Nuestra Señora de Czestochowa

      4 comentarios en Nuestra Señora de Czestochowa

virgen polaca
El Icono de la Virgen negra, como se la conoce popularmente, está recorriendo el mundo. Ya pasó por Madrid; ayer estuvo en Griñon y mañana viajará a Avila.
Tuve el regalo de ver rezar ante Ella en Polonia; en la catedral de Gdanks. Qué necesidad tenía de María en aquel viaje; verla me iluminó el día..de paso, os saludo y me presento con amor.

No se conoce el origen de ésta imagen milagrosa que por muchos siglos ha estado íntimamente relacionada con la historia del pueblo polaco.

Según una leyenda, después de la crucifixión de Jesús, cuando la Virgen María se trasladó a la casa de San Juan, llevó consigo algunos artículos personales, entre ellos una mesa hecha por el mismo Redentor en el taller de San José. Se cuenta que, cuando las mujeres piadosas de Jerusalén le pidieron a San Lucas que hiciese una pintura de la Madre de Dios; fue la parte superior de esta mesa la que el Apóstol utilizó para pintar la imagen. Mientras aplicaba los broches y la pintura, San Lucas escuchó con atención como la Madre de Jesús hablaba de la vida de su Hijo; muchos de estos hechos fueron plasmados en su Evangelio.

La leyenda cuenta que la imagen permaneció en los alrededores de Jerusalén hasta que fue descubierta por Santa Elena, en el siglo cuarto. El cuadro, junto con otras reliquias, fue trasladado a la ciudad de Constantinopla, donde el hijo de Santa Elena, el Emperador Constantino el Grande, erigió una Iglesia para su entronización. La imagen de la Madre de Dios y el Niño fue honrada por el pueblo.

Cuando los Saracenos invadieron la ciudad, los senadores y ciudadanos cargaron la preciada imagen en procesión por las calles. Los Saracenos se llenaron de pánico y huyeron en consternación.

Más tarde, durante el terrible reinado del Emperador Izauryn, quien rechazaba los objetos sagrados y había destruido muchos a fuego, la imagen fue salvada por su esposa, la Emperatriz Irene, quien demostró una gran astucia al esconder la imagen de la Virgen en el palacio del Emperador, lugar donde los enemigos de Nuestra Señora nunca pensarían en buscarla.

La imagen permaneció en Constantinopla por quinientos años, hasta que se convirtió en objeto de varios dotes y así fue, eventualmente, a parar en Rusia y la región rusa que más tarde se convirtió en la actual Polonia.

Después de que la imagen vino a formar parte de las posesiones del príncipe polaco, San Ladislao, fue instalada en un lugar especial de su palacio en Belz. Poco tiempo después, cuando el castillo fue asediado por los Tártaros, una flecha enemiga penetró en la Capilla por una ventana hasta el icono, causando un rasguño en la garganta de la Virgen María. La lesión permanece hasta el día de hoy, a pesar de los muchos intentos hechos a través de los años para repararla.

Las crónicas narran que San Ladislao se determinó a salvaguardar la imagen de las subsecuentes invasiones de los Tártaros trasladándola a Opala, su ciudad natal, donde estaría más segura. Este viaje lo llevó hasta Czestochowa, lugar donde decidió pasar la noche. Durante esta breve pausa de su viaje, la imagen fue trasladada a Jasna Gora (que significa «colina luminosa»). Ahí fue colocada en una pequeña Iglesia de madera llamada La Asunción. A la mañana siguiente, después de haber colocado la imagen con sumo cuidado en su vagón correspondiente, los caballos se rehusaban a moverse. Aceptando esto como una señal del cielo de que la imagen había de permanecer en Czestochowa, San Ladislao hizo regresar la imagen solemnemente, a la Iglesia de la Asunción. Esto ocurrió el día 26 de agosto de 1382, día que aún se observa como fiesta de la imagen de Nuestra Señora. Dado que fue el deseo de San Ladislao que la imagen fuese custodiada por los más santos varones, ordenó la construcción de una Iglesia y monasterio de los Padres Paulinos, quienes devotamente se han encargado de su cuidado por los últimos seis siglos.

Habiendo escapado de la furia del Emperador Izauryn, y el daño causado por la flecha de los tártaros en la garganta de la Virgen María, la imagen fue puesta en peligro por los husitas, quienes abrazaron herejías extravagantes. Estos últimos invadieron el monasterio de los Padres Paulinos en 1430 y saquearon el suntuoso santuario. Entre los objetos robados estaba la imagen de Nuestra Señora. Después de haberla colocado en el vagón, los husitas avanzaron tan sólo una corta distancia antes de que los caballos se rehusaran a caminar. Recordando que un incidente similar había ocurrido a San Ladislao hacía unos cincuenta años atrás, y dándose cuenta de que la imagen había sido la causa, los herejes arrojaron la imagen al suelo. Ésta se quebró en tres pedazos. Uno de los ladrones sacó su espada, golpeó la imagen y le causó dos cortaduras profundas. Cuando se preparaba para golpearla por tercera vez, cayó al suelo y se retorció en agonía, hasta que murió. Las dos cortaduras en la mejilla de la Virgen, junto con el daño causado anteriormente por la lanza en su garganta, han reaparecido siempre a pesar de los repetidos intentos de restauración.

La imagen estuvo nuevamente en peligro en el año 1655. En aquel entonces, 12,000 suecos se enfrentaron a los 300 hombres que protegían el santuario. Aunque grandemente superados en número, los protectores de la Virgen lograron un gran éxito derrotando a los enemigos. Al año siguiente, la Virgen María fue aclamada como Reina de Polonia.

Cercano a nuestros tiempos, el día 14 de septiembre de 1920, cuando el ejército ruso se estableció en el Río Vístula y se preparaba para invadir la ciudad de Varsovia, el pueblo recurrió a la Virgen María. Al día siguiente, fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, el ejército ruso se retiró después que la imagen de la Virgen apareció en una nube sobre la ciudad. En la historia de Polonia, ésta victoria es conocida como El Milagro de Vístula.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes invadieron y capturaron Polonia. Después de haberse tomado la ciudad de Varsovia, una de las órdenes de Hitler fue la de suspender y cancelar todas las peregrinaciones ya que estas fortalecían al pueblo polaco. En demostración al amor por Nuestra Señora y la confianza en su protección, medio millón de polacos secretamente viajaron hasta el santuario en contra de las órdenes de Hitler. Después de la liberación de la ciudad en el año 1945, un millón y medio de personas expresaron su gratitud a Nuestra Señora rezando frente a su imagen milagrosa.

Veintiocho años después del primer intento del ejército ruso por capturar la ciudad, lograron esclavizar al país completo a partir del año 1948. Sin embargo, durante ese año, más de 800,000 personas valientes peregrinaron al santuario durante la fiesta de la Asunción, una de las tres fiestas de la imagen, aunque pasaron bajo la mirada de los soldados comunistas que rutinariamente patrullaban las calles. Hoy día, el pueblo continúa rindiendo honores a la venerada imagen de Nuestra Señora y el Niño, especialmente el día 26 de agosto, día que ha sido reservado para su celebración desde tiempos del Príncipe Ladislao.

Dado el color tan oscuro de la cara y las manos de Nuestra Señora, la imagen ha sido afectuosamente llamada «la Madona Negra», frase que nos recuerda del Cantar de los Cantares, «Soy morena pero bella». Su oscuridad se atribuye a varias condiciones, de las cuales la edad es la primordial. Otro factor es las pobres condiciones de los lugares donde fue escondida para salvaguardarla; además, infinidad de velas han sido quemadas ante ella, causando que estuviese constantemente rodeada de humo; y ha sido tocada por multitudes.

Sin contar el marco, la imagen es de aproximadamente 19 pulgadas de alto, unas 13 pulgadas de ancho y casi media pulgada de grueso. Hay una tela detrás del cuadro con dibujos y representaciones de su historia y de algunos milagros obtenidos a través de la intercesión de Nuestra Señora.

Los milagros atribuidos a la intercesión de Nuestra Señora de Czestochowa son numerosos y espectaculares. La documentación de estos milagros y curaciones se encuentra preservada en los archivos de los Padres Paulinos en Jasna Gora.

La imagen milagrosa fue reconocida oficialmente por el Papa Clemente XI en el año 1717. La corona dada por el Papa fue utilizada durante la primera coronación oficial de la imagen, pero este símbolo del reinado de Nuestra Señora fue robado en el año 1909. La corona fue reemplazada por una de oro incrustada con joyas, regalada por el Papa San Pío X.

Jan Casmir, Rey de Polonia, quien peregrinó allá en el año 1656. Después de haber colocado su corona a los pies del altar de la Virgen, prometió, «Yo, Jan Casmir, Rey de Polonia, os tomo a Vos como Reina y Patrona de mi reino; coloco a mi pueblo y a mi ejército bajo vuestra protección…» Mayo 3, el día en que se hizo este voto, fue designado por el Papa Pío XI con la fiesta de María bajo el titulo de «Reina de Polonia».

En tiempos modernos, el Papa Juan Pablo II, ha visitado varias veces a la Virgen de Czestochowa, siendo la primera en el año1979, pocos meses después de haber sido elegido Papa. También el Papa tiene una réplica de su querida Virgen de Czestochowa en el altar de su capilla privada donde cada día pasa horas en oración.

La Virgen de Czestochowa, herida en el cuello y en su rostro por sus enemigos, es una elocuente invitación a entregar nuestras vidas para reparar por tantas injurias que se siguen cometiendo contra nuestra Madre Amadísima.

El icono peregrino de la Virgen polaca de Czestochowa visitará mañana miércoles, 27 de febrero, la diócesis de Ávila en su camino desde Rusia hasta Fátima donde tiene previsto llegar el próximo 2 de marzo. Se trata de la iniciativa ‘From ocean to ocean’ (De océano a océano) que lleva este icono bizantino de la Virgen con el Niño, réplica del que se venera en el santuario polaco de Jasna Gora, desde el océano Pacífico hasta el Atlántico, según informó la diócesis de Ávila. La imagen podrá visitarse entre las 12:30 horas y las 14 horas en la Universidad de la Mística y después partirá hacia la capital salmantina.
El icono partió desde Vladivostok (Rusia, como primer país que legalizó el aborto en 1920), y al finalizar su recorrido habrá realizado un viaje de más de 30.000 kilómetros y habrá visitado unos 24 países. La iniciativa parte del llamamiento realizado en su día por el Beato Juan Pablo II (que tenía una gran devoción a esta Virgen), quien alertó sobre la necesidad de realizar una oración internacional para la defensa del derecho a la vida y vencer al aborto.
El icono es una imagen muy antigua de la Madre de Dios con su Niño, muy venerada en Polonia. Ha sufrido varios ataques a lo largo de la historia, que han dejado visibles heridas en su rostro y su cuello. De hecho el icono original está destrozado, y sobre sus restos se ha colocado el que se venera actualmente. Su rostro está ennegrecido, debido a las velas que se han encendido en torno a él; de ahí el sobrenombre por el que se le conoce popularmente, la Virgen negra. Venerado igualmente por católicos y ortodoxos, este icono representa además la unión querida por Dios para todos los cristianos en su única Iglesia, respirando con ambos pulmones (el oriental y el occidental).

4 pensamiento sobre “Nuestra Señora de Czestochowa

  1. Ofir

    Precioso ese reportaje de la historia de la Virgen de Czestochowa, tan venerada en Polonia como su Patrona, dando muestra de su catolicidad. El Papa Juan Pablo II, como buen polaco hizo mucho para que fuera conocida por todo el mundo. Yo tuve la dicha de asitir en peregrinacion al Santuario de Jasna Gora, en donde se le venera en una preciosa capilla, y orar ante la amtigua imagen, y de recuerdo tengo varias estampas de esa Virgen allí bendecidas.

  2. mercedes

    muy linda la foto no conocia ala virgen de czestochowa , vigen madre mia ruega por nosotros .amen

  3. marta

    Gracias Vero, por la narración de la historia de la Virgen de Czestichowa. La foto es preciosa, la Santisima Virgen y tú acompañándola ¡estás guapísima!, como siempre radiante y trasmitiendo vida.

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