ESTA MIRADA VALE LA VIDA ETERNA
Un testimonio grandioso, maravilloso, no te lo pierdas
Esta foto no se trata de ningún actor de moda.
Está mirando a un fotógrafo ruso unos segundos antes de que le fusilen, es el 18 de agosto de 1936.
Es un sacerdote de 25 años que se llamaba Martín Martínez Pascual.
Su crimen es ser cura (para los de las memorias históricas y demás defensores de las libertades…)
Ha ido a su pueblo Valdealgorfa, provincia de Teruel a pasar unas vacaciones de verano con sus padres y le ha pillado allí la movida.
El 26 de julio, avisado de que lo buscaban para matarlo, se escondió en casa de algunas familias amigas. Más tarde huyó a una finca a tres kilómetros del pueblo y se ocultó en una cueva.
El 18 de agosto por la mañana detuvieron a todos los sacerdotes que había en Valdealgorfa. Al no encontrar a Martín, encarcelaron a su padre. Inmediatamente, la familia envió recado a D. Martín para que escapara. Pero éste, en cuanto se enteró, echó a correr a toda prisa hacia el pueblo para presentarse al Comité. Un miliciano muy amigo le salió al paso, rogándole que huyera; pero Martín le dijo que no podía consentir que su padre padeciera por él y que quería correr la misma suerte que los demás sacerdotes. Ya ante el Comité, este miliciano todavía quiso salvar a Martín, diciendo que se trataba de un joven estudiante. Pero él confesó que era sacerdote y dio a su amigo un abrazo para que lo transmitiera a su familia. “Yo quiero morir mártir con mis compañeros”, decía.
Sólo estuvo unos minutos apresado. Inmediatamente lo llevaron a pie hasta la plaza del pueblo, donde lo subieron con otros cinco sacerdotes y nueve seglares a un camión camino del cementerio. Antes de llegar, en el camino, los mataron. Los colocaron de espaldas; pero Martín quiso morir de frente, como lo vemos en la foto. Antes de disparar, les preguntaron si deseaban alguna cosa. Martín respondió: “Yo no quiero sino daros mi bendición para que Dios no os tome en cuenta la locura que vais a cometer”. Y después de bendecirles añadió: “Y ahora que me dejéis gritar con todas mis fuerzas: ¡Viva Cristo Rey!”.
Querida Vero:
Qué precioso testimonio y fotografía. No lo conocía. Lo hemos visto y leído en clase, con mis alumnos de 12 años. Gracias, Vero. ¡Viva la vida!¡iva Cristo Rey! ¿San Martín Martínez Pascual, ruega por nosotros, por mis alumnos, por Vero, y por todos los corazones de Palpitalavid! Os quiero. Bss. Mer
Qué alegría que palpitalavida de tantos frutos de amor de Dios. Todo para Su Gloria +
Que escriban tus alumnos ..
Conocía ya ese emocionante testimonio de ese sacerdote, qué fuerza tiene la fe en Dios, y como se sabe,entregar la vida por El, con esa conviccion y serenidad como lo hace este sacerdote y perdonando a sus verdugos, fueron muchos sacerdotes que no renegaron de su fe y supieron derramar su sangre confesándola con valentia y perdonando. Los martires son la semilla para que surjan nuevos cristianos Que ellos desde el Cielo nos ayuden a mantener viva nuestra fe
Qué bonito lo que dice Mer en su comentario.