Sí, es el mandato que el Señor nos dejó, de amarle a El sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Y el prójimo como dices lo tenemos muchas veces muy cerca, pero pasamos de largo.. Hay muchas formas de ayudarles, no solo en sus necesidades materiales, sino tambien a veces con simples atenciones, consejos e ineres.andose por sus problemas, pero si no vemos en los pobres y necesitados el rostro de Dios, los sentimientos hacia ellos no despertarán lo suficiente. Para ello nuestro corazón tiene que estar vacío de todos nuestros apegos terrenos, ambiciones, e idolos que nos montamos, para llenarlo únicamente y por entero de Él. Hay también otros prójimos, lejanos que por estar tan distantes, parece que sus penas y miserias no nos afectan, y son tambien hijos de Dios que necesitan de nuestra oraciones y ayudas materiales que podememos realizar a través de muchas organizaciones caritativas católicas. Jesús ya nos dijo que pobres siempre tendríamos entre nosotros, y que un solo vaso de agua que demos, tendría sus recompensa.
Así es que la práctica de la caridad y el amor a nuestros hermanos, debe ser una consecuencia directa y esencial de nuestro amor a Jesús y a su Santísima Madre la Virgen.
Sí, es el mandato que el Señor nos dejó, de amarle a El sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Y el prójimo como dices lo tenemos muchas veces muy cerca, pero pasamos de largo.. Hay muchas formas de ayudarles, no solo en sus necesidades materiales, sino tambien a veces con simples atenciones, consejos e ineres.andose por sus problemas, pero si no vemos en los pobres y necesitados el rostro de Dios, los sentimientos hacia ellos no despertarán lo suficiente. Para ello nuestro corazón tiene que estar vacío de todos nuestros apegos terrenos, ambiciones, e idolos que nos montamos, para llenarlo únicamente y por entero de Él. Hay también otros prójimos, lejanos que por estar tan distantes, parece que sus penas y miserias no nos afectan, y son tambien hijos de Dios que necesitan de nuestra oraciones y ayudas materiales que podememos realizar a través de muchas organizaciones caritativas católicas. Jesús ya nos dijo que pobres siempre tendríamos entre nosotros, y que un solo vaso de agua que demos, tendría sus recompensa.
Así es que la práctica de la caridad y el amor a nuestros hermanos, debe ser una consecuencia directa y esencial de nuestro amor a Jesús y a su Santísima Madre la Virgen.