Nuestra Señora del Carmen

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El Monte Carmelo de Israel fue desde tiempos inmemoriales un sitio de peregrinación. En el siglo XIII, uno de los monjes carmelitas, San Simón Stock, recibe de manos de la mismísima Virgen María el escapulario, el símbolo de dicha congregación.
Nuestra Señora del Carmen es una de las advocaciones de María mas extendidas en el mundo. Es patrona de diferentes países, entre ellos Chile e Israel y de cientos de ciudades. También es patrona de los pescadores y navegantes, y de la Marina.
La fiesta de Nuestra Señora del Carmen es el 16 de julio, ya que según la tradición, fue el 16 de julio de 1251 la fecha del regalo del escapulario por parte de la Virgen a San Simón Stock.

EL MONTE CARMELO Y EL ANTIGUO TESTAMENTO

Carmen viene de Carmelo
un monte situado en la población marítima de Haifa en el norte de Israel, en la zona de Galilea.
Precisamente, Karmel (Carmen) significa en hebreo “jardín” y en latín “poesía”.
La memoria de Elías se guardó siempre viva de modo particular en el Monte Carmelo, donde se eligió seguir al Dios de Israel.
Allí se nos dice que las gentes de aquellas tierras de Haifa adoraban en su amplia mayoría al dios pagano Baal.
El profeta Elías, que predicaba los mensajes del Señor, sin recibir demasiadas respuestas de los habitantes, les propuso que organizaran conjuntamente un sacrificio a la ladera del Monte Carmelo, cada uno rogando a su respectivo Dios, para invocar la lluvia, ya que habían estado 3 años de sequía. En primer lugar lo hicieron los partidarios de Baal, sacrificando un novillo en medio de oraciones, pero no obtuvieron respuesta. Inmediatamente Elías y sus pequeños seguidores cogieron otro novillo y al cabo de pocos instantes cayó fuego sobre el altar y sonaron grandes truenos. Elías invitó a uno de sus seguidores para que subiera a la cima de la montaña y desde allí éste le dijo: “Una nube pequeña como la palma de la mano de un hombre sube del mar”
De pronto, el cielo se oscureció con nubes y viento, y cayó una lluvia abundante. Cabe decir que algunos religiosos carmelitas y escritores del siglo XIV vieron en la mencionada nubecilla la presencia de la Virgen.
El profeta ELIAS estuvo disponible para la obra de Dios y enviado a proclamar su palabra. Emprendió un largo viaje por el desierto, un viaje que lo dejó exánime. Se cobijó bajo un árbol y pidió la muerte. Pero Dios no permitió su muerte, sino que lo impulsó a continuar su viaje hasta el monte Horeb. Cuando llegó, Dios se mostró a Elías, no en los consabidos signos del antiguo testamento: fuego, terremoto o del fuerte viento, sino en una ligera brisa. Elías fue enviado nuevamente a su pueblo para continuar cumpliendo la voluntad de Dios.

LA ORDEN CARMELITA

La fecha de fundación de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo ha sido objeto de discusión desde el S.XIV hasta hoy, la Orden reivindica como sus fundadores a los profetas Elías y Elíseo, sin embargo los modernos historiadores, empezando Baronius, niegan su existencia antes de la segunda mitad del XII.
Durante la época del Profeta Samuel existía en Tierra Santa una organización conocida como los Hijos de los Profetas, que en muchos aspectos se asemejaba a un instituto religioso de tiempos posteriores. Vivían en comunidad y aunque no pertenecían a la tribu de Leví, se dedicaban al servicio de Dios; profesaban especial obediencia a los superiores, los más famosos de los cuales fueron Elías y su sucesor Elíseo, ambos relacionados con el Monte Carmelo, el primero con sus disputas con los sacerdotes de Baal, el segundo por su prolongada residencia en la montaña santa. Con la caída del Reino de Israel, los Hijos de los Profetas desaparecieron de la historia.
En el siglo III o IV de la Era Cristiana el Carmelo era un lugar de peregrinación, como lo demuestran numerosas inscripciones en Griego en los muros de la Escuela de los Profetas: “Recuerda a Juliano, “recuerda a Germánico”, etc., Algunos de los Padres, especialmente Juan Crisóstomo, Basilio, Gregorio Nacianceno y Jerónimo, siguieron a Elías y Elíseo como modelos de perfección religiosa y patronos de eremitas y monjes.
El monje griego John Pocas, que visitó Tierra Santa en 1185 relata que encontró en el Carmelo, un Calabrian (es decir un occidental) monje quien en un momento con la fuerza de una aparición del Profeta Elías, había congregado en torno a él a 10 eremitas con los que había iniciado vida religiosa en un pequeño monasterio cerca de la gruta del profeta.
Se puede demostrar que hasta 1210 no se había fundado ninguna comunidad excepto una cerca de Antioquia, que estaba sujeta al patriarca de la ciudad. Después de este dato nuevas comunidades aparecieron en San Juan de Arce, Tiro, Trípoli, Jerusalén, en el Quarantena, en algún lugar de Galilea (monasterium Valini) y en otras localidades que son desconocidas, en total hasta 15. Algunas fueron destruidas tan pronto como fueron levantadas y algunos hermanos fueron asesinados por los sarracenos.
Algunas veces los eremitas fueron sacados del Carmelo, pero siempre volvían; incluso edificaron un nuevo monasterio en 1263, en conformidad con la regla revisada y una aceptable gran iglesia, aún visible hacía el final del S.XV. Sin embargo la situación de los cristianos había llegado a ser tan precaria que la emigración se hizo obligatoria. Así, colonias de ermitaños se asentaron en Chipre, Sicilis, Marsella y Valenciennes (1238).
Algunos hermanos de nacionalidad inglesa acompañaron al Baron de Vescy y Grey en su viaje de retorno de la expedición de Ricardo, Eral de Cornwall (1241) y fundaron en Hulne cerca de Alnwick en Northumberland, Bradmer (Norfolk), Aylesford y Newenden (Kent). San Luis, Rey de Francia, visitó el Monte Carmelo en 1254 y trajo seis eremitas franceses a Chareenton cerca de París en donde les dio un convento. El Monte Carmelo fue tomado por los sarracenos en 1291, los hermanos, mientras cantaban la Salve Regina fueron degollados y el convento quemado.
Con la llegada de los Carmelitas a Europa, comienza un nuevo período en la historia de la Orden. Poco más que los simples nombres de los superiores del primer período han llegado a nosotros. San Bertoldo, San Brocardo, San Cirilo, Bertoldo (o Bartolomeo) y Alan (1155-1247) En el primer capítulo celebrado en Aylesfrod fue elegido general San Simón Stock (1247-65).
La Orden Carmelitana tal como estaba, solamente fue aprobada en el II concilio de Lyón (1274), pero San Simón obtuvo de Inocencio IV la aprobación provisional con ciertas modificaciones de la regla (1247).De ahora en adelante no se fundaría en desiertos, sino que se haría en ciudades o en suburbios de las ciudades; la vida solitaria cedería su lugar a la comunitaria; la comida se celebraría en comunidad; la abstinencia aunque no se dispensase, sería restringida; el silencio estaba restringido al tiempo entre Completas y Prima del día siguiente; asnos y mulos podrían ser utilizados para viajar y transportar los productos y aves de corral para las necesidades de la cocina. Así la orden dejó de ser ermitaña y llegó a ser una de las órdenes mendicantes. Su primer nombre , Fratres eremitae de Monte Carmeli y después de edificar una capilla en el Carmelo en honor de Nuestra Señora (1220), se pasó de Eremitas de Santa Maria del Monte Carmelo a Fratres Ordinis Beatissimae Virginis Mariae de Monte Carmeli.
La aprobación de la Orden en el segundo concilio de Lyón aseguró su permanencia entre las órdenes mendicantes; sancionó el ejercicio de la vida activa y apartado todos los obstáculos para su desarrollo, desde entonces se produjo con avances y retrocesos.
En el mismo siglo XIII, uno de los monjes carmelitas, San Simón Stock, recibe de manos de la mismísima Virgen María el escapulario, el símbolo de dicha congregación. Es a partir de entonces cuando nace la imagen de la advocación de Nuestra Señora del Carmen: el Niño y la Madre aguantando el escapulario, la figura típica de dicha devoción mariana.
En los años 1434-1435, la regla sufrió una serie de cambios que fueron aprobados por el Papa Eugenio IV y que no gustaron a ciertos sectores de la orden. Para ellos, la nueva regla suavizaba la observancia más antigua y forzó a que en el siglo XV, Juan Sorteh (1451-1471) empezara a movilizar un nuevo movimiento que llevaría en 1593 a la ruptura de la orden carmelitana en dos bandos.
De esta manera llegamos al siglo XVI, en esta época nos encontramos con Teresa de Jesús (1515-1582) y Juan de la Cruz (1542-1591), reformadores de la Orden. Teresa de Jesús era una monja de un monasterio de la ciudad de Ávila (España) llamado La Encarnación. Dios le inspiró el deseo de cumplir plenamente con la Regla de la Orden del Carmen, de esa manera fundó el convento de San José en la misma ciudad, el 24 de agosto de 1562, Sin embargo no quiso que esta reforma sea tan solo para las monjas, sino que también de ella participen los padres del Carmen, de esta manera se puso a buscar frailes que quisieran embarcarse en esta aventura.
Cuando la madre Teresa fundaba su segundo monasterio en Medina del Campo, se encuentra con fray Juan de Santo Matía (luego de la Cruz) y lo gana para la reforma. Así el 28 de noviembre de 1568 se inauguró el primer convento de los frailes en un pueblito llamado Duruelo, recibiendo el nombre de Descalzos.
Es así como surgió la Reforma del Carmen, con el correr de los años, esta Reforma se independizó de la Orden del Carmen y tomó el nombre de Hermanos Descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo (nombre que ostenta en la actualidad). Se inició un periodo de la expansión de la nueva Reforma continuada en los siglos venideros.
De entre muchas monjas que formaron parte de las carmelitas descalzas cabe señalar a Santa Teresa del Niño Jesús, también conocida como Teresa de Lisieux (1873-1897) a Santa Edith Stein (1891-1942) a Santa Teresa de Los Andes (1900 – 1920).
Hay un gran repertorio en todo el mundo de grupos religiosos que siguen el espíritu carmelitano que realizan diferentes servicios en los países y pueblos donde residen, casi todo ellos dedicados a la educación, a los enfermos y a los marginados. Todas estas órdenes fueron fundadas por monjas, sacerdotes o religiosos.

ESTRELLA DE MAR

La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: “Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo”. En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
En la Edad Media se creía que María significaba “estrella del mar”, en latín “stella maris”. Desde aquella época, muchos carmelitas han aclamado a María como la “Flor del Carmelo” y la “Estrella del Mar”. Lo hizo el mismo Simón Stock con esta plegaria que se le atribuye: “Flor del Carmelo Viña florida, esplendor del cielo, Virgen fecunda, singular. ¡Oh Madre tierna, intacta de hombre, a todos tus hijos proteja tu nombre, Estrella del Mar!.
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
Pero … ¿de donde viene el patronazgo de la Virgen del Carmen hacia los marineros?. En el siglo XVIII, cuando ya era muy popular la fiesta de la Virgen del Carmen en España, el almirante mallorquín Antonio Barceló Pont de la Terra, nacido en 1716 y fallecido en 1797, impulsó su celebración entre la marinería que él dirigía. Fue a partir de entonces cuando la marina española fue sustituyendo el patrocinio de San Telmo por el de la Virgen del Carmen. En muchas localidades españolas se celebran grandes procesiones marítimas que son un auténtico éxito. En el obispado de Girona cabe remarcar las de: l’Escala, Roses, Llançà, Arenys de Mar y Palamós.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.

PALABRAS DE BENEDICTO XVI, 15-VII-06

“El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió la Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein).
Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios.
María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña», y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor.
A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta].
Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.”
El escapulario es un símbolo de Consagración a la Santísima Virgen María, y de la protección de la Madre de Dios a sus devotos.

PALABRAS DE BENEDICTO XVI, 15-VII-06

“El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió la Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein).
Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios.
María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña», y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor.
A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta].
Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.”
La devoción del escapulario del Carmen ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales” (Pío XII, 6-VIII-1950).
Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: “Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios.”
NO ES…
• Un objeto para una protección mágica (un amuleto).
• Una garantía automática de salvación.
• Una dispensa para no vivir las exigencias de la vida cristiana.
SÍ ES…
• Un signo aprobado por la Iglesia desde hace varios siglos.
• Un signo que representa el compromiso de seguir a Jesús como María:
• Abiertos a Dios y a su voluntad.
• Guiados por la fe, la esperanza y el amor.
• Cercanos a las necesidades de los demás.
• Orando constantemente y descubriendo a Dios presente en todas las circunstancias.

LA VIRGEN MARÍA ENTREGA EL ESCAPULARIO EL 16 DE JULIO DE 1251

En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó “La flor del Carmelo” y la “Estrella del Mar” y le suplicó la protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock, General de los Carmelitas, con el escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: “Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno”; es decir, quien muera con él, se salvará.
Luego, la Santísima Virgen se apareció al Papa Juan XXII en el siglo XIV y le prometió para quienes cumplieran los requisitos de esta devoción que “como Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, (…) sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza”.

Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.

El escapulario es un símbolo de Consagración a la Santísima Virgen María, y de la protección de la Madre de Dios a sus devotos.

La palabra escapulario viene del Latín “scapulae” que significa “hombros”. Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.
El Papa Pío XII alude a este hecho cuando dice: «No se trata de un asunto de poca importancia, sino de la consecución de la vida eterna en virtud de la promesa hecha, según la tradición, por la Santísima Virgen.»
Muchos Papas, santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.
egún el Concilio Vaticano II, “es un signo sagrado según el modelo de los sacramentos, por medio del cual se significan efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la intercesión de la Iglesia”. (S.C.60).
La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes sacramentales marianos.
año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó “La flor del Carmelo” y la “Estrella del Mar” y le suplicó la protección para toda la comunidad.
En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock, General de los Carmelitas, con el escapulario de la Orden en sus manos, y le dijo: “Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno”; es decir, quien muera con él, se salvará.
Luego, la Santísima Virgen se apareció al Papa Juan XXII en el siglo XIV y le prometió para quienes cumplieran los requisitos de esta devoción que “como Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, (…) sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza”.

Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.

LAS PROMESAS DEL VIRGEN DEL CARMEN SOBRE EL ESCAPULARIO

Decía el Papa León XIII, “Su misma nobleza de origen, su venerada antigüedad, su extraordinaria propagación, así como los saludables efectos de piedad por él obtenidos, y los insignes milagros obrados por su virtud, lo recomiendan con el mayor encarecimiento”. A él ha vinculado la Virgen dos maravillosas promesas:
Primera promesa
Es la gran promesa, el privilegio de preservación o exención del infierno para cuantos mueren revestidos con el Escapulario Carmelitano. Orando con fervor a la Virgen S. Simón Stock, General de la Orden Carmelitana, apareciósele circundada de ángeles la Stma. Virgen (15 de Julio de 1251) y entregándole, como prenda de su amor maternal y de ilimitado poder, el Santo Escapulario, prometióle que cuantos murieren revestidos de él no se condenarían.
Para merecer esta Promesa de la perseverancia final, se requiere haber recibido el Escapulario de manos de sacerdote, llevarlo siempre puesto, especialmente en la hora de la muerte, e inscribir el nombre en el libro de la cofradía.
Segunda promesa
Estando orando el Papa Juan XXIII, se le apareció la Virgen, vestida del hábito carmelitano, y le prometió sacar el purgatorio del sábado después de la muerte al que muriese con el Escapulario. María dijo al Papa: “Yo Madre de misericordia, libraré del purgatorio y llevaré al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos hubieses vestido mi Escapulario”.

Tal es el privilegio Sabatino, otorgado por la Reina del Purgatorio, a favor de sus cofrades carmelitas, el Papa Juan XXII y promulgado por éste en la Bula Sabatina (3 de Marzo de 1322) aprobada después por más de veinte Sumos Pontifices.
Por él, el Sábado siguiente a la muerte de los cofrades carmelitas, o como lo interpreta la iglesia, cuanto antes, pero especialmente el sábado, según declaración de Paulo V, la Virgen del Carmen, co
n cariño maternal, los libra de la cárcel expiatoria y los introduce en el Paraíso.
El Papa Paulo V expidió el 20 de enero de 1613 el Sgte. Decreto:“Permítase a los Padre Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede piadosamente creer que la Bienaventurada Virgen María con sus intececiones continuas, piadosas sufragios y méritos y especial protección, ayudara después de la muerte, principalmente el sábado, día a ella dedicado, a las almas de sus cofrades que llevaren el habito carmelitano”.

En 1950 recordaba Pío XII: “Ciertamente, la piadosa Madre no dejará de hacer que los hijos que expían en el Purgatorio sus culpas, alcancen lo antes posible la patria celestial por su intersección, según el llamado privilegio sabatino, que la tradición nos ha trasmitido”.
Para ganar esta Promesa, el privilegio Sabatino, sobre los tres requisitos anteriores, se exige: usar el escapulario con fidelidad; observar castidad de acuerdo al estado de vida;.rezo del oficio de la Virgen (oraciones y lecturas en honor a la Virgen) o rezar diariamente 5 décadas del rosario.

INDULGENCIAS

He aquí las indulgencias plenarias y parciales para los que visten el escapulario.
A) Indulgencias plenarias.
1. El día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía.
2. En estas fiestas:
a) Virgen del Carmen (16 de Julio o cuando se celebre);
b) San Simón Stock (16 de mayo);
c) San Elías Profeta (20 de Julio);
d) Santa Teresa de Jesús (15 de Octubre),
e) Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre);
f) San Juan de la Cruz (14 de Diciembre);
g) Todos los Santos Carmelitas (14 de Noviembre).
3. Indulgencias Plenaria el día del Carmen. El día del Carmen, 16 de Julio, o en la fecha que exactamente se celebre, tiene concebida una indulgencia plenaria.
4. Indulgencia parcial. Se gana indulgencia parcial por usar piadosamente el santo escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción. Y sólo al escapulario, sino también a la medalla-escapulario.

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL ESCAPULARIO

¿Puede darse el escapulario a quien no es católico?. Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario.
Una vez bendecido el primer escapulario, el devoto no necesita pedir la bendición para escapularios posteriores.
Los escapularios gastados, si han sido bendecidos no se deben echar a la basura. Se pueden quemar o enterrar como signo de respeto.
Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora. San Claude de la Colombiere advierte: “Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario”

LA MEDALLA ESCAPULARIO

La medalla-escapulario tiene en una cara la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y la imagen de la Bienaventurada Virgen María en su reverso. En 1910, el Papa Pío X declaró que, una persona válidamente investida en su escapulario de tela podía llevar la medalla-escapulario en su lugar, provisto que tuviera razones legítimas para sustituir su escapulario de tela por la medalla-escapulario.
Esta concesión fue hecha a petición de los misioneros en los países del trópico, donde los escapularios de tela se deterioran pronto. Ahora bien, el Papa Pío X y su sucesor, el Papa Benedicto XV, expresaron su profundo deseo de que las personas continuaran llevando el escapulario de tela cuando fuera posible, y que no sustituyeran el escapulario de tela por la medalla escapulario sin que medie primero razón suficiente. La vanidad o el miedo a profesar su fe en público no pueden ser razones que satisfagan a Nuestra Señora. Personas de esta clase corren el riesgo de no recibir la promesa del escapulario del Carmen.

ALGUNOS TESTIMONIOS ESPECIALES

El Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario solo 25 años después de la Visión del Escapulario. 600 años mas tarde cuando abrieron su tumba, su escapulario estaba intacto.
El Papa Pío XII habló frecuentemente del Escapulario. En 1951, aniversario 700 de la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock, el Papa ante una numerosa audiencia en Roma exhortó a que se usara el Escapulario como “Signo de Consagración al Inmaculado Corazón de María” (tal como pidió la Virgen en Fátima).
El mismo día que S. Simón Stock recibió de María el escapulario y la promesa, el fue llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado. Cuando llegó puso el escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera la promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se confesó y murió en gracia de Dios.
San Alfonso Ligorio y S. Juan Bosco tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y usaban el escapulario. Cuando murió San Alfonso Ligorio le enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su escapulario. Muchos años después cuando abrieron su tumba encontraron que su cuerpo y todas las vestimentas estaban hechas polvo, sin embargo su escapulario estaba intacto. El escapulario de San Alfonso está en exhibición en su Monasterio en Roma.
San Pedro Claver, se hizo esclavo de los esclavos por amor. Cada mes llegaba a Cartagena, Colombia un barco con esclavos. San Pedro se esforzaba por la salvación de cada uno. Organizaba catequistas, los preparaba para el bautismo y los investía con el escapulario. Algunos clérigos acusaron al santo de celo indiscreto. Sin embargo él continuó su obra hasta tener mas de 300,000 conversos.
Es evidente que la Virgen María quiere revelarnos de manera especial el escapulario. Reporta Lucia (vidente de Fátima, Hermana María del Inmaculado Corazón), que en la última aparición (Octubre, 1917, día del milagro del sol), la Virgen vino vestida con el hábito carmelita y con el escapulario en la mano y recordó que sus verdaderos hijos lo llevaran con reverencia. También pidió que los que se consagraran a ella lo usaran como signo de dicha consagración.
Juan Pablo II: “También yo llevo mi escapulario desde hace mucho tiempo, el escapulario del Carmelo”.

5 pensamiento sobre “Nuestra Señora del Carmen

  1. Ofir

    Muy bonito e interesante este reportaje sobre Nuestra Señora del Carmen y su Escapulario. Me ha ilustrado mucho pues son muchas las referencias y detalles que se exponen. Desde luego la devoción a la Virgen del Carmen está muy extenida en España y todo el mundo. En mi ciudad que tiene puerto de mar celebran una gran fiesta en su honor, terminando con una procesiòn por el mar llevando su imagen.En mi familia ya desde pequeños mi madre ya me facilitó el escapulario y lo venia llevando, pero al deteriroarse tanto, he optado por el de la medalla que es el que vengo usando. Tengo una gran devoción a la Virgen del Carmen, y tuve la diciha de poder estar en el Monte Carmelo cuando fui a Tierra Santa, en donde esta la imagen original y alli ante ella, se nos impuso un nuevo escapulario, fue muy emocionante.

  2. susana

    Un informe muy completo, gracias! Desde hace unos años vengo usando el Escapulario (lo recibí en una Misa muy linda). Recuerdo con especial cariño a las Hnas. Carmelitas Descalzas del Monasterio San Bernardo, Salta, a quienes llamo cada tanto por Te. para pedir oración…Tan cercanas a la Obra de la Inmaculada Madre… ¡Feliz día de la Virgen del Carmen!

  3. Beatriz

    El pasado domingo me impusieron el escapulario en una misa muy bonita y, desde entonces, estoy emocionada por el grandísimo regalo que me ha dado Ella, le estoy muy agradecida a nuestra madre, ya que todo fue sobre la marcha, sin esperarlo ni planearlo. Bendita seas Virgencita del Carmen. +

  4. Ofir

    Esta fue la oración que brotó del corazón de San Simón Stock, y que mereció la promesa del bendito Escapulario:

    Flor del Carmelo
    viña florida,
    esplendor del cielo,
    Virgen fecunda y singular.
    ¡ Oh Madre tierna !
    intacta de hombre,
    a los carmelitas
    proteja tu nombre,
    Estrella del mar.

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