Me gustó mucho escuchar a un sacerdote en Argentina decir así tras comulgar : «Que tu cuerpo y tu sangre Señor nos guarden fuertes hasta que vuelvas. Amén «
Me gustó mucho escuchar a un sacerdote en Argentina decir así tras comulgar : «Que tu cuerpo y tu sangre Señor nos guarden fuertes hasta que vuelvas. Amén «
Pues si, la sangre y el cuerpo de Cristo al recibirlo en la comunión, nos da la fuerza para vivir la fe, y ese anhelo divino de esperar volverlo a tener en nuestro cuerpo..