El hijo de mi amiga argentina es seminarista y fue a Río.
Si bien fue desastrosa la organización, eternos los traslados y con muchas carencias..fue enorme la gracia recibida y el amor que fluía y muchísimo lo aprendido en palabras del santo Padre.
Me cuenta que la comunidad católica brasileña es un ejemplo por su devoción y fe..y que les impactó el amor que viven por los sacerdotes..tanto que cuando un ciudadano va por la calle y se encuentra con uno de ellos, les piden siempre la bendición y les besan la mano..que se llevan a su país el orgullo de sentirse soldados de Dios por el respeto vivido..
Que así sea en el mundo entero.
Que respetemos a los sacerdotes y seminaristas y les queramos mucho y en continua oración por su misión de pastores.
El respeto y amar mucho a los sacerdotes, debe ser una de los las característica de todo católico, orar y pedir vocaciones una mision también muy improtante que tenemos que realizar.
Me alegra muho conocer ese trato de la comunidad de los brasileños que tienen con los sacedotes, por cierto que aquí en España, en mis tiempos, también teníamos la costumbre de cuando veías un sacerdote por la calle ir a saludarle y besarle la,mano, cosa ahora imposible,pues además son pocos los que podemos distinguir como tales.