A Dios lo ternemos tan cerca y en tantos sitios, especialmente en el Sacramento de la Eucaristía, que es muy fácil conectar con Él y contarle todo lo que nos pasa, deseos, trabajos, pesares, alegrias,etc.y, para ponerlo todo en sus manos. No para exigirle, sino que a la vista de todo lo que le exponemos y pedimos, El sabrá darnos lo que mas nos combenga, y eso si, tenemos que estar dispuestos a aceptar su voluntad si lo que nos dá no es lo que a nosotros nos gusta.
A Dios lo ternemos tan cerca y en tantos sitios, especialmente en el Sacramento de la Eucaristía, que es muy fácil conectar con Él y contarle todo lo que nos pasa, deseos, trabajos, pesares, alegrias,etc.y, para ponerlo todo en sus manos. No para exigirle, sino que a la vista de todo lo que le exponemos y pedimos, El sabrá darnos lo que mas nos combenga, y eso si, tenemos que estar dispuestos a aceptar su voluntad si lo que nos dá no es lo que a nosotros nos gusta.