Un chico que espera en el supermercado a poder ayudar y cargar las bolsas de la compra para recibir alguna moneda..y siempre me acompaña y hablamos.
Siempre que le pregunto me contesta que está muy bien . Me dice algo que me deja pensando y a la vez confirmo : «un hijo de Dios no puede no sonreír «. «A Dios no le gusta que estemos enfadados «.
Qué razón tiene. Los que menos tienen son los que más poseen porque como dice él no gastan su tiempo en medicinas ni en médicos, sólo en lograr vivir lo mejor posible .