Ante tanto dolor en el mundo, me viene hoy escribir esta letanía del Santo Rosario.
Parece que el Corazón de María hubiese sido creado por Dios especialmente para ejercer ese ministerio de la consolación sin el cual nuestra vida sería como una tierra en la que jamás brillase el sol.
Sin sus consuelos maternales nos moriríamos de frío y desamor.
La Virgen Santísima no es tan sólo el consuelo de todos aquellos que experimentan el dolor de las llagas de la aflicción.
¡María es también la gran consoladora del corazón herido de Dios!
¿Cómo consuela María a Dios? Siendo toda Ella puro amor de Dios. Obrando en todo con el único deseo de agradar a Dios, de adorarlo, de alabarlo, de ensalzarlo y glorificarlo.
En Ella encuentra Dios el consuelo del amor que desgraciadamente no recibe de nosotros.
De acuerdo con todo lo que nos expones, efectivamente la Stma. Virgen, como Madre nuestra es la que acoge a todos los afligidos que se dirigen a Ella, pues como nuestra madre e intercesora es la que dirige todas nuestras suplicas a Dios para recibir su consolación y gracias.
Que comentario tan bonito de nuestra Madre Maria, es como una flor dedicada a ella.
Consoladora e intercesora de los aflijidos, gracias Madre.