Cuando me dieron mi coche después de un mes sin él..ofrecí ir a todas partes en transporte público y andando, valorando cada día que otros lo hacen así..no tomé un taxi en solidaridad ..cargué en las fiestas con peso por ello..y agradecí el regalo de tenerlo cada día y de poderle «alimentar» con gasolina.
En cuanto salí del taller, recé un Rosario en agradecimiento.
Gracias Señor por tanto.