Santa Ángela de Mérici

      1 comentario en Santa Ángela de Mérici

Angela de Mérici nació en Desenzano, región de Venecia (Italia), hacia el año 1470. Tomó el hábito de la tercera Orden franciscana y reunió a un grupo de jóvenes, a las que instruyó en la práctica de la caridad; tuvo de la vida religiosa una idea muy provocadora para su tiempo. En el periodo del renacimiento, marcado por el lujo, la prosperidad económica y el florecimiento artístico, surgieron numerosas voces que reclamaban la reforma de las costumbres. Entre ellas, se levantó también la voz de una mujer que, aparentemente sin formación, ofrecía una contribución positiva, iluminada por la práctica de los consejos evangélicos.

Santa Ángela Merici, virgen, que vistió primero el hábito de la Tercera Orden de San Francisco y reunió a varias jóvenes para instruirlas en obras de caridad. Más tarde, instituyó una orden de mujeres, llamada de Santa Úrsula, con la finalidad de vivir una vida de perfección en el mundo y enseñar los caminos del Señor a las adolescentes. Murió en la ciudad de Brescia, en la Lombardía (hoy Italia).

Había nacido en una familia de campesinos y a los quince años, después de la muerte de los padres, se aventuró a largas peregrinaciones, llegando hasta Tierra Santa, aunque sólo pudo admirarla con los ojos de la fe, porque una misteriosa ceguedad la atacó precisamente durante su estancia en Palestina. En compensación Dios quiso revelarle la alta misión a la que la tenia destinada: ella vio una visión en la que una larga escalera, apoyada en la tierra, desaparecía en el cielo. La escalera estaba llena de una multitud de jóvenes. Comprendió que su vocación era la de la asistencia espiritual y material de las jóvenes. En ese tiempo la escuela era sólo para las familias distinguidas y reservada también a los hombres, que se preparaban para la carrera diplomática o militar.

Angela de Mérici tuvo, pues, una tarea vasta y revolucionaria, y para dar continuidad a su iniciativa fundó en Brescia una sociedad de mujeres, bajo la advocación de Santa Úrsula, dedicadas a la formación cristiana de las niñas pobres. Angela de Mérici murió en Brescia el 27 de enero de 1540 y fue canonizada en 1807.

Antes se celebraba su fiesta el 31 de mayo; después, desde 1955, el l0 de junio para dejar el puesto a la festividad de María Reina; y ahora se la recuerda el día de su muerte.

Evangelio de hoy

      2 comentarios en Evangelio de hoy

Texto del Evangelio (Mc 1,14-20): Después que Juan fué entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.

La conversión de San Pablo

      1 comentario en La conversión de San Pablo

La Sagrada Biblia, en el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra así La Conversión de San Pablo:
«Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.
Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?». El respondió: ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: «Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer».
Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.
Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: ¡Ananías! El respondió: «Aquí
estoy Señor» y el Señor le dijo: «Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista.
Respondió Ananías y dijo: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu nombre».
El Señor le respondió: «Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre».
Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: «Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.
Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión? «Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo».
Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice: «Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago». Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: «El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir». Y glorificaban a Dios a causa de mí.
Apóstol San Pablo: que tu conversión sea como un ideal para todos y cada uno de nosotros. Que también en el camino de nuestra vida nos llame Cristo y nosotros le hagamos caso y dejemos nuestra antigua vida de pecado y empecemos una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.
Si lo que busco es agradar a la gente, no seré siervo de Cristo.

San Francisco de Sales

      1 comentario en San Francisco de Sales

Obispo, patrono de los periodistas
(1567-1622)
Se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio «patrono de los periodistas».
Escribía como un ángel. De forma, que los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura.
Montañés de cuerpo entero, nacido en los Alpes, en el castillo saboyano de Sales. Familia exquisita. Le llevan a estudiar a la universidad de París. Luego a Padua. Canónigo de Annecy, obispo auxiliar de Ginebra, líder de debates con los protestantes, apóstol de la región de Chablais. Vuelve a París, trata con san Vicente de Paul, en todas partes se le recibe con entusiasmo.
Hay un libro: «Introducción a la vida devota», cuarenta ediciones en vida del autor, y en aquello tiempos. Un libro utilizado muchísimo tiempo como lectura espiritual.
«¿No es una barbaridad -decía él- querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los casados?»
Hay una amistad que no se puede olvidar: la que mantuvo con Juana Chantal; con ella fundó la Orden de la Visitación.
Una virtud: la dulzura de este hombre, de quien dicen que en su juventud tenía tan mal genio.
Respecto a esto, es una constante en la biografía de todo santo su lucha ascética a fin de aumentar su capacidad de autodominio. Pero para demostrar que esta virtud no se consigue de la noche a la mañana, he aquí un detalle precisamente referida a nuestro santo.
Se cuenta que al hacerle al autopsia, le encontraron su hígado endurecido como un piedra. Esto se explica por la
enorme violencia que tuvo que hacerse este hombre de fuerte carácter para hacerse y aparecer amable, delicado y bondadoso en el trato.
Esa dulzura de la que hablamos antes, no le fue fácil conseguirla.
San Francisco de Sales escribió: «No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo»

Comunicado de la Conferencia Episcopal Argentina ante la muerte del Fiscal Nisman

Comunicado de la Comisión Ejecutiva

21 de enero de 2015
Ante la muerte del señor Fiscal, Dr. Natalio Alberto Nisman, los obispos expresamos en primer lugar nuestro afecto y oración a su mamá y a toda su familia, pidiendo al Buen Dios el consuelo de la fe. Sentimientos que hacemos extensivos a las personas cercanas a su afecto y trabajo.

Como pastores compartimos la conmoción, perplejidad e incertidumbre que en estos días afectan a los argentinos. No obstante, confiamos en las instituciones de la República, para superar las sombras de impunidad que dañan la salud de la democracia.

Sentimos la necesidad de hacer un llamado a las autoridades y a toda la dirigencia política a poner todo el esfuerzo, honestidad y capacidad investigativa, para alcanzar la verdad, única base de la justicia.
Recordamos lo que dijimos oportunamente: “Debemos enfrentar estos desafíos confiando en las reservas morales y en los profundos valores que son el sustento de nuestra convivencia, porque la falta de verdad despierta profunda desconfianza y termina dañando el tejido social” (Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad,30).
Como Nación soberana necesitamos estar a la altura de las exigencias judiciales e institucionales, para que este doloroso acontecimiento sea esclarecido.
En estos momentos alentamos a mantener serenidad y cautela en los juicios, firmeza y perseverancia en la búsqueda de la verdad.
Invitamos a nuestro pueblo a intensificar la Oración por la Patria en todas las comunidades, como así también a los hermanos de otras confesiones cristianas y otros credos a permanecer unidos en la plegaria. Pedimos a los hombres y mujeres de buena voluntad a unir sus pensamientos a esta causa.
Con fe y esperanza, volvemos nuestra mirada a la Virgen de Luján, para que ella nos siga acompañando en la construcción de una Patria unida, justa y pacificada.
Comisión Ejecutiva
Conferencia Episcopal Argentina
21 de enero de 2015

Oración por la Patria

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Conferencia Episcopal Argentina