Santos Difuntos

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En este día, ponemos en oración a todos nuestros amigos y seres queridos que nos dejaron para marchar con Dios.
Especialmente pedimos por Juli, cuya madre nos escribe y que hace una año por estas fechas ya estaba sufriendo una dura enfermedad. Bendito seas Julián; te pedimos que nos ayudes desde el Cielo.

Conmemoración del Día de los Fieles Difuntos, Universal
( 2 de noviembre)

La conmemoración de Todos los Fieles Difuntos es celebrada por toda la Iglesia el 2 de noviembre o, si éste es domingo o solemnidad, el 3 de noviembre. Todo el clero debe recitar el Oficio de Difuntos y todas las Misas son de Requiem, excepto la que se puede celebrar en los lugares donde haya obligación por ser fiesta.

La base teológica de la fiesta es la doctrina de que las almas que al salir del cuerpo no están perfectamente limpias de pecados veniales o no han reparado totalmente las transgresiones del pasado, son privadas de la Visión Beatífica, y que el creyente en la tierra puede ayudarles con las oraciones, la limosna y sobre todo por el sacrificio de la Misa…

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En España, Portugal, y América Latina, es tradicional que los sacerdotes en este día celebren tres Misas. Una concesión similar para todo el mundo fue solicitada al Papa León XIII. No la concedió pero ordenó un Requiem especial, el Domingo 30 de septiembre de 1888.

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LAS TRES IGLESIAS

Se llama Iglesia a la asociación de los que creen en Jesucristo. La Iglesia se divide en tres grupos. Iglesia triunfante: los que ya se salvaron y están en el cielo (los que festejamos ayer 1º de noviembre). Iglesia militante: los que estamos en la tierra luchando por hacer el bien y evitar el mal. La Iglesia sufriente: los que están en el purgatorio purificándose de sus pecados de las manchas que afean su alma.

El catecismo de la Iglesia Católica, publicado por el Papa Juan Pablo II en 1992, es un texto de máxima autoridad para todos los católicos del mundo y dice cinco cosas acerca del Purgatorio:

1ª. Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma (1030).

2ª. La Iglesia llama Purgatorio a esa purificación, y ha hablado de ella en el Concilio de Florencia y en el Concilio de Trento. La Iglesia para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: “La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego”. (1Cor. 3, 14).

3ª. La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º. de los Macabeos en la S. Biblia dice: “Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados” (2Mac. 12, 46).

4ª. La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos. Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto: “No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma”.

5ª. San Gregorio Magno afirma: “Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso”.

De San Gregorio se narran dos hechos interesantes. El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas había logrado salir del purgatorio. Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos, y les respondió: “Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio”.

Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas almas.

La respuesta de San Agustín: a este gran Santo le preguntó uno: “¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?”, y él le respondió: “Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él”.

¿Vamos a rezar más por los difuntos? ¿Vamos a ofrecer por ellos misas, comuniones, ayudas a los pobres y otras buenas obras?. Los muertos nunca jamás vienen a espantar a nadie, pero sí rezan y obtienen favores a favor de los que rezan por ellos.

Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora, una oración por su alma, la recibe Dios (San Agustín).

Cada uno se presentará ante el tribunal de Dios para darle cuenta de lo que ha hecho, de lo bueno y de lo malo (S. Biblia).

Que es el PURGATORIO :

Del latín purgatio: purificar. Es el estado transitorio de purificación necesaria para aquellos, que habiendo muerto en gracia de Dios y teniendo segura su salvación, necesitan mayor purificación para llegar a la santidad necesaria para entrar en el cielo.
Esta purificación es totalmente distinta al castigo del infierno. El purgatorio es doctrina de fe formulada en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580). Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma (Catecismo 1030).
Dios creó los seres humanos para que disfruten de su Creador viéndole en la Gloria. Sin embargo todos hemos pecado y en esa condición no se puede entrar en el cielo, pues nada manchado puede entrar en el Cielo; por lo cual, todos necesitamos la redención de Jesucristo para poder ir al cielo. Jesús nos purifica con el poder de su Sangre para poder ser admitidos al cielo. La salvación es posible sólo por medio de Jesucristo. Si morimos en gracia de Dios es porque hemos recibido esa gracia por los méritos de Jesucristo que murió por nosotros en la cruz. La purificación del purgatorio también es gracias a Jesuscristo.
El purgatorio es necesario porque pocas personas se abren tan perfectamente a la gracia de Dios aquí en la tierra como para morir limpios y poder ir directamente al cielo. Por eso muchos van al purgatorio donde los mismos méritos de Jesús completan la purificación.
Dios ha querido que nos ayudemos unos a otros en el camino al cielo. Las almas en el purgatorio pueden ser asistidas con nuestras oraciones.

FUNDAMENTO BÍBLICO
La doctrina de la Iglesia sobre el Purgatorio encuentra fundamento en la Biblia, cuando esta se sabe interpretar correctamente:
El texto del 2 Macabeos 12, 43-46 da por supuesto que existe una purificación después de la muerte.
(Judas Macabeo) efectuó entre sus soldados una colecta… a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado… Pues… creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren en gracia de Dios… Ofreció este sacrificio por los muertos; para que fuesen perdonados de su pecado.
Asimismo las palabras de nuestro Señor:
El que insulte al Hijo del Hombre podrá ser perdonado; en cambio, el que insulte al Espíritu Santo no será perdonado, ni en este mundo, ni en el otro. Mt 12,32.
Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo. Lucas 12,58-59
En estos pasajes Jesús hace referencia a un castigo temporal que no puede ser el infierno ni tampoco el cielo.
Se llega a semejante conclusión en la carta de San Pablo, 1 Corintios 3, 12-13:
Pues la base nadie la puede cambiar; ya está puesta y es Cristo Jesús. Pero, con estos cimientos, si uno construye con oro, otro con plata o piedras preciosas, o con madera, caña o paja, la obra de cada uno vendrá a descubrirse. El día del Juicio la dará a conocer porque en el fuego todo se descubrirá. El fuego probará la obra de cada cual: si su obra resiste el fuego, será premiado; pero, si es obra que se convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. El se salvará, pero como quien pasa por el fuego”.
De manera que hay un fuego después de la muerte que, diferente al del infierno, es temporal. El alma que por allí pasa se salvará. A ese estado de purgación le llamamos el “purgatorio”.
1 Cor 15,29: “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?”
La palabra “bautismo” es utilizada aquí como una metáfora para expresar sufrimiento o penitencia (Mc 10,38-39; Lc 3,16; 12,50). Pablo escribe sobre una práctica entre los cristianos de “bautizarse” por los difuntos. El no la condena, si no que la exalta como válida porque demuestra fe en la resurreción.
Compare 1 Cor 15,29 con 2 Macabeos 12,44 y verá la similitud.
Muchas almas a la hora de la muerte tienen manchas de pecado, es decir merecen castigo temporal por pecados mortales o veniales, ya perdonados en cuanto a la culpa. La Iglesia entiende por purgatorio el estado o condición en que los fieles difuntos están sometidos a purificación.
Las almas de los justos son aquellas que en el momento de separarse del cuerpo, por la muerte, se hallan en estado de gracia santificante y por eso pueden entrar en la Gloria. El juicio particular les fue favorable pero necesitan quedar plenamente limpias para poder ver a Dios “cara a cara”.
El tiempo que un alma dure en el purgatorio será hasta que esté libre de toda culpa y castigo. Inmediatamente terminada esta purificación el alma va al cielo. El purgatorio no continuará después del juicio final.

LAS PENAS DEL PURGATORIO

Aunque no sea doctrina-definida, se mantiene como doctrina común que el sufrimiento mayor del purgatorio consiste en la “pena de ausencia”, porque las almas están temporalmente privadas de la visión beatífica. Sin embargo, no hay comparación entre este sufrimiento y las penas del infierno. El purgatorio es temporal y por eso lleva consigo la esperanza de ver a Dios algún día cara a cara. Las almas lo llevan con paciencia, pues comprenden que la purificación es necesaria. Lo aceptan generosamente por amor de Dios y con perfecta sumisión a su voluntad.
Las penas del purgatorio son proporcionales al grado de pecado de cada persona. Es probable que las penas del purgatorio vayan disminuyendo gradualmente y aumente en ellas la alegría de la cercana entrada en el cielo. Estas almas tienen total certeza de la salvación y poseen fe, esperanza y caridad. Saben que ellas mismas están en amistad con Dios, confirmadas en gracia.

TESTIMONIOS DE LOS PADRES
Son muchos. Aquí solo presentamos unos pocos:
Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto: “No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma”.
A San Agustín le preguntaron: “¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?”. El respondió: “Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él”.
San Gregorio Magno: “Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso”.
San Gregorio ofreció 30 misas por el alma de un difunto. Más tarde ese difunto se le apareció en sueños a darle las gracias ya que por esas misas había logrado salir del purgatorio.
En otra ocasión, San Gregorio, estando celebrando la Misa, elevó la Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos y el les respondió: “Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio”.

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
Los miembros del Cuerpo Místico pueden ayudarse unos a otros, mientras estén en la tierra y después de la muerte. Toda persona en estado de gracia puede orar con provecho por las benditas almas; probablemente es necesario, al menos, hallarse en estado de gracia santificante para ganar las indulgencias por los difuntos.
Nuestra oración por las almas de los difuntos sólo puede ayudar a los que están en el purgatorio ya que la condición del infierno es irreversible y los que están en el cielo no necesitan oración, pero, como no tenemos, la certeza si un alma está en el purgatorio o no (excepto en el caso de los que han sido llevados a los altares) es recomendable orar por todos los difuntos. Nuestras oraciones por las almas del purgatorio pueden reducir sus penas en intensidad y duración. Cuando estas almas lleguen al cielo (antes no pueden) sin duda rezarán por sus benefactores.
En las oraciones litúrgicas de la Iglesia, se invoca con frecuencia a los ángeles y a los santos en favor de la Iglesia sufriente, es decir, por las almas del purgatorio.
El Concilio Vaticano Segundo hizo profesión de fe en la Iglesia Sufriente diciendo: “Este Sagrado Concilio recibe con gran piedad la venerable fe de nuestros hermanos que se hallan en la gloria celeste o que aún están purificándose después de la muerte”.

PURGATORIO EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA
1030 Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.
1031 La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820; 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura, (por ejemplo, 1 Co 3,15; 1P1,7) habla de un fuego purificador:
Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquel que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12,31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro.
1032 Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: “Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado” (2 M 12, 46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico, (cf DS 856) para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos:
Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre, (cf. Jb 1,5) ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos (San Juan Crisóstomo, hom. in 1 Cor 41,5).
Fuente: Padre Jordi Rivero
En el Purgatorio Dios nos Purifica: Juan Pablo II

Audiencia General
Miércoles 4 de agosto de 1999

1. Como hemos visto en las dos catequesis anteriores, a partir de la opción definitiva por Dios o contra Dios, el hombre se encuentra ante una alternativa: o vive con el Señor en la bienaventuranza eterna, o permanece alejado de su presencia.
Para cuantos se encuentran en la condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo de la Iglesia católica, nn. 1030-1032).
2. En la sagrada Escritura se pueden captar algunos elementos que ayudan a comprender el sentido de esta doctrina, aunque no esté enunciada de modo explícito. Expresan la convicción de que no se puede acceder a Dios sin pasar a través de algún tipo de purificación.
Según la legislación religiosa del Antiguo Testamento, lo que está destinado a Dios debe ser perfecto. En consecuencia, también la integridad física es particularmente exigida para las realidades que entran en contacto con Dios en el plano sacrificial, como, por ejemplo, los animales para inmolar (cf. Lv 22, 22), o en el institucional, como en el caso de los sacerdotes, ministros del culto (cf. Lv 21, 17-23). A esta integridad física debe corresponder una entrega total, tanto de las personas como de la colectividad (cf. 1R 8, 61), al Dios de la alianza de acuerdo con las grandes enseñanzas del Deuteronomio (cf. Dt 6, 5). Se trata de amar a Dios con todo el ser, con pureza de corazón y con el testimonio de las obras (cf . Dt 10, 12 s).
La exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para entrar en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad debe pasar por la purificación. Un texto de san Pablo lo sugiere.
El Apóstol habla del valor de la obra de cada uno, que se revelará el día del juicio, v dice: «Aquel, cuya obra, construida sobre el cimiento (Cristo), resista, recibirá la recompensa. Mas aquel, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego» (1Co 3, 14-15).
3. Para alcanzar un estado de integridad perfecta es necesaria, a veces, la intercesión o la mediación de una persona. Por ejemplo, Moisés obtiene el perdón del pueblo con una súplica, en la que evoca la obra salvífica rea izada por Dios en el pasado e invoca si fidelidad al juramento hecho a los padres (cf. Ex 32, 30 y vv. 11-13). La figura del Siervo del Señor, delineada por el libro de Isaías, se caracteriza también por su función de interceder y expiar en favor de muchos; al término de sus sufrimientos, él «verá la luz» y «justificará a muchos», cargando con sus culpas (cf. Is 52, 13-53, 12, especialmente, 53, 11).
El Salmo 51 puede considerarse, desde la visión del Antiguo Testamento, una síntesis del proceso de reintegración: el pecador confiesa y reconoce la propia culpa (v. 6), y pide insistentemente ser purificado o «lavado» (vv. 4. 9. 12 y 16), para poder proclamar la alabanza divina (v. 17).
4. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como el intercesor, que desempeña las funciones del sumo sacerdote el día de la expiación (cf. Hb 5, 7; 7, 25). Pero en él el sacerdocio presenta una configuración nueva y definitiva. Él entra una sola vez en el santuario celestial para interceder ante Dios en favor nuestro (cf. Hb 9, 23-26, especialmente el v. 24). Es Sacerdote y, al mismo tiempo, «víctima de propiciación» por los pecados de todo el mundo (cf. 1 Jn 2, 2).
Jesús, como el gran intercesor que expía por nosotros, se revelará plenamente al final de nuestra vida, cuando se manifieste con el ofrecimiento de misericordia, pero también con el juicio inevitable para quien rechaza el amor y el perdón del Padre.
El ofrecimiento de misericordia no excluye el deber de presentarnos puros o íntegros ante Dios, ricos de esa caridad que Pablo llama «vínculo de la perfección» (Col 3, 14)
5. Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortación evangélica a ser perfectos como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el amor, para hallarnos firmes e irreprensibles en presencia de Dios Padre, en el momento de «la venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos» (1Ts 3, 12 s). Por otra parte, estamos invitados a «purificamos de toda mancha de la carne y del espíritu» (2Co 7, 1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta.
Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del alma. La purificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una condición de vida. Quienes después de la muerte viven en un estado de purificación ya están en el amor de Cristo, que los libera de los residuos de la imperfección (cf. concilio ecuménico de Florencia, Decretum pro Graecis: Denzinger-Schönmetzer, 1304; concilio ecuménico de Trento, Decretum de justificatione y Decretum de purgatorio: ib., 1580 y 1820).
Hay que precisar que el estado de purificación no es una prolongación de la situación terrena, como si después de la muerte se diera una ulterior posibilidad de cambiar el propio destino. La enseñanza de la Iglesia a este propósito es inequívoca, y ha sido reafirmada por el concilio Vaticano 11, que enseña: «Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así, terminada única carrera que es nuestra vida en tierra (cf. Hb 9, 27), mereceremos entrar con él en la boda y ser contados entre los santos y no nos mandarán ir, como siervos malos y perezosos al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde “habrá llanto y rechinar de dientes” (Mt 22, 13 y 25, 30)» (Lumen gentium, 48).
6. Hay que proponer hoy de nuevo un último aspecto importante, que la tradición de la Iglesia siempre ha puesto de relieve: la dimensión comunitaria. En efecto, quienes se encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los bienaventurados, que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros, que caminamos en este mundo hacia la casa del Padre (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1032).
Así como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se realiza en el vínculo esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo presente y quienes ya gozan de la bienaventuranza eterna.

Fiesta de Todos los Santos

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Fiesta de Todos los Santos, Universal ( 1 de noviembre)

El Día de Todos Los Santos es una tradición cristiana instituida en honor de Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el papa Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles. En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después de Pentecostés; aunque también la celebran las Iglesias Anglicana y Luterana. En ella se venera a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico. Por tradición es un día festivo, no laborable.
La Iglesia nos manda echar en este día una mirada al cielo, que es nuestra futura patria, para ver allí con San Juan, a esa turba magna, a esa muchedumbre incontable de Santos, figurada en esas series de 12,000 inscritos en el Libro de la Vida, – con el cual se indica un número incalculable y perfecto, – y procedentes de Israel y de toda nación, pueblo y lengua, los cuales revestidos de blancas túnicas y con palmas en las manos, alaban sin cesar al Cordero sin mancilla. Cristo, la Virgen, los nueve coros de ángeles, los Apóstoles y Profetas, los Mártires con su propia sangre purpurados, los Confesores, radiantes con sus blancos vestidos, y los castos coros de Vírgenes forman ese majestuoso cortejo, integrado por todos cuantos acá en la tierra se desasieron de los bienes caducos y fueron mansos, mortificados, justicieros, misericordiosos, puros, pacíficos y perseguidos por Cristo. Entre esos millones de Justos a quienes hoy honramos y que fueron sencillos fieles de Jesús en la tierra, están muchos de los nuestros, parientes, amigos, miembros de nuestra familia parroquial, a los cuales van hoy dirigidos nuestros cultos. Ellos adoran ya al Rey de reyes y Corona de todos los Santos y seguramente nos alcanzarán abundantes misericordias de lo alto.

LOS TRES ESTADOS EN LA IGLESIA

1- La iglesia peregrina en la tierra, estos somos nosotros hasta el día de nuestra muerte.
2- La iglesia purgante (en el purgatorio), son los difuntos que aun no han ido al cielo. Por estos oramos el día de los difuntos, el 2 de noviembre.
3- la iglesia triunfante, ya glorificada en el cielo, estos son los santos que celebramos el 1 de Noviembre..
“Así pues, hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando ‘claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es.” (LG #49)
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, citando L.G. #49: “Como todos los creyentes formamos un solo cuerpo, es decir, (los del cielo y los de la tierra), el bien de los unos se comunica a los otros… es, pues, necesario creer que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante es Cristo, ya que Él es la cabeza… Así, el bien de Cristo es comunicado a todos los miembros, y esta comunicación se hace por los sacramentos de la Iglesia”.
“La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más, aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales”.
¿Qué significa esta cita de Lumen Gentium?
1. Los santos interceden por nosotros:

Como ellos están más íntimamente unidos a Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad… no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio de Jesucristo, los méritos que adquirieron en la tierra a través de sus vidas de santidad, de virtud, de buenas obras y de sufrimiento. Su solicitud fraterna ayuda, pues nuestra debilidad. (LG #49)
2. La comunión de los santos:

No sólo veneramos el recuerdo de los del cielo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea forzada por la práctica del amor fraterno.
Dice San Bernardo Abad, en uno de sus sermones (oficio del día de todos los santos):
¿De qué sirven a los santos nuestras alabanzas, nuestra glorificación, esta misma solemnidad que celebramos?
¿De qué les sirven los honores terrenos o nuestros elogios, si reciben del Padre celestial los honores que les había prometido verazmente el Hijo?
Los santos no necesitan de nuestros honores, mas sin embargo, la veneración de su memoria redunda en provecho nuestro. Despierta en nosotros dos deseos:
1. El de gozar de su compañía, tan deseable, y de llegar a ser conciudadanos con los bienaventurados, santos, patriarcas, mártires, apóstoles, confesores, las vírgenes, para resumir, asociarnos y alegrarnos juntos en la comunión de todos los santos.
2. Que como a ellos, también a nosotros se nos manifieste Cristo, que es nuestra vida, y que nos manifestemos también nosotros con él, revestidos de gloria.
3. La comunión con los difuntos:

“La Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones – pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados – (2 Ma 12:45)” (LG 50).
Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor.
CONCLUSIÓN:
“Creemos en la comunión de todos los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus santos, que siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones” (SPF 30).

QUIENES SON LOS SANTOS

La Sagrada Biblia llama “Santo” a aquello que está consagrado a Dios. La Iglesia Católica ha llamado “santos” a aquellos que se han dedicado a tratar de que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor.
Hay unos que han sido “canonizados”, o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice, porque por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.
Los santos “canonizados” oficialmente por la Iglesia Católica son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta de hoy.
La Santa Biblia afirma que al Cordero de Dios lo sigue una multitud incontable.

MEDITACIÓN DEL PAPA JUAN PABLO II EN LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, 1 DE NOVIEMBRE 97

Amadísimos hermanos y hermanas:
1. Los primeros dos días del mes de noviembre constituyen para el pueblo cristiano un momento intenso de fe y oración, que pone de relieve de modo singular la orientación “escatológica” recordada con fuerza por el concilio Vaticano II (cf. Lumen gentium, cap. VII). En efecto, al celebrar a todos los santos y al conmemorar a todos los fieles difuntos, la Iglesia peregrina en la tierra vive y expresa en la liturgia el vínculo espiritual que la une a la Iglesia celestial.
Hoy rendimos honor a los santos de todos los tiempos, mientras ya dirigimos oraciones en sufragio de nuestros queridos difuntos, visitando los cementerios. ¡Cómo nos consuela pensar que nuestros seres queridos, ya fallecidos, están en compañía de María, de los Apóstoles, de los mártires, de los confesores de la fe, de las vírgenes y de todos los santos y santas del paraíso!
2. La solemnidad de hoy nos ayuda así a profundizar una verdad fundamental de la fe cristiana, que profesamos en el “Credo”: la “comunión de los santos”. A este propósito, el concilio Vaticano II afirma: “Todos los de Cristo, que tienen su Espíritu, forman una misma Iglesia y están unidos entre sí en él (cf. Ef 4, 16). Por tanto, la unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales (…). Su preocupación de hermanos ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad” (Lumen gentium, 49).
Esta admirable comunión se realiza del modo más alto e intenso en la divina liturgia y, sobre todo, en la celebración del sacrificio eucarístico: en él “nos unimos de la manera más perfecta al culto de la Iglesia del cielo: reunidos en comunión, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, madre de Jesucristo nuestro Dios y Señor; la de su esposo san José; la de todos los santos Apóstoles y mártires y la de todos los santos” (ib., 50).
3. En la gloriosa asamblea de los santos, Dios quiso reservar el primer lugar a la Madre del Verbo encarnado. A lo largo de los siglos y en la eternidad María sigue estando en la cumbre de la comunión de los santos, como protectora singular del vínculo de la Iglesia universal con Cristo, su Señor. Para quien quiere seguir a Jesús por el camino del Evangelio, la Virgen es la guía segura y experta, la Madre solícita y atenta a la que puede confiar todos sus deseos y dificultades.
Pidamos juntos a la Reina de todos los santos que nos ayude a responder con generosa fidelidad a Dios, que nos llama a ser santos como él es santo (cf. Lv 19, 2; Mt 5, 48).

HISTORIA

La Iglesia Primitiva acostumbraba celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio. Frecuentemente los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de Diocleciano el número de mártires llego a ser tan grande que no se podía separar un día para asignársela. Pero la Iglesia, sintiendo que cada mártir debería ser venerado, señalo un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquia en el Domingo antes de Pentecostés.
También se menciona lo de un día en común en un sermón de San Efrén el Sirio en 373. En un principio solo los mártires y San Juan Bautista eran honrados por un día especial. Otros santos se fueran asignando gradualmente, y se incrementó cuando el proceso regular de canonización fue establecido; aún, a principios de 411 había en el Calendario Caldean una “Commemoratio Confessorum” para el viernes de los cristianos orientales. En la Iglesia de Occidente el papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610, consagro el Panteón en Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires, dándole un aniversario.
Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los Santos y arregló el aniversario para el 1 de noviembre. La basílica de los Apóstoles que ya existía en Roma, ahora su dedicación seria recordada anualmente el 1 de mayo. Gregorio IV extendió la celebración del 1 de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX. La vigilia parece haber sido llevada a cabo antes que la misma fiesta. Y la octava fue adicionada por Sixto IV en el siglo XV.
Esta vigilia, resultó sin embargo, coincidir con la celebración pagana de Samhain el 31 de octubre, ahora llamado Halloween (nombre que proviene de la frase “All hallow’s Eve” o “Víspera de Todos los Santos” entre los anglosajones), que marcaba el final del año celta. En esta fecha se celebraba entre los antiguos, la apertura dimensional entre el mundo tangible y el mundo de las tinieblas, y es hoy una fiesta con algunas características satánicas.

ALGUNOS EJEMPLOS DE FESTIVIDAD POPULAR

En España, dentro de la tradición católica, se realiza una visita a donde yacen los seres queridos. Es el día del año en que más flores se venden.
»En Cádiz se celebra el 31 de octubre los Tosantos, disfrazando a los conejos, puercos y gallinas de los mercados de la ciudad; también se hacen muñecos con frutas, verduras y frutos secos que reflejan de modo crítico y humorístico la realidad social del año.
»En Ceuta es el Día de la Mochila, la gente sale al campo portando una mochila de frutas y frutos secos con la que pasa el día.
»En Galicia se celebra el Magosto.
»En Cataluña se celebra la denominada castañada en la que se comen boniatos al horno, castañas y unos dulces especiales para este día llamados panellets.
»En Cocentaina (Alicante) se celebra la “fira de tots sants” o feria de todos los santos. Una licencia de mercado concedida por el rey de Aragón Pedro IV el Cerimonioso la convierte en una de las ferias de productos más antiguas e importantes de España.
»En Los Pedroches se encienden velas en las casas y se comen las tradicionales gachas de leche.
»En Extremadura, se va de gira al campo a merendar la chaquetía.
»En la dehesa de Guadix se comen pestiños y boniatos, en Jaén, buñuelos, y en el resto de España huesos de santo.
Tanto en España como en México es costumbre representar Don Juan Tenorio la noche del Día de Todos los Santos.
En México, donde se conjuga con el 2 de noviembre en el cual se festeja el día de los muertos, se hacen ofrendas en las tumbas para dar a los fallecidos generalmente comida, bebidas ,flores y cosas que les gusten, que se quitan el día 2 por la noche, permitiendo de esa manera, que los fallecidos disfruten la noche del primero de Noviembre de sus ofrendas. Las ciudades en las cuales existe una mayor tradición acerca de estas celebraciones son Pátzcuaro, Janitzio, Tzintzuntzan, así como el Distrito Federal en el panteón de Mixquic, entre otras.
En Guatemala, se realizan visitas a los cementerios dejando usualmente flores y a veces comida a los difuntos, se vuelan Barriletes Gigantes en Sumpango y Santiago Sacatepequez y se degusta el platillo llamado Fiambre (Combinación de embutidos y verduras).
En Bolivia, se celebra cada 2 de noviembre luego de la celebración, el día anterior, del Día de Todos los Difuntos. Es tradición recibir a los muertos al mediodía del 1 de noviembre con una mesa ceremonial donde se “recibe” al difunto con comida y bebidas, generalmente que fueron de su gusto. Se cree que los difuntos se quedan entre nosotros desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el mediodía del día siguiente. En ambos días se realizan visitas a los cementerios donde se espera también a los difuntos con flores y comida. Es feriado nacional en Bolivia sólo el día 2 de noviembre
Fuentes: EWTN, Mercaba, Vaticano, y otras
La Comunión de los Santos en el Catecismo de la Iglesia Católica

La Comunión de los Santos tiene dos significados: en primer lugar, indica la común participación de todos los miembros de la Iglesia en las cosas santas (sancta): la fe, los sacramentos, en particular en la Eucaristía, los carismas y otros dones espirituales. En la raíz de la comunión está la caridad que «no busca su propio interés» (1 Co 13, 5), sino que impulsa a los fieles a «poner todo en común» (Hch 4, 32), incluso los propios bienes materiales, para el servicio de los más pobres.
En segundo lugar, designa también la comunión entre las personas santas (sancti), es decir, entre quienes por la gracia están unidos a Cristo muerto y resucitado. Unos viven aún peregrinos en este mundo; otros, ya difuntos, se purifican, ayudados también por nuestras plegarias; otros, finalmente, gozan ya de la gloria de Dios e interceden por nosotros. Todos juntos forman en Cristo una sola familia, la Iglesia, para alabanza y gloria de la Trinidad.

).
La intercesión de los santos.
“Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad…no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad” (LG 49):
No lloréis, os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más eficazmente que durante mi vida (Santo Domingo, moribundo, a sus hermanos, cf. Jordán de Sajonia, lib 43).
Pasaré mi cielo haciendo el bien sobre la tierra (Santa Teresa del Niño Jesús, verba).
957 La comunión con los santos. “No veneramos el recuerdo de los del cielo tan sólo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea reforzada por la práctica del amor fraterno. En efecto, así como la unión entre los cristianos todavía en camino nos lleva más cerca de Cristo, así la comunión con los santos nos une a Cristo, del que mana, como de Fuente y Cabeza, toda la gracia y la vida del Pueblo de Dios” (LG 50):
Nosotros adoramos a Cristo porque es el Hijo de Dios: en cuanto a los mártires, los amamos como discípulos e imitadores del Señor, y es justo, a causa de su devoción incomparable hacia su rey y maestro; que podamos nosotros, también nosotros, ser sus compañeros y sus condiscípulos (San Policarpo, mart. 17).
La comunión con los difuntos. “La Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones `pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados’ (2 M 12, 45)” (LG 50). Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor.
… en la única familia de Dios. “Todos los hijos de Dios y miembros de una misma familia en Cristo, al unirnos en el amor mutuo y en la misma alabanza a la Santísima Trinidad, estamos respondiendo a la íntima vocación de la Iglesia” (LG 51).

Me avergüenzo..

      6 comentarios en Me avergüenzo..

Que siendo española, lea que en Barcelona quieren boicotear la llegada del Papa.
LLoré al leer que la asociación de lesbianas y gays van a provocar a los fieles y han convocado a miles de adeptos a posar en actitudes muy feas y besándose entre ellos cuando el Santo Padre esté pasando delante de ellos.No os escribo con detalle lo que cuentan pues no puedo ni leerlo ya que alimento lo que el mal quiere..como pasó el lunes con el programa de Tinelli, que según me contaron fue indecente y no quiero saber detalles pues ni sé encender la televisión y me duele la perversión ..pienso en las almas de los niños que vean esto o lean y en cómo se ensucia..y como de esto van a más..y no fuimos creados para la obscenidad.
Siento mucho q mi mensaje de hoy no sea de paz y me da asco y dolor escribirlo pero lo hago para que recemos unidos para evitarlo y que esto no llegue a otros países pues todo lo vivido en España está llegando a Sudamérica..entiendo que la Santísima Virgen lllore sangre..pobrecilla nuestra madre del cielo.

Iglesias Argentinas y uruguayas con Adoración Eucarística

Adoración Eucarística Permanente

• Parroquia San Ignacio de Loyola,
Bolívar y Alsina (CENTRO)
De lunes a domingo de 9 a 21 hs. en el Templo y de 21 a 9 hs. en la Capilla del Santísimo
• Parroquia San José de Flores

Centro
• Catedral Metropolitana, Rivadavia y San Martín, de lunes a viernes de 9.30 a 17.45 hs.

Belgrano
• Parroquia Nuestra Señora de Fátima, Roosvelt 2066, esquina Arcos, frente a la Plaza. martes a sábado de 9 a 12:30 y de 17 a 19:30 hs.
• Capilla del Colegio Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, Luis María Campos y Maure. Lunes a Lunes de 9 a 13 y de 16 a 19:30 hs.
• Parroquia San Patricio, Estomba y Echeverría. de lunes a lunes de 8 a 12 y de 18 a 19.30 hs.
• Parroquia Inmaculada Concepción, de lunes a viernes 8.30 a 11 y por la tarde, sólo los lunes después de las 19.30hs
• Santuario de Shoenstatt, Echeverría 3632. Domingos de 16 a 18 hs.; martes de 15 a 18 hs.; jueves de 15 a 18 hs., viernes de 10 a 15 hs.

Palermo
• Parroquia Sagrada Eucaristía, Av. Sante Fe y Uriarte, de lunes a viernes de 9 a 19 hs. 19 hs. Santa Misa. De 19.45 a 20.30hs: Adoración con rezo de Vísperas. Los sábados hay de 9 a 16 hs. (PALERMO) HORARIO DE ADORACIÓN EN VERANO: Lunes a viernes de 9.30 a 13.00hs. y de 17 a 19 hs. Sábados de 9.30 a 13hs.
• Parroquia del Espíritu Santo – Basílica de Guadalupe-, Medrano y Paraguay, (casa parroquial) en el Baptisterio. Lunes a Sábados de 9 a 21hs

Barrio Norte
• Parroquia Ntra. Sra. de Loreto
Juncal 3115 TE: 4804-4873 4807-2624
Exposición del Santísimo en la capilla, todos los días de 7.30 a 20,30

Caballito
• Parroquia Santa María, Av. de la Plata 286, esquina Venezuela. De lunes a lunes de 8.30 a 21hs.
• Parroquia Santa Julia, Juan Bautista Alberdi y Víctor Martínez, de lunes a viernes de 8 a 12 hs.. (Altar lateral)

Recoleta
• Asociación Cristo Sacerdote, Capilla San Pablo, Vicente López 1639, entre Montevideo y Rodriguez Peña. De lunes a viernes de 8:30 a 20 y 20:30 a 8 horas. Se interrumpe para la misa.

Barrio Norte
• Capilla del Colegio Adoratrices, Paraguay 1419. De lunes a viernes de 9 a 12 y 17 a 19:30hs
• Nuestra Señora del Carmelo, M.T. de Alvear y Pueyrredón, de lunes a sábados de 8.30 a 11.45hs y los jueves de 17.30 a 20.45hs.; 1º viernes de mes: de 8.30 a 11.45hs y de 17.30 a 20.45hs.

Retiro
• Parroquia Santísimo Sacramento, San Martín 1039, 4311-0391/4312-2314/fax: 4312-6454. De 7 a 19.30hs.

Saavedra
• Parroquia San Isidro Labrador, Av. San Isidro 4500 ( SAAVEDRA)
todos los días de 18.30 a 19.00 hs. antes de la misa de 19.00 hs.
los martes de 8.30 a 11.30 hs. la misa es a las 8.00 hs.
los viernes de 8.30 a 19.00 hs.
y los 1º sábados del mes de 8.30 a 10.30 hs,

San Cristobal
• Capilla del Htal. Ramos Mejía, Gral. Urquiza 669,(SAN CRISTOBAL)
lunes, de 09:00 a 20:00; miércoles, de 09:00 a 19:00 y viernes, de 09:00 a 20:00.
Los sábados, a continuación de la Santa Misa de las 17:00, se realiza la Adoración comunitaria, guiada y meditada, con reflexiones y cantos

Almagro
• Casa de Jesús
Avenida Corrientes 4433 (ALMAGRO)
Adoración lunes a viernes de 14 a 21 hs

Liniers
• Santuario San Cayetano
Cuzco 150 TE: 4641-0583 / 4641-1572
Viernes 18 a 19 hs

Provincia de Buenos Aires

Diócesis de Avellaneda

Capilla Santísimo Sacramento, Calle 12 de Octubre N°112, Avellaneda, Pcia. de Buenos Aires. De lunes a domingo de 6 a 24 hs

Diócesis de San Isidro

Acassuso
Parroquia Niño Jesús de Praga
Albarellos 1101 TE 4508-8513/4 De lunes a domingo de 8 a 20 hs.
Santo Domingo de Guzmán
Perú 451 TE 4508-8505 Todos los viernes del año, de 9 a 19 hs.

Béccar
Parroquia San José Obrero
Roma 2037 TE 4575-4210

Santuario de Schoenstatt
Elflein 2431 TE 4723-8653 Desde el 19/3 al 23/12 , de lunes a viernes de 10 a 22 hs.

Boulogne
Parroquia Santa Rita
Darragueyra 630 TE 4508-4703

Don Torcuato
Parroquia Ntra. Señora de Luján
Riobamba e Italia De lunes a viernes de 9 a 21 hs.
Parroquia San Cayetano
Todos los jueves

Gral. Pacheco
Parroquia Purísima Concepción
Irigoyen 250 TE 4740-5030

Martínez
Parroquia Ntra. Señora de Fátima
Av. Libertador 13900 TE 4508-8501/8502. Del 13/9 al 13/10
Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús
Monseñor Larumbe 742 TE 4792-7020

Munro
Parroquia Santa Rosa de Lima
Rivadavia 2350 TE 4762-3832. Del 1/8 al 31/8 , los jueves y viernes.
Parroquia San Antonio
Independencia 2580 TE 4756-0511

Olivos
Parroquia Ntra. Señora de la Unidad
Paraná 1630 TE 4513-9965/9966. Del 6/6 al 13/6 de 8 a 20 hs.
Parroquia La Asunción de la Virgen
Ugarte 2367 TE 4513-6735

San Fernando
Parroquia Ntra. Señora de Aranzazu
Constitución 968 TE 4575-3096/3097. Del 21 al 27/3, 1 al 8/9, 16 al 21/10, 28/11 al 4/12 De 6.30 a 22 hs.
Parroquia Ntra. Señora del Carmen
H. Irigoyen 2112 TE 4575-3095

San Isidro
Catedral de San Isidro
Béccar Varela 530 TE 4743-0291/4990. En Cuaresma, todos los días del año después de la misa de 10 hs. durante una hora y los viernes a la noche.

Parroquia Ntra. Señora de la Merced
Julián Navarro 3546 TE 4512-8294. AEP
Parroquia San Juan Bosco
Av. Márquez 3031 TE 4765-4904. AEP
Capilla del Colegio Marín
Av. Libertador 17115 TE 4743-0028 Del 29/2 al 17/12 de 7 a 21 hs.
Vicente López
Parroquia San Gabriel
Gaspar Campos 759 TE 4513-6732 Miércoles de 8.30 a 19 hs.
Parroquia Santo Tomás Moro
Urquiza 1450 TE 4513-6718
Parroquia Cristo Redentor
Gral. Roca 520 TE 4718-2745

Victoria
Parroquia Ntra. Señora de la Guardia

Villa Martelli
Parroquia Viegen de las Gracias
Posadas 779 TE 4838-2011

Virreyes
Parroquia Ntra. Señora de Iratí
Gandolfo 5059 TE 4575-3099 Quince días antes de la Primera Comunión de 8 a 12 y 14 a 18 hs.
Parroquia San Pablo
Gandolfo 4009 TE 4580-0455 Del 11 al 16/ 4 de 15 a 19 hs.
Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús
Sobremonte 2485 TE 4580-0387

Diócesis de San Martín
Santuario Eucarístico de Villa Ballester:
Dirección: Pje. Santuario Eucarístico 4351- Tel.: 4768-3996 – (1653)
V.Ballester Pcia. de Buenos Aires
Domingo 8.30 a 9.30 hs y 18.30 a 19.30 hs.
Lunes a jueves 18.30 a 19.30 hs.
Viernes 9.00 a 19.30 hs.
Sábado 18.30 a 19.30 hs.

Parroquia Virgen de las Gracias, Posadas 779,
Villa Martelli, Pcia. de Buenos Aires. De lunes a jueves de 16 a 18 hs. y los viernes de 16 a 21 hs.

Arquidiócesis de La Plata
Parroquia Ntra. Señora del Carmelo, La Plata,
Pcia. de Buenos Aires. Todos los jueves y los sábados de 19.15hs hasta las 20.00hs

Lomas de Zamora
Capilla de Adoración Perpetua, Sáenz 572, Lomas de Zamora, Pcia. de Buenos Aires (organizado por el Movimiento de Adoración Eucarística Perpetua Diocesana de Lomas de Zamora-Buenos Aires. Para informes, comunicarse al teléfono: 011-4245-5186

Capilla Santa Ana – Glew. AEP

Don Torcuato
Parroquia Ntra. Señora de Luján, calles Riobamba e Italia. De lunes a viernes de 9 a 21 hs.

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*Interior del País
-Parroquia Ntra. Sra. de la Misericordia, Urquiza y Paso (atrás de la via), Venado Tuerto, en el sur de la provincia de SANTA FE. La Capilla del Santísimo lleva el nombre de «Padre Pio». AEP
-Catedral de San Rafael, Capilla del Santísimo, Rafaela, SANTA FE.
-Capilla del Niño Dios, España 972, Rosario, SANTA FE. Abierta todos los días, menos los martes, de 17 a 20 hs
-Parroquia San Pedro Apóstol, Casilda, SANTA FE. AEP
-Parroquia San Miguel Arcángel, Santuario María Reina Inmaculada del Universo, Buenos Aires y Gardel, Paraná, ENTRE RÍOS. AEP
-Parroquia Natividad de María, Salgueiro y Av. Espinoza TE 02336 – 481047.Villa Huidobro, CÓRDOBA. De 7 a 24 hs todos los días.
-Parroquia Cristo Rey, Rep. de Siria 850, Bº General Bustos, Cdad. de Córdoba, CÓRDOBA, (El grupo UNER -Unión Eucarística Renovadora- hace la Adoración al Santísimo una vez por mes -el primer viernes- o previo fiestas importantes)
-Monasterio de las Hermanas de Santa Catalina -Orden Dominicas-, calle Obispo Trejo -atrás de la Catedral-, Cdad. de Córdoba, CÓRDOBA, todos los primeros Jueves de cada mes en el horario de 08.00hs. a 20.00hs.
-Parroquia Sagrada Familia, Libertad 719, Villa Nueva de Guaymallén, MENDOZA,
lunes a viernes 9.30 a 12.30/17.30 a 19.30/20.30 a 22.30 (horario de invierno: 22 hs.)
Domingos 20.30 a 22.30 hs.

AEP CATEDRAL DE San Rafael (Mendoza)
AEP Parroquia San José (San Rafael, Mendoza)
AEP Parroquia Sagrado Corazón de Jesús (Gral. Alvear, Mendoza)
AEP Capilla Sagrado Corazón (Yerba Buena, San Miguel de Tucumán)
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*Exterior del País
URUGUAY:
*Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón (Parroquia Punta Carretas): Ellauri 408 (frente al Shopping de Punta Carretas). Teléfono 00598 2 710 26 40
Misa:
Lunes a Sábado 19.30 hs y Domingos a las 11.30 y a las 19:30 hs
Adoración al Santísimo:
· Lunes a Viernes de 10 a 12 hs.
· Martes después de Misa de 19.30 hs.
· Primer viernes de mes: Vigilia de Adoración después de la Misa del jueves hasta el viernes a las 12 hs. del mediodía en forma ininterrumpida.
· Todos los días 2 de cada mes a partir de las 10 hs. hasta la Misa de las 19.30 hs.

Los milagros inéditos del Padre Pío

Los milagros inéditos del Padre Pío, el santo de los estigmas
Habla el autor del nuevo libro, José María Zavala

MADRID, martes 26 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Se publica en España «Padre Pío. Los milagros desconocidos del santo de los estigmas» (LibrosLibres), en el que el autor, José María Zavala, ha recopilado testimonios de conversiones y curaciones experimentados por su intercesión.
«Nunca había sentido tantos deseos de compartir una experiencia que me ha marcado de por vida», reconoce el autor en esta entrevista concedida a ZENIT, recordando que la canonización de Pío de Pietrelcina (1887-1968), en 2002, batió todos los records de fieles en la historia.
–¿Cómo se le recuerda al Padre Pío en el convento de San Giovanni Rotondo, donde pasó casi toda su vida?
–José María Zavala: Con inmenso cariño. Hay fieles que siguen percibiendo el intenso perfume de sus estigmas como la mejor señal de que nunca les abandona, esa misma fragancia que dejó helado a más de un incrédulo.
–¿Quedan muchas personas que le trataron íntimamente?
–José María Zavala: Pocas, pero he tenido la gran fortuna de entrevistarlas. Como sor Consolata, una monja de clausura de 95 años que me recibió en el convento para relatarme episodios tan inolvidables como desconocidos. Nunca se lo agradeceré lo suficiente. Igual que a Pierino Galeone, sacerdote octogenario con fama de santo, a quien el Padre Pío curó milagrosamente tras la Segunda Guerra Mundial. Lo mismo que a Paolo Covino, el capuchino que administró la Extremaunción al Padre Pío. Todos ellos rompen por primera vez su silencio para hablar del Padre Pío en este libro.
–¿Expresan alguna idea común?
–José María Zavala: Todos coinciden en que él hizo lo mismo que Jesús en la tierra: convirtió a los pecadores, sanó a los enfermos, consoló a los afligidos… Cargó con la Cruz durante toda su vida para redimir a los hombres del pecado. El Padre Pío sabía muy bien que sin sacrificio personal era imposible ganar almas para el Señor.
–¿Quién fue el Padre Pío?
–José María Zavala: Un regalazo que Dios hizo a los hombres en pleno siglo XX para que sigan creyendo en Él. Es imposible acercarse con sencillez y sin prejuicios a su figura y permanecer insensible. Conozco a mucha gente cuya fe estaba muerta por falta de obras y que por intercesión suya está ahora muy cerca del Señor, reza y es feliz haciendo felices a los demás.
–¿Hay una relación entre sus horas de confesionario y los estigmas?
–José María Zavala: «Todo es un juego de amor», decía él. De Amor, con mayúscula, por el prójimo; él sabía muy bien que lo mejor se compra siempre al precio de un gran sacrificio. El Padre Pío vivió «crucificado» durante cincuenta años con estigmas en manos, pies y costado que sangraban a diario. Semejante sufrimiento moral y físico era un medio infalible para liberar a muchas almas de los lazos de Satanás. Por eso mismo se pasaba a veces dieciocho horas seguidas en el confesionario.
–Como un nuevo cura de Ars…
–José María Zavala: Ahí radica la grandeza de este hombre de Dios. San Giovanni Rotondo, donde vivió y murió, sigue siendo hoy un auténtico camino de Damasco por el que millares de pecadores retornan al Señor. Es el primer sacerdote estigmatizado en la Historia de la Iglesia, y con unos carismas que le hacen muy especial, desde la bilocación hasta el escrutinio de corazones que le permitía leer el alma de los penitentes.
–«Haré más ruido muerto que vivo», comentó un día. ¿Qué quiso decir?
–José María Zavala: Habría que preguntárselo a los centenares de personas en todo el mundo que por su intercesión siguen hoy convirtiéndose y/o curándose milagrosamente de una enfermedad mortal. Muchos de ellos aportan sus impactantes testimonios en este libro. Podemos afirmar que el Padre Pío sigue obrando hoy desde Arriba más prodigios que cuando estuvo en la tierra.
–Usted recoge algunas conversiones impactantes…
–José María Zavala: Gianna Vinci me relató en Roma uno de esos milagros que le dejan a uno boquiabierto. En cierta ocasión, una mujer enferma de cáncer rogó a su marido, agnóstico, que la llevase a San Giovanni Rotondo, pues había oído que el Padre Pío obraba milagros. El hombre puso una condición: esperaría fuera de la iglesia. Así que entró sola la madre con su hijo de diez años. Gianna Vinci estaba allí y lo vio todo. La mujer se arrodilló en el confesionario del Padre Pío mientras éste indicaba al niño que avisase a su padre. El chiquillo obedeció: «¡Papá, te llama el Padre Pío!», le dijo en la puerta. Pero aquel rapaz… ¡era sordomudo! Emocionado, el padre acabó confesándose y su esposa quedó curada del cáncer al instante.
–¿Cuál es el secreto de la popularidad de este santo?
–José María Zavala: El Amor por los demás, insisto. El Padre Pío sigue recogiendo hoy los frutos de su siembra desde el Cielo. En Italia pude sentir el gran cariño que la gente profesa a este pedazo de santo. Al regresar a Madrid, mientras facturaba las maletas en el aeropuerto, un policía empezó a poner pegas. Pero en cuanto vio el retrato del Padre Pío que llevaba para un amigo, me dejó pasar con una sonrisa. «¡Menudo salvoconducto!», pensé.
–¿Va siendo conocido fuera de Italia?
–José María Zavala: Espero que este libro sirva para darle a conocer más en España, donde ya ha hecho unos cuantos milagros. En Argentina, México, Chile o Filipinas cuenta cada vez con más devotos.
–¿Qué significa este libro en el conjunto de su bibliografía?
–José María Zavala: Es sin duda mi obra más importante. Nunca había sentido tantos deseos de compartir con los lectores una experiencia que me ha marcado de por vida. Dicen que cuando el Padre Pío levanta un alma ya no la deja caer más. Pues eso mismo he comprobado yo en mi propia carne. Invito a todo el que quiera, por muy escéptico que sea, a conocer a este hombre de Dios. Le aseguro que no quedará indiferente.
Más información en www.libroslibres.com
Por Carmelo López-Arias