He vivido la misa de el retiro de Emaus junto con mis hermanos, padres y sobrinos y ha sido alucinante pues el Señor ha estado grande con todos.
Impresionante el momento de la misa en que el sacerdote nos animó a expresar con gozo y libertad nuestro sentir de gratitud y amor..así es que rompí mis cadenas y elevé los brazos por primera vez y fui libre para hacerlo. Viva ¡
Toda la familia!
Qué bendición tan grande!