Beata Ana Catalina Emmerick

      4 comentarios en Beata Ana Catalina Emmerick


Palpita la vida os regalo con amor el privilegio de contemplar la reliquia de la beata, que está celosamente cuidada en la capilla Santa María Puerta del Cielo..bien conocida como la Casita de Efeso, en mi Buenos Aires del alma.
Como estoy leyendo sus notas y visiones sobre la Virgen María..su vida oculta..y os voy a ir mostrando gota a gota para diversificar temas..sentí que hoy teníamos que saber más de su vida..pues mañana se celebrará una gran fiesta para la juventud argentina en dicho lugar.

Nombre Anna Katharina Emmerick
Nacimiento 8 de septiembre de 1774
Coesfeld, Principado-Obispado de Münster
Fallecimiento 9 de febrero de 1824
Dülmen, Reino de Prusia
Beatificación 3 de octubre de 2004 por Juan Pablo II
Festividad 9 de febrero

La Beata Ana Catalina Emmerick, (Coesfeld, 8 de septiembre de 1774 – Dülmen, 9 de febrero de 1824) fue una monja agustina canóniga, mística, estigmatizada y visionaria alemana. Nació en Flamske, una comunidad agraria, actualmente en la diócesis de Münster en Westfalia, y murió en Dülmen a los 49 años. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 3 de octubre de 2004. Emmerick es el apellido consignado en Alemania.
Desde pequeña decía tener visiones en las que se le aparecía principalmente Jesucristo cediéndole su cruz. Ingresó en un convento de agustinas. Cuando tenía 24 años le empezaron a aparecer heridas sangrantes, estigmas que se hacían visibles periódicamente en Navidad y Año Nuevo. La primera de ellas el 29 de diciembre de 1812.
Sus visiones fueron descritas por Clemente Brentano, poeta y novelista del Romanticismo alemán.

Lugar de nacimiento de Ana Catalina Emmerick en Coesfeld-Flamschen
Sus padres fueron muy pobres y de sencilla piedad cristiana. Fue la quinta de nueve hijos. Bautizada en la Iglesia de Santiago en Coesfeld. Ya antes de los doce años participó en los trabajos de la granja. Luego fue costurera por varios años. Fue enviada a estudiar música a la casa de Stöntgen, organista pobre, a quien le dio todo lo que había ahorrado para entrar a un convento y esperó con ellos varios años como sirvienta.

Vida Religiosa

En 1802, a los 28 años de edad, entró a un convento agustino en Agnetemberg, Dülmen. Sus hermanas de claustro creían que había recibido facultades sobrenaturales debido a sus continuos éxtasis. Cuando Jerónimo Bonaparte, rey de Westfalia cerró el convento en 1812, ella fue la última en abandonarlo; se le otorga refugio en casa de una viuda, hermana del padre dominico Joseph Aloys Limberg, su confesor. Allí los enfermos y los pobres llegaban a ella en busca de ayuda, y según sus contemporáneos, ella sabía cuáles eran sus enfermedades y daba alivio a los necesitados.1

Estigmas

En 1813 estando ella enferma en cama, los estigmas aparecen en su cuerpo. Una comisión episcopal es encargada de investigar su vida y examinar sus signos milagrosos. El Vicario General Orvergerg y tres médicos, uno de ellos protestante, se encargaron de su investigación. El procedimiento duró más de tres meses. Al parecer ellos se convencieron de su santidad y la autenticidad de sus estigmas.
A finales de 1818 Ana Catalina revela que Dios le concede a través de la oración el alivio de sus estigmas; y las heridas de sus manos y sus pies se cierran, pero los demás se mantienen, y el Viernes Santo todos se vuelven a abrir.
En 1819 Emmerick vuelve a ser investigada otra vez. Ella fue trasladada a la fuerza a un cuarto grande en otra casa y se mantiene bajo vigilancia estricta durante el día y la noche en un lapso de tres semanas, lejos de todos sus amigos excepto su confesor. Las grandes pruebas han pasado, la estigmatizada de Dülmen proseguirá su camino.

Visiones

Ana Catalina Emmerick relataba así las visiones de su infancia: “Cuando, hacia la edad de cinco o seis años, yo meditaba sobre el primer artículo del Credo de los Apóstoles, Creo en Dios Padre, Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra»: todo tipo de imágenes que se remitían a la creación del cielo y de la tierra se presentaban a mi alma. Vi la caída de los ángeles, la Creación de la Tierra y del Paraíso, Adán y Eva, y la Caída del Hombre. Creía simplemente que todos veían esto, como otras cosas que nos rodean. Yo hablaba de esto a mis padres, a mis hermanos y hermanas, a mis compañeros de juego, contaba todo esto ingenuamente, hasta el momento cuando me di cuenta que se burlaban de mí, preguntándome si tenía un libro en el cual todo esto estuviera escrito. Así comencé poco a poco a callar estas cosas, pensando, sin mucha reflexión que era inoportuno hablar de tales temas; no obstante, no me hice ninguna inquietud particular en cuanto a eso»
Cuando se efectuó su segunda investigación eclesiástica en 1819, el famoso poeta Clemente Brentano, el Peregrino, fue inducido a visitarla; para gran asombro de este, ella le dijo que le había sido señalado por inspiración divina como el hombre que escribiría sus revelaciones y permitiría cumplir con la voluntad de Dios, es decir, a escribir para el bien de innumerables almas la revelaciones recibidas por ella.
Desde 1819 hasta su muerte en 1824 Brentano registró sus visiones, llenando cuarenta volúmenes con detalladas escenas y pasajes del Nuevo Testamento y la vida de la Virgen María. Los detalles fueron recogidos con gran viveza, ya que mantienen el interés del lector como una escena gráfica que sigue una a la otra en rápida sucesión, como si fuese visible para el ojo humano. Brentano tomó brevemente por escrito los puntos principales, y como ella hablaba el dialecto de Westfalia, inmediatamente el poeta reescribía en alemán estándar. Luego le leía en voz alta y ella le hacia cambios hasta que le daba su completa aprobación.
Después de 1824, Brentano tuvo sus registros preparados para su publicación y en 1833 publicó su primer volumen, La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las visiones de Ana Catalina Emmerick. Brentano preparó entonces para su publicación la vida de la Bienaventurada Virgen María de acuerdo a las visiones de Ana Catalina Emmerick, pero él murió en 1842. El libro fue publicado póstumamente en 1852 en Múnich.
El Sacerdote católico Padre Karl Schmöger editó los manuscritos de Brentano y de 1858 a 1880 publicó los tres volúmenes de La vida pública de Nuestro Señor en que se describen hechos muy detallados de la vida de Jesús, ya que, lo que se lee en los Evangelios en unos minutos puede tomar unas horas en las visiones de Ana Catalina. Hechos destacados de Jesús, como caminar sobre las aguas se habrían repetido, y los mercaderes del Templo de Jerusalén habrían sido echados fuera varias veces. En 1881 en una gran edición ilustrada, Schmöger también escribió una biografía de Ana Catalina en dos volúmenes, que ha sido reeditada en idioma inglés.
Estos textos contienen varios pasajes notables. Las Visiones de Emmerick se usaron durante el descubrimiento de la casa de la Virgen María en una colina cerca de la ciudad de Éfeso. Ni Emmerick ni Brentano habían ido a Éfeso, y, de hecho, la ciudad aún no se ha excavado, pero las visiones que figuran en la vida de la Virgen María se utilizaron durante su descubrimiento. La Santa Sede no ha adoptado ninguna posición oficial sobre la autenticidad de la ubicación, pero en 1896 el papa León XIII visitó el lugar y en 1951 papa Pío XII declaró la casa como lugar sagrado. El papa Juan XXIII posteriormente hizo la declaración permanente.Pablo VI en 1967, Juan Pablo II en 1979 y Benedicto XVI en 2006 visitaron la casa, considerada ya un santuario.
También tuvo visiones de el núcleo de Santísima Trinidad en forma de tres esferas concéntricas integradas – la más grande, representada al Padre, la del medio al Hijo, y la más pequeña y más iluminada la del Espíritu Santo.

Núcleo de Santísima Trinidad según visiones de Ana Catelina Emmerick

De singular importancia son las visiones que tuvo de santos. San Antonio de Padua (1195-1231), San Ignacio de Loyola (1491-1556), San Francisco de Borja (1510-1572), San Carlos Borromeo (1538-1584), San Luis Gonzaga (1568-1591), San Estanislao de Kostka (1550-1568), San Agustín (354-430), San Francisco, Santo Tomás de Aquino (1225-1274), Santa Lutgarda (1182-1248), Santa Rita de Casia (1381-1457), Santa Clara de Montefalco (+ 1308), etc.

Enfermedad y muerte

En 1812 aparecen sus estigmas y a partir de entonces permanece confinada en cama, murió el 9 de febrero de 1824 en Dülmen y fue enterrada en el cementerio fuera de la ciudad cuatro días más tarde. En 1975, después de reiniciar el proceso de beatificación por el postulador de la causa Josef Adam, sus restos fueron trasladados a la cripta de la cercana Iglesia de la Santa Cruz.

Beatificación

Un primer proceso de beatificación comenzó en 1892, pero se ha prorrogado varias veces, principalmente debido a diferentes interpretaciones acerca de lo histórico y lo teológico ya que sus visiones y testimonios fueron anotadas por Clemens Brentano. El proceso fue suspendido en 1928, pero se reabrió en 1973 y cerrado definitivamente en 2004. Una curación milagrosa, ocurrida en Alemania en 1880, fue atribuida a su intercesión. El 3 de octubre de 2004 Ana Catalina Emmerick fue beatificada por el Papa Juan Pablo II. Al igual que en todos estos casos, la cuestión de sus visiones fue separada del proceso, y su causa fue juzgada solamente sobre la base de su propia santidad y sus virtudes personales.

Controversia

Actualmente, Ana Catalina Emmerick es admirada por sus visiones entre los cristianos católicos. También ha sido considerada entre los ortodoxos2 y los grupos protestantes a través del film La Pasión de Cristo.
En el año 2003, el actor Mel Gibson, católico, señaló a Emmerick como fuente alterna al Evangelio para elaborar su película La Pasión de Cristo. Tanto Gibson en su película y Emmerick en su Dolorosa Pasión, han sido criticados como antisemitas por la Liga Antidifamación. Los defensores de Emmerick han argumentado que Clemente Brentano, transcribió las visiones de Emmerick a forma escrita, y que pudo haber embellecido el texto con sus propios complementos.
Bajo este razonamiento el Vaticano no ha considerado a la Dolorosa Pasión en la beatificación, pero, promueve la siguiente cita:
«Sus palabras, que han llegado a innumerables personas de muchos idiomas desde su modesta habitación en Dülmen a través de los escritos de Clemente Brentano, son una buena proclamación del Evangelio en el servicio a la salvación hasta el día de hoy».

4 pensamiento sobre “Beata Ana Catalina Emmerick

  1. Ofir

    Muy interesante y con muchos detalles, esa vida de la beata Ana Catalina que nos presentas, una vida también llena de sufrimientos que ofrecía a Dios y que la consoló con esas visiones tan extraordinarias de la vida de Jesús y de la Virgen Maria.

  2. Mireya Camacho garcia

    Creo q el Altisimo la lleno de él para demostrar al mundo que la iglesia católica es la única y fuera d ella no hay salvación y q las puertas del infierno no prevalecerán x que lo q ella vio es verdad y uno saco frutos eternos al meditar la vida ocasión y muerte de nuestro redentor eso es la puerta al cielo x que el Altísimo escoge a sus instrumentos para su mayor gloria to tus tou

  3. jose daniel coreas meza

    muy almirable la vida de esta gran mistica y santa. un ejemplo a seguir y perceberar en la fe…y quisiera saber como conseguir una reliquia de ella muchas gracias

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