El Papa Francisco ha llegado a Fátima para celebrar el centenario de la primera aparición de la Virgen a tres pastorcillos y para proclamar santos a dos de aquellos niños, los hermanos Jacinta y Francisco. En silencio, de espaldas a los cientos de peregrinos que esperaban desde el jueves en los alrededores de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, el Pontífice rezó frente a la imagen de la Virgen en la Capilla de las Apariciones. Más tarde, guió la bendición de las velas, un rito típico de este santuario mariano. Francisco también rezó una oración especial y depositó un ramo de flores blancas ante la imagen de la Virgen de Fátima. La efigie mariana todavía conserva en la corona una bala extraída del cuerpo de Juan Pablo II después del atentado que sufrió cuando era pontífice, en 1981. Durante su plegaria, pronunciada en portugués, Francisco se refirió así mismo como «el obispo vestido de blanco», el que tiene presente «a todos aquellos que, vestidos con la blancura bautismal, quieren vivir en Dios y recitan los misterios de Cristo para obtener la paz». La autoreferencia no es casual y recuerda el texto del tercer mensaje confiado por la Virgen a los tres niños, en los que habla de un obispo «vestido de blanco» que es asesinado por un grupo de soldados «que dispararon varios tiros con armas y flechas». Juan Pablo II siempre creyó que el mensaje era una profecía sobre su propio atentado en la Plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981.El Papa Francisco se ha referido también a los pastorcillos que canonizará este sábado: «Haz que sigamos el ejemplo de los beatos Francisco y Jacinta, y de todos los que se entregan al anuncio del Evangelio. Recorreremos, así, todas las rutas, seremos peregrinos de todos los caminos, derribaremos todos los muros y superaremos todas las fronteras, yendo a todas las periferias, para revelar allí la justicia y la paz de Dios»»Es un viaje especial, un viaje de oración en un encuentro con el Señor y la santa Madre de Dios», aseguró el Pontífice durante el vuelo papal. El viaje, que apenas durará 24 horas, es estrictamente religioso por lo que no visitará otras ciudades portuguesas. En un mensaje poco antes de partir hacia Portugal, Francisco explicó que le habría gustado poder ir a otras ciudades del país pero que había decidido limitar su visita al santuario. Con este viaje, Francisco será el cuarto Papa en visitar el escenario de una de las apariciones marianas más misteriosas de la Iglesia. El primero en hacerlo fue Pablo VI en 1967. Juan Pablo II visitó el santuario hasta en tres ocasiones. Y Benedicto XVI viajó hasta Fátima en 2010 para conmemorar los 10 años de la beatificación de Francisco y Jacinta.El Papa ha sido recibido en la base aérea de Monte Real por el presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo de Sousa. El Pontífice le regaló un cuadro en mosaico que representa simbólicamente la historicidad y contemporaneidad de las apariciones de la Vírgen de Fátima. Más tarde viajó en helicóptero hasta el santuario de Fátima donde le esperaban cerca de 400.000 fieles, según los medios locales. Este sábado, el Papa Francisco oficiará la ceremonia de de canonización de los hermanos Jacinta y Francisco, que murieron pocos años después de las apariciones. Lucía, prima de los anteriores, falleció en un convento de clausura de Portugal en 2005 a los 95 años. La causa de beatificación de la última de las videntes de Fátima avanza en un proceso diferente.