El Papa reitera una tarea: Busquen la fecha de su bautismo
El Pontífice invitó a los cristianos a recordar la fecha de su bautismo que se “hace una sola vez, pero se va testimoniado todos los días”
Durante el rezo del Ángelus, en la plaza de San Pedro, el papa Francisco pidió a los fieles que recuerden la fecha de su bautismo, una fecha para festejar como “nuestro renacimiento como hijos de Dios”.
Los bautizados deben seguir a Jesús en “humildad, mansedumbre, ternura”, aunque hoy no es fácil en medio de “tanta intolerancia”, constató el Papa.
Este domingo, después de la fiesta de la Epifanía, el Papa recordó la celebración del Bautismo de Jesús. Y encomendó a los fieles de hacer memoria del bautismo recibido. De hecho, antes del rezo mariano, el Papa bautizó hoy a 26 niños en la Capilla Sixtina.
“Y les hago una solicitud. ¿Quién de ustedes sabe la fecha de su bautismo? Seguramente no todos”, expresó.
Así, que invitó a los bautizado a “buscar la fecha preguntando por ejemplo a sus padres, a sus abuelos, a sus padrinos, o ir a la parroquia”.
“Es muy importante saber, porque es una fecha para celebrar, es la fecha de nuestro renacimiento como hijos de Dios”, expresó.
“Porque esta es la tarea de esta semana: ir a buscar a la fecha de mi bautismo”, reiteró el Papa mostrando la importancia de celebrar ese día: “significa reafirmar nuestra adhesión a Jesús con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la iglesia y una nueva humanidad, donde todos somos hermanos”.
Durante su mensaje, Francisco sostuvo que el Espíritu Santo es la fuerza para todo bautizado: “El Espíritu empuja nuestra vida hacía el camino difícil pero alegre de la caridad y de la solidaridad hacía nuestros hermanos. El Espíritu nos dona la ternura y el perdón divino y nos llena con la fuerza invencible de la misericordia del Padre”.
“No olvidemos que el Espíritu Santo es una presencia viva y vivificante en quien lo acoge, reza en nosotros y nos llena de alegría espiritual”, anotó.
El Pontífice mencionó el Evangelio de este domingo, el Evangelio de Lucas que presenta a Jesús en las aguas del río Jordán mientras recibía el bautismo. “Estaba en oración, el cielo se abrió y descendió hasta Él el Espíritu Santo” en forma de paloma.
“Y vino una voz del cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.” (Lucas 3, 21-22). De esta manera Jesús fue consagrado y manifestado por el Padre como Mesías y salvador y liberador,” expresó.
Por todo ello el Papa pidió hoy a los fieles de recordar el día de su bautismo. Un día especial para los cristianos: “Agradezcamos por este don; y reafirmemos nuestra adhesión a Jesús, con el compromiso de vivir como cristianos, miembros de la Iglesia y de una humanidad nueva, en la cual todos somos hermanos. El Bautismo se recibe una sola vez, pero va testimoniado todos los días, porque es vida nueva para compartir y luz para comunicar, especialmente a cuántos viven en condiciones no dignas del hombre y caminan en el camino de la oscuridad”.
Por último, el Pontífice hizo llegar una especial bendición a todos los niños que han sido bautizados recientemente, pero también a los jóvenes y los adultos que han recibido desde hace poco los Sacramentos de la iniciación cristiana o que se preparan para recibirlos: “La gracia de Cristo les acompañe siempre”, aseguró.
Finalizó con su ya tradicional despedida: “A todos les deseo un feliz domingo. No olviden la tarea que les dejo y no se olviden de rezar por mí!”.
Impresionante el testimonio de un sacerdote ante el bautizo de la niña que vivió sólo 1 hora.
Este angelito intercederá por su familia desde el Cielo. Le rezaré con amor.
«María Victoria llegó a la vida dormida, sugiriendo que por favor no la molestaran. La bauticé sobre el pecho de su madre. Yo era consciente de que era un momento que llevaba en su envés una marca histórica, el niño que ve nevar por primera vez, el pie de Amstrong en la luna, la pulverización de una marca olímpica. Detrás de mí todo el equipo médico estaba quieto y callado, nunca tanto silencio se acercó tanto a una oración. La madre me dijo: «Padre, ¿es consciente de que acaba de bautizar a mi hija para el más allá y no para esta vida?». Y yo me callé, como si estuviera ante el David de Miguel Ángel»
10 de enero de 2016. Fiesta, con la cual se cierra el tiempo litúrgico de Navidad.
Normalmente el domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía es dedicado a celebrar el bautismo de Cristo, este año se celebra el domingo 13 de enero y señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.
Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536:
Hay una diferencia importante entre los dos bautismos:
El de Juan: con agua, exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
El de JESÚS: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace «partícipes de la naturaleza divina”
«No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia…» trabajo reservado al más inútil de los esclavos… Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús…
¿Porqué entonces Jesús se hace bautizar por Juan? [es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa]…
Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el «modo» que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia… Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios… así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente…
Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy «especial»: ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:
El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento) Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.
En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio, el Padre no «presenta» a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo…”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre… Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por VIVIR NUESTRO BAUTISMO…
«Éste es mi Hijo» (Evang.)… «Éste es el servidor sufriente» (Iª lect.)…
Sigamos a Cristo por la Cruz a la Luz.
María ¡¡¡
Te bendecimos y te amamos , Madre
te pido por una intención especial, por favor. Necesito descansar en ti.