1 pensamiento sobre “Sed de Dios

  1. Ofir

    El Señor en la cruz pronunció esas palabras «tengo sed», era una sed de amor, de ese amor que espera de nosotros, para correspònder al Amor que en la Cruz nos entregó.
    Así pues nosotros debemos corresponderle teniendo sed de El, para aliviar nuestros corazones de la sequedad de amor a nuestros hermanos y así llenar nuestros corazones de las abudantes aguas frescas y cristalianas que brotan de Su corazón.

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