En la fachada de la Basílica de San Pedro colgaba el domingo un retrato gigante de la misionera, bajo un cielo azul y un sol de verano.
«Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia», declaró el papa Francisco bajo fuertes aplausos, pronunciando en latín la frase de canonización ritual al inicio de una misa de dos horas.
Su fiesta en el calendario católico de santos será el 5 de setiembre, día del aniversario de su muerte, en 1997.