Luis Miguel Dominguín, famoso torero, ateo, y el doctor Vallejo Nágera, famoso psiquiatra, escritor y católico, como eran muy amigos y el doctor le apreciaba mucho, deseándole su eterna salvación, le pidió a Luis Miguel, que aunque no creyera, cuando se encontrara de cara la muerte, rezara, en atención a él, al menos, la siguiente segunda parte del Ave María:
SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS, RUEGA POR NOSOTROS PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE.
Sin lugar dudas debe tener un valor muy importante el Avemaria, por eso se recomienda mucho el rezo por lo menos de tres avemarías diarias, para recabar de la Virgen su ayuda. .