Os «regalo» mi premio diario..que escucho cada día hasta varias veces y me hago niña y hasta lloro de amor.
Espero que os guste tanto como a mí, que ya es mucho, a la vez que me trae recuerdos de mi etapa vivida en Argentina, que fue celestial.
Gracias Dios mío por tu corazón grande de amor.
22 Pista 22 1 consagración sagrado Corazón ( pincha aquí o copia)
Gracias de corazón por la consagración. ¡Ojalá pudiéramos recuperar la pureza, la inocencia de esta «criaturita», este angelito que nos recita la oración!
«Con un corazón de niño» por eso el Señor ama y se goza en los limpísimos corazones de estos ángeles.
Mira que soy muy pobre, … y necesito de la limosna
.. y necesito de tus enseñanzas, … y caigo a cada paso … apoyarme en Vos, para no desfallecer.
Luz de mis ojos, … auxilio en toda necesidad.
Entiendo el «hacerse como uno de estos, mis pequeños». Es un don del Cielo, que hay que implorar cada día para que cambiemos este mundo, con el poder del Amor del Corazón de Jesús.
Gracias, gracias, gracias. Feliz y Santo día.
Es una oración muy bonita al Sagrado Corazón de Jesús, que rezo también todos los dias, os la transcribo :
«Rendido a vuestros pies, ¡oh Jesús mio!, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adoradísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como fiel discípulo vuestro para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que, generoso, concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven. ¡Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Vos como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! ¡Mirad ! que soy muy rudo, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ingnorancia ! ¡Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los flacos,y caigo a cada paso y necesito apoyarme en Vos, para no desfallecer! Sedlo todo para mi, Sagrado Corazón, socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio de toda necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis, cuando con tan tiernos acentos dijistes repetidas veces en vuetro Evangelio: «Venid a mi, aprended de mi, pedid, llamad ….. a las puertas de vuestro Corazón» vengo, pues hoy, y llamo y pido y espero. Del mío os hago ¡oh Señor!, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén