«Pon esto en tu corazón, mi pequeño hijo: no temas.
¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?
¿No te encuentras bajo mi sombra, a mi cobijo?
¿No soy yo la fuente de tu alegría?
¿No estás tú en el pliegue de mi manto, en el cruce de mis brazos?
¿Necesitas algo más?»
Si acogieramos todas estas preguntas que la Virgen hace a Juan Diego de lleno en nuestro corazón, no necesitaríamos nada para ser felices, pero no, somos muy reacios a su llamada, buscamos y nos agarramos siempre más a las cosas y placeres terrenales que nunca nos podrán dar la verdadera felicidad.
Si ! Madre tu eres la fuente de mi alegria !!!Los primeros pasos de mi conversión fueron en la Parroquia de Guadalupe en Palermo, Buenos Aires…. miraba la imagen cada vez que entraba a la Iglesia … y sentía su mirada, se manifestaba, se hacía presente. Los sacerdotes de esa Parroquia me guiaron, me ayudaron… cuantas cosas que agradecer !!!
Gracias Virgen de Guadalupe por darnos tanto !!