trabajar. No sean cobardes. No tengan miedo de mostrar que la conversión se ha producido en ustedes. Así pues hijos míos, pónganse a trabajar. No mañana, sino hoy. Es más, al salir de aquí.

¡Gracias por haber respondido a mi llamada¡

http://www.borgin-nadur.org/mt/bidu.php