“Él está ante el Padre en este momento, rezando por nosotros. ¡Y esto debe darnos coraje! Porque en los momentos difíciles, de dificultad o de necesidad y de tantas cosas, pensar: ‘Pero Tú estás rezando por mí. Reza por mí. ¡Jesús reza por mí al Padre!’. Es su trabajo de hoy: rezar por nosotros, por su Iglesia. Nosotros olvidamos frecuentemente esto, que Jesús reza por nosotros. Ésta es nuestra fuerza. Decir al Padre: ‘Pero si Tú, Padre, no nos miras, mira a tu Hijo que reza por nosotros’. Desde el primer momento Jesús reza: ha rezado cuando estaba en la tierra y sigue rezando ahora por cada uno de nosotros, por toda la Iglesia”.
Jesús está siempre en medio de nosotros, nos acompaña en la vida, y somos nosotros los que nos tenemos que acoger a El para pedirle que nos de la fuerza y la gracia de permanecer siempre unidos en Su amor…