Bendita capilla de Prado Nuevo

      3 comentarios en Bendita capilla de Prado Nuevo

El Ayuntamiento de El Escorial ha autorizado a edificar «de manera provisional» una capilla en Prado Nuevo. El pasado 3 de mayo el Consistorio se comprometió a estudiar la solicitud de autorización que había recibido para instalar el templo en la finca de Prado Nuevo.
Cuando pueda ser, construirán la capilla que la Virgen pidió..con las medidas exactas que dio a Luz Amparo durante un mensaje, estando ella en éxtasis..fue marcando con su pie la medida indicada por Ella.
Esta semana el municipio informó de que, tras estudiar la petición y «los consiguientes informes preceptivos técnicos y jurídicos», decidió autorizar la colocación «de forma provisional» de la capilla, puesto que la ley así lo permite. El Ayuntamiento se niega a hacer juicio o valoración alguna sobre la decisión adoptada, ya que «esta se ha tomado en virtud de los citados informes que este Consistorio respeta y acata».

Además, aseguró que el equipo de gobierno municipal «continúa estudiando con los actuales propietarios de la finca el desarrollo de los convenios firmados en su día entre las partes interesadas».

El pasado mayo, el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, había aprobado la construcción de dicha capilla. Según estas fuentes, la autorización de Rouco otorga a la testigo la facultad de cumplir una de las supuestas peticiones de la Virgen: que se construyese en Prado Nuevo un templo en su honor «para meditar la Pasión de su Hijo, que está completamente olvidada».

El Nacimiento de san Juan Bautista

      1 comentario en El Nacimiento de san Juan Bautista

Texto del Evangelio (Lc 1,57-66.80): Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: ‘Juan es su nombre’. Y todos quedaron admirados.

Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues ¿qué será este niño?». Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él. El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.
Comentario: Rev. D. Joan MARTÍNEZ Porcel (Barcelona, España)

El niño crecía y su espíritu se fortalecía
Hoy, celebramos solemnemente el nacimiento del Bautista. San Juan es un hombre de grandes contrastes: vive el silencio del desierto, pero desde allí mueve las masas y las invita con voz convincente a la conversión; es humilde para reconocer que él tan sólo es la voz, no la Palabra, pero no tiene pelos en la lengua y es capaz de acusar y denunciar las injusticias incluso a los mismos reyes; invita a sus discípulos a ir hacia Jesús, pero no rechaza conversar con el rey Herodes mientras está en prisión. Silencioso y humilde, es también valiente y decidido hasta derramar su sangre. ¡Juan Bautista es un gran hombre!, el mayor de los nacidos de mujer, así lo elogiará Jesús; pero solamente es el precursor de Cristo.

Quizás el secreto de su grandeza está en su conciencia de saberse elegido por Dios; así lo expresa el evangelista: «El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel» (Lc 1,80). Toda su niñez y juventud estuvo marcada por la conciencia de su misión: dar testimonio; y lo hace bautizando a Cristo en el Jordán, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto y, al final de su vida, derramando su sangre en favor de la verdad. Con nuestro conocimiento de Juan, podemos responder a la pregunta de sus contemporáneos: «¿Qué será este niño?» (Lc 1,66).

Todos nosotros, por el bautismo, hemos sido elegidos y enviados a dar testimonio del Señor. En un ambiente de indiferencia, san Juan es modelo y ayuda para nosotros; san Agustín nos dice: «Admira a Juan cuanto te sea posible, pues lo que admiras aprovecha a Cristo. Aprovecha a Cristo, repito, no porqué tú le ofrezcas algo a Él, sino para progresar tú en Él». En Juan, sus actitudes de Precursor, manifestadas en su oración atenta al Espíritu, en su fortaleza y su humildad, nos ayudan a abrir horizontes nuevos de santidad para nosotros y para nuestros hermanos.