Gracias por el regalo de vivir este momento celestial en la Santa misa en la parroquia Nuestra Señora de Luján, en Los Cohigües.
3 almitas radiantes se prepararon mucho tiempo; sonrientes y humildes; las niñas María Belén y Yaqui parecían angelitos de blanco y el varoncito, Alex, pareciera un pastorcito del Señor con su chaleco de borreguito..todo termina en “ito” por lo pequeñito que fue para Dios. Al salir de casa sentí que tenía que meter en mi “ morral de amor “ tres rosarios de la Virgen: dos rosas y uno celeste..y así fue..si vierais la devoción con que los recibían..bendito sea Dios.
Dios me regaló superar un poco el miedo o vergüenza a leer..y los dos salmos los recité con amor pensando que El me escuchaba directamente..además de ser literalmente abrazada por detrás por la patrona de la Argentina en el altar.
Así llaman a la iglesia donde fuimos; gente joven que previamente tenía retiro de jóvenes con el padre que los prepara y a continuación colabora y canta durante la celebración. Canciones que me recuerdan a mucho vivido y ese Cristo delgado y con las costillas marcadas en frente..
El padre Javier es montañero y ha recibido todos mis testimonios..desde la Ultima Cima..hasta Prado Nuevo. La Virgencita eligió este lugar para quedarse pues reciben año tras año con alegría sus estampas..
El monaguillo con capacidad especial, que es fiel año tras año, me cuenta que ya no hay escuela de monaguillos..que no pudo continuar porque los jóvenes no tienen fe..no se comprometen..les atraen las cosas del mundo..son ellos, los más pequeños los que nos enseñan con humildad y amor incondicional..rezaba durante toda la misa por él porque al sujetar la vela junto con la otra monaguilla , mientras el padre leía el Evangelio, estornudó y se le apagó su tesoro..ay cuánto amo a Dios en estos guiños para con sus delirios de amor.
Te pido paz en el mundo.
Oramos por ello.


