Historia del Adviento

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El adviento tiene una larga historia. Su nombre, tanto en latín como en castellano, indica “advenimiento, llegada” y nos habla del sentido de esta etapa. Es un tiempo para preparar la venida del Señor. Parece haber tenido su origen en España y en la Galia a finales del siglo IV, y, más o menos, al mismo tiempo que comenzaron a celebrarse las fiestas de navidad. Se introdujo en Roma alrededor de la segunda mitad del siglo VI.
Originariamente, conmemora la larga espera del Mesías que recoge el Antiguo Testamento. En consecuencia es también un tiempo de preparación para la Navidad. De modo gradual incorpora también el sentido de preparación para la segunda venida de Cristo al final de los tiempos.
Hoy la Iglesia conmemora en el Adviento ambas venidas de Cristo. El punto central de las lecturas del primer domingo es la venida de Cristo al final de los tiempos, Luego, el enfoque se desplaza desde la predicación de San Juan Bautista, que prepara la vida pública de Cristo, hasta la preparación de Maria del nacimiento de Cristo en el cuarto domingo.
Estas dos venidas de Cristo están relacionadas una con otra. El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que “al celebrar anualmente la liturgia del Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías, participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda venida”.
Con el primer domingo de Adviento la Iglesia comienza un nuevo año litúrgico. De este modo, se da una cierta continuidad entre el final del año litúrgico- cuando las lecturas se centran en el fin de los tiempos con la celebración de la fiesta de Cristo Rey- y el comienzo del año litúrgico, cuando comenzamos de nuevo a prepararnos para la segunda venida de Cristo.
El Adviento comienza el cuarto domingo antes de navidad y siempre tiene cuatro domingos. Sin embargo, su duración varía, dependiendo del día de la semana en que cae la Navidad.
Al principio había seis domingos de Adviento. El Papa San Gregorio Magno (591-604) los redujo a cuatro. Las Iglesias ortodoxas orientales todavía celebran un adviento más prolongado, que comienza el 15 de noviembre, al día siguiente de celebrar la fiesta del apóstol Felipe. De ese modo, para ellos el Adviento, al igual que la Cuaresma, tiene 40 días. Lo viven como un tiempo penitencial, denominado “ayuno de San Felipe”, aunque la penitencia exigida no es tan estricta como en la Cuaresma.
En la Iglesia Católica, el espíritu que predomina en el Adviento es el de la expectación, el de la esperanza. Las Normas Generales sobre el año y el Calendario Litúrgico, publicado por la Santa Sede en 1969, señalan que el Adviento es “un periodo de devota y alegre expectación”
Sin embargo, el Directorio sobre Piedad Popular y la Liturgia, añade que el Adviento es también un tiempo de “conversión, a la cual alude frecuentemente la liturgia en este tiempo, citando a los profetas, especialmente a Juan el Bautista, quien clamaba “arrepentíos porque está al llegar el Reino de los Cielos” (Mt 3.2).
Este arrepentimiento, en el sentido de dolerse por los pecados, constituye siempre la forma adecuada para prepararse ante una gran celebración. La Iglesia tradicionalmente ha hecho preceder los días de gran fiesta con días de penitencia, como los cuarenta días de Cuaresma para preparar la Pascua. El color litúrgico violeta, que se utiliza durante el tiempo de Adviento, nos recuerda su sentido penitencial. El tercer domingo, Domingo Gaudete, o de regocijo, el color puede ser el rosa, que sugiere una cierta relajación del aspecto penitencial del Adviento, al estar ya muy próxima la Navidad.
Así pues, se podría decir que mediante la conversión y la penitencia, que incluye también la recepción del sacramento de la Reconciliación, vamos limpiando el establo de nuestro corazón para que Jesús pueda encontrar allí un lugar limpio donde descansar.

Santa Bibiana

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No tenemos fechas de su vida, pero está documentada la dedicación a esta santa de una basílica en Roma en el pontificado del papa Simplicio (468-473). Pudo vivir quizá a finales del siglo III, con una entrega colmada y que dio su vida a Dios, muriendo en martirio, al igual que sus padres y su hermana. La tradición y la iconografía representan su martirio mediante la flagelación, estando atada a una columna.

Ya se menciona en el Liber Pontificalis el culto a la mártir Bibiana cuando se afirma en él que el papa Simplicio (468 – 473) le dedicó una basílica. Restaurada en el siglo XVII por el infatigable papa Urbano VIII quien con su pasión renacentista, además de salvar un monumento antiguo, quiso dejar un testimonio litúrgico del hallazgo incluyendo en el calendario de la Iglesia universal la fiesta de Santa Bibiana en el día 2 de Diciembre. La basílica tiene tres naves divididas por ocho columnas antiguas y contiene una escultura graciosa de la Santa hecha por Bernini. Está situada cerca de la vía férrea, da nombre al túnel por donde se cruza —Arcos de Santa Bibiana— y próxima a la Stazione Termini.

¿Quién fue santa Bibiana? Bernini, todo arte, la representa con los instrumentos del martirio que le dieron la Vida: columna donde fue flagelada, los azotes, la corona del martirio y la sonrisa en su cara. Pero todo ello, con ser verdadero, es cosa común y aplicable a la mayor parte de los mártires cristianos en la Roma pagana, por lo que es decir mucho y, al mismo tiempo, nada acerca de un personaje concreto.

El relato de las actas no es fiable. El siglo VI en donde comienzan a proliferar las actas de los mártires y los escritos aún más tardíos del martirio no son dignos de crédito histórico por las añadiduras apócrifas y contradicciones que contienen. Incluso los datos que se mencionan, como hacer responsable de su martirio al emperador Juliano el Apóstata, adolecen de un pronunciado desinterés cronológico. La leyenda de nuestra santa que relata pormenorizadamente su martirio es una novela ejemplar que aplica un esquema general romano.

Pero es cierto que Santa Bibiana existió y que fue mártir. Posiblemente también existieron su madre Dafrosa y su hermana Demetria cuyos sarcófagos intactos se descubrieron debajo de los dos vasos de vidrio con inscripciones que conservaban las reliquias de la Santa. La historia se remonta como más remoto documento al papa Simplicio que se sitúa en el siglo V. La veneración de esta mártir es anterior al ese dato. Y por ello no está lejos de la verdad histórica la afirmación de que vivió santa Bibiana a finales del siglo III, antes incluso de lo que cantan las actas.

Es, pues, Bibiana una santa de la que poco sabemos por los documentos que pueden aducirse con valoración histórica cierta. Conocemos su existencia y la entrega colmada, definitiva, que de su vida hizo a Dios, dándole un sí apoteósico con el martirio. Todo lo demás ¿qué importa? Al fin y al cabo, las piedras talladas, papiros, pellejos, papeles y datos informáticos en donde pueda constar la historia más completa de cualquier santo no son más que raspar en la corteza sin alcanzar jamás ese núcleo personal de la relación entre el santo —la santa en nuestro caso— y Dios. Lo que consta en los archivos nos puede llevar al reconocimiento de sus virtudes, pero la reciprocidad de amores entre redimido y Redentor es un misterio siempre escondido para la historia y patente sólo cabe Dios.

Francisco se despide de Africa

Poco antes de empredener su regreso al Vaticano, el papa Francisco visitó la principal mezquita de la capital de República Centroafricana para subrayar que los musulmanes y los cristianos son hermanos y que deben vivir como tal.

En un inusual viaje a un volátil vecindario conocido como PK5, el pontífice recordó el lunes como cristianos y musulmanes vivieron en paz durante años en Bangui, la capital

La violencia sectaria que estalló en la ciudad hace casi dos años obligó a la mayoría de los 122.000 musulmanes que residían en la capital, Bangui, a huir por motivos de seguridad. Solo 15.000 siguen viviendo allí ahora.

La visita de Francisco tiene un profundo simbolismo y fue el punto culminante de su visita pastoral a tres naciones africanas.

El viaje terminó con el papa oficiando una misa en el estadio de Bangui. Luego partió a Roma.

Fue una colorida y multitudinaria misa que sirvió de broche final a su primera gira por este continente, ceremonia en la que pidió a los centroafricanos que se perdonen mutuamente y trabajen juntos por la paz.

El pontífice, que durante los seis últimos días también ha visitado Kenia y Uganda, volvió a darse un baño de multitudes en el austero complejo de Barthélémy Boganda.

El último servicio religioso que ofició el papa antes de partir de vuelta al Vaticano estuvo salpicado, como en sus anteriores etapas, de bailes y cánticos envueltos en los colores de la bandera nacional, que añade el verde y azul a la simbología vaticana.

Durante el oficio, el papa reiteró el mensaje central de su visita: «Dialogar con el que es diferente».

Es necesario, predicó, «perdonar al que nos ha hecho daño, comprometernos a construir una sociedad más justa y fraterna en la que ninguno se sienta abandonado».

«Ustedes, queridos centroafricanos, deben mirar sobre todo al futuro y, apoyándose en el camino ya recorrido, decidirse con determinación a abrir una nueva etapa en la historia cristiana de su país, a lanzarse hacia nuevos horizontes», añadió.

Francisco llegó sobre las 9 de la mañana hora local al estadio abarrotado por unas 30.000 personas. Lo hizo en un papamóvil abierto y más rudimentario que en otras visitas, pero custodiado por un gran número de guardaespaldas y un apabullante cordón de seguridad.

Curiosamente, el último gran acto celebrado en este mismo recinto fue un mitin del ex presidente François Bozizé días antes del golpe de estado de los rebeldes Séléka (del norte musulmán) en marzo de 2013.

Fue ese levantamiento el que desató una espiral violenta que ha enfrentado desde entonces a comunidades de esta confesión y milicias civiles cristianas, la religión mayoritaria en el país.

A diferencia de los actos de Nairobi y Kampala, esta vez no hubo móviles ni selfis que retrataran la efeméride: los centroafricanos, entre los más pobres del continente, se conformaron con agitar banderines vaticanos, palmas y cruces de madera para saludar a Francisco.

La escenografía de la ceremonia recurrió a motivos sencillos como canoas, cestas o faldas de esparto, que fusionaron las raíces más tradicionales de la cultura centroafricana con el culto católico.

El primer viaje del papa a África ha deparado seis días de fervor católico y mensajes centrados en la paz y en el respeto al medio ambiente.

san Andrés, apóstol

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Fiesta de san Andrés, apóstol, natural de Betsaida, hermano de Pedro y pescador como él. Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista a quien llamó el Señor Jesús junto al Jordán y que le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en Acaya y que fue crucificado en Patras. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono (s. I).

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO 2015

Tiempo de Adviento.
PRIMERA LECTURA DE LA MISA

Suscitaré a David un vástago legítimo

Lectura del libro de Jeremías 33, 14-16

«Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que cumpliré la promesa que hice
a la casa de Israel y a la casa de Judá.
En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo, que hará
justicia y derecho en la tierra.
En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así:
«Señor—nuestra—justicia».»

SALMO RESPONSORIAL

Salmo responsorial Sal 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14 (R.: 1b)

R. A ti, Señor, levanto mi alma.
Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con
lealtad;enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores;hace caminar a
los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza
y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza.

SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

Que el Señor os fortalezca internamente, para cuando Jesús vuelva

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 12—4, 2

Hermanos:
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo
mismo que nosotros os amamos.
Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor,
vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante
Dios, nuestro Padre.
En fin, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: Habéis aprendido
de nosotros cómo proceder para agradar a Dios;pues proceded así y seguid
adelante.
Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.

Aclamación del Evangelio

Aleluya Sal 84, 8

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

EVANGELIO DE LA MISA

Se acerca vuestra liberación

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las
gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedaran sin
aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los
astros se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y
majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra
liberación.
Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de
la vida, y se os eche encima de repente aquel día;porque caerá como un lazo sobre
todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por
venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»

Año Litúrgico 2015-2016

La siguiente es una imagen animada del año litúrgico 2015-2016 según el rito católico romano. Se llama «año litúrgico» o «año cristiano» al tiempo que oscila entre el primer domingo de Adviento y la última semana de tiempo ordinario durante el cual la Iglesia celebra todo el Misterio de Cristo, desde su nacimiento hasta su segunda venida. Se puede decir que el año litúrgico se compone de tiempos: tiempos fuertes y tiempo ordinario. Los tiempos fuertes son, Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, en los cuales se celebra un misterio concreto de la historia de la salvación. El Tiempo Ordinario en el cual no se celebra ningún aspecto concreto, sino más bien el mismo Misterio de Cristo en su plenitud, especialmente en los domingos. El Tiempo Ordinario, a su vez, se divide en dos partes y en total dura 33 ó 34 semanas. Nótese que en la imagen abajo se ha resaltado la fecha correspondiente a 2015-11-29.