Otoño en Prado Nuevo

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Aunque el primer sábado de mes, nos hizo un sol radiante, la luz y la naturaleza mostraban el otoño en este bendito lugar.
Miles de personas, que aumentan cada mes. Muchos lo hacéis gracias a palpitalavida y escribís de vuelta transformados; benditos sean los testimonios que anidan en este lugar, que el Espíritu Santo cuida cada día, advirtiendo cada tema a tratar.
Cada detalle que veis, es producto de mucho trabajo, humilde, silencioso y con mucho amor por parte de un rebaño humano elegido por la Santísima Virgen.
Cada día hay avances; se vive con mucho gozo pues cada acción..dar información, cortar los setos, mantener el prado, regar, limpiar, construcción..es para honrarla y ya ni hablo de la parte consagrada..pero a todos ellos no les gustará que les mencione, así es que rezamos por la Comunidad de Prado Nuevo y olvidamos los halagos.
Ella, cada día más bella.

Peregrinación popular a Lujan ( Argentina)

Ayer sábado, miles de jóvenes iniciaron la peregrinación a Luján
La columna principal, con la «imagen cabecera» de la Virgen, salió este mediodía -en medio de vítores y aplausos.
Miles de personas, en su mayoría jóvenes, caminaban ayer hacia la basílica de Nuestra Señora de Luján, distante a 60 kilómetros de la Capital Federal, en el marco de la 38º peregrinación a pie que lleva por lema «Madre, enséñanos a trabajar por la justicia».

«Es tiempo para reflexionar y ver al hermano necesitado en el camino de la vida», dijo el prelado porteño a los jóvenes, al tiempo que abogó por mayor justicia y solidaridad.

Antes de salir, los peregrinos expresaron las motivaciones que los llevan a caminar hacia «la casa» de la Virgen patrona de los argentinos.

«La gente sigue viviendo a pesar de todo. Nadie nos puede robar la fe y la esperanza», dijo Martín, un hombre de la diócesis de San Isidro que hace 20 años camina a Luján.

«Rezamos para que no llueva. Esperemos que no..Pero el pronóstico del Servicio Meteorológico, con lluvias y tormentas para la noche, parece no acompañar a los promesantes.Ante esto, la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular, a cargo de la organización de la marcha, sugirió llevar equipos de lluvia. Fue por eso que se podían ver capuchas, paraguas e improvisadas piezas de nylon o bolsas plásticas para cubrirse de un eventual aguacero.

Hoy domingo, el señor cardenal Jorge Bergoglio presidirá la misa central.

Por segundo año consecutivo, la imagen original de la Virgen de Luján será sacada a la puerta de la Basílica, para que pueda estar al alcance de los fieles que participen de la misa.

También, se ofrecerá el Sacramento del Bautismo a todos los peregrinos que elijan recibirlo en el camino a Luján, en un puesto ubicado en el cruce de las ruta 7 y 6.

Más de 5.000 voluntarios colaboran en los más de 50 puestos de apoyo que van a estar montados a lo largo de la ruta para asistir a los peregrinos.

«El año pasado tardamos casi 16 horas en llegar caminando a Luján y el tramo a partir de la Reja es lo que más cuesta porque te parece interminable, pero es un alegría inmensa cuando te acercás cantando a la Basílica y sentís mucha paz», comentó.

La peregrinación a pie a Luján se realiza desde 1975 y es una de las manifestaciones de fe más importantes de la iglesia católica.

Virgen de Luján o Nuestra Señora de Luján, es una de las advocaciones con la que se venera la figura de la Virgen María en el catolicismo. Se la considera patrona de Argentina, Paraguay y Uruguay.
La imagen original es pequeña y sencilla, de solo 38 cm de altura, realizada en arcilla cocida y representativa de la Inmaculada Concepción. Los hechos que se sucedieron en torno a ella y que determinaron su permanencia en las cercanías del río Luján en el siglo XVII fueron interpretados como providenciales por lo fieles católicos. Desde las primeras marchas obreras hacia la basílica de Nuestra Señora de Luján a fines del siglo XIX, hasta las multitudinarias peregrinaciones anuales en el presente, que superan el millón de personas, Nuestra Señora de Luján se ha convertido en una imagen emblemática, que convoca las mayores manifestaciones de fe de la Argentina. Hoy se la considera uno de los símbolos de la cultura de ese país.

El origen de la advocación se remonta a 1630. Antonio Farías Sáa, un hacendado portugués radicado en Sumampa (actual provincia de Santiago del Estero, Argentina), quiso erigir en su estancia una capilla en honor de la Virgen. Solicitó a un compatriota suyo, residente en Brasil, el envío de una imagen de la Inmaculada Concepción de María. Para una mejor elección, su amigo le envió dos imágenes. En el mes de mayo de 1630, las imágenes de la Virgen llegaron al puerto de Buenos Aires procedentes de San Pablo y, acondicionadas en sendos cajones, fueron colocadas en una carreta.

Luego de tres días de viaje, la caravana a la cual se incorporó la carreta hizo un alto a 5 leguas de la actual ciudad de Luján, en el paraje de Zelaya, para pernoctar en la Estancia de Rosendo de Trigueros.
Al día siguiente, ya dispuestos a continuar la marcha, los bueyes no consiguieron mover la carreta. Después de intentos fallidos, bajaron uno de los cajones y los bueyes iniciaron la marcha sin dificultad. Intrigados por el contenido del cajón, encontraron al abrirlo una imagen pequeña (38 cm de altura) de arcilla cocida que representaba la Inmaculada Concepción. Los creyentes interpretaron el hecho como providencial, y entregaron la imagen para su custodia a don Rosendo de Oramas, el dueño de la casa ubicada en la actual localidad de Zelaya, del partido del Pilar, a algo más de 20 km del actual emplazamiento del santuario. La segunda imagen, que representaba a María con el niño en sus brazos, llegó a destino, y en 1670 se le contruyó un santuario donde se la veneró bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación.

Entrada a la ermita que constituyó la primera morada de la imagen de la Virgen, más conocida como «El lugar del milagro». Hoy es un punto turístico de la localidad de Zelaya y del partido del Pilar.
Enterados del hecho en Buenos Aires, muchos vecinos acudieron a venerar la imagen y, al crecer la concurrencia, don Rosendo le hizo construir una ermita donde permaneció desde 1630 hasta 1674.
De hecho hoy existe en aquel emplazamiento, conocido como Lugar del milagro, un convento y una pequeña capilla de adobe y piso de tierra -que puede visitarse- que recuerda a aquella ermita que se erigiera como primer santuario.
Se la llamó la Virgen Estanciera y la Patroncita Morena. Manuel, un pequeño esclavo que venía con la caravana y fue testigo de lo sucedido, viendo su patrón el intenso amor que demostraba a la Virgen lo dejó a las órdenes de la Inmaculada. Se lo destinó al exclusivo cuidado de la imagen, lo que hizo hasta su muerte. Se encargaba del orden en la ermita y de los vestidos de la Virgen, dirigiendo los rezos de los peregrinos. Al fallecer don Rosendo, su estancia quedó abandonada, pero Manuel continuó, con constancia, el servicio que se había impuesto.
Muy preocupada con la «soledad de la Virgen» en ese paraje que hoy es Zelaya, la señora Ana de Matos, viuda del capitán español Marcos de Sequeira y propietaria de una estancia muy bien defendida ubicada sobre la margen derecha del río Luján, no viendo ningún interés por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas, le solicitó al administrador de la estancia del fallecido don Rosendo la cesión de la imagen de la Virgen de Luján. Ella le aseguró el cuidado y la construcción de una capilla «digna y cómoda», facilitando la estadía de los peregrinos. Juan de Oramas, el apoderado, aceptó la oferta y doña Ana de Matos le pagó por la cesión de la imagen.
Feliz de haber logrado su propósito, la instaló en su oratorio, pero a la mañana siguiente, cuando se dirigió ahí para rezar, descubrió con asombro y angustia que la Virgen no estaba en su altar. Al buscarla se la encontró en el «Lugar del Milagro».
Se creyó en un principio que era el propio Manuel – a quien no habían permitido en un principio acompañar a la Virgen – quien llevaba a la «Patroncita Morena» a su antigua morada. Hasta se lo llegó a estaquear en el piso para que no hurtara la imagen. Sin embargo la imagen seguía «volviendo» a su primer lugar.

En 1930 se cumplieron 300 años de la llegada de la imagen a la Argentina. A principios de ese año, el obispo diocesano de La Plata y de Luján, monseñor Francisco Alberti, solicitó en nombre conjunto de los episcopados argentino, uruguayo y paraguayo al papa Pío XI, la declaración oficial de la Virgen de Luján como patrona de las tres Repúblicas.

Su festividad se celebra el 8 de mayo. Ya que se trata de una imagen de la Inmaculada Concepción, también se celebra el 8 de diciembre.

La foto es de hace dos años justo y llegamos el mismo domingo,pero en auto.. un día como hoy, en que los peregrinos ya llegaron a venerar a su patrona y Madre.
No podía con mi cuerpo..pero Ella en todas sus advocaciones, permitió que sanara y hoy desde aquí le agradezco por cuidarme siempre.

Florecillas de María

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Que hayan nacido estos regalos de la naturaleza en el acceso del árbol de las apariciones , a la capilla de Prado Nuevo y delante de donde descansa Luz Amparo, es un regalo delicado y un guiño del Cielo para mi alma ya que no existe ninguna flor natural, más que las plantadas a modo de decoración.
Con las lluvias, el prado está bellísimo y hoy primer sábado de mes os llevo a todos, todos y si queréis escribir vuestras peticiones a la Virgen, Ella las escucha y yo las entrego.


Santa María Faustina Kowalska

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Santa Faustina nació en el seno de una familia campesina en la aldea de Glogowiec, en Swinice Varckie, Polonia; era la tercera entre ocho hermanos, que fueron formados con gran disciplina espiritual, sobre todo por su padre. Faustina apenas contó con un año y medio de estudios escolares.
A los 9 años tomó la Primera Comunión en la Iglesia de San Casimiro. Antes de entrar en el convento trabajó en 1919 como sirvienta en casa de unos amigos de la familia Bryszewski en Aleksandrów Lódzki, luego en 1922 viajó a Lódz y durante un año trabajó en la tienda de Marejanna Sadowska. Al finalizar este trabajo marchó a Varsovia con la intención de entrar en el convento pero la superiora le encomendó reunir una pequeña dote para su ajuar, lo que la llevó entonces a trabajar como sirvienta o doméstica por un año, hasta 1925.
Ella misma cuenta que al ir a una fiesta con su hermana Josefina tuvo una experiencia que marcó su vida. Estando bailando pudo ver a Jesús parado junto a ella, lleno de llagas dejándole este mensaje:

» Helena, hija Mía, ¿cuándo cesarás de ignorarme y cuánto más estarás alejada de Mi lado? »
Este suceso la hizo salir de la fiesta para dirigirse a la catedral de San Estanislao de Kostka; al llegar pidió al Señor que le dijera qué era lo que debía de hacer. Luego de oración profunda y de pedir perdón cuenta que escuchó estas palabras:
» Ve inmediatamente a Varsovia; allí entrarás en un convento »

Capilla de Santa Faustina en el Santuario de la Divina Misericordia (Cracovia, Polonia).

La pobreza de Faustina Kowalska era extrema, hasta el punto de no poder acceder a ningún convento.
Finalmente se dirigió a la Casa Madre de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia donde por fin fue atendida, y tras un año de ahorro para poder contar con un ajuar, pudo entrar en agosto de 1925 (fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles) como postulante.
Semanas después de su entrada al convento tuvo tentaciones de abandonar, pero (según sus memorias) nuevamente el Señor se presentó en su celda pidiéndole que no lo hiciera.4 En este convento trabajó en la cocina, y fue encargada de limpiar el cuarto de la Madre Barkiewez y de cuidarla durante su enfermedad.
A principios de 1926, la enviaron al noviciado en Józefów en Cracovia para terminar su periodo de postulación, y el 30 de abril tomó el hábito religioso como novicia recibiendo el nombre de Sor María Faustina del Santísimo Sacramento.

Las apariciones de Jesús Misericordioso

El 22 de febrero de 1931, Sor Faustina dijo tener la primera revelación de la Divina Misericordia estando en su celda. La escena de dicha revelación y las palabras que escuchó de los labios de Jesús están plasmadas en su diario. Según cuenta, entre otras cosas Jesús pidió que pintase una imagen suya.5 Ante esta propuesta se requirió los servicios artísticos del pintor Eugenio Kazimiroski que realizó el retrato siguiendo las instrucciones de sor Faustina. Esta imagen fue presentada y venerada públicamente en Ostra Brama (Vilma) entre el 26 y el 28 de abril de 1935 siendo la primera imagen jamás pintada del Señor de la Misericordia.nota 1 Pero la imagen que se hizo famosa en el mundo entero fue la realizada por el pincel de Adolf Hyla, ofrecida como agradecimiento por la salvación de su familia de la guerra.

Santa Faustina escribió un diario en el que recogió los mensajes que recibió de Jesús. De aquí surgió la devoción a la Divina Misericordia. Esta devoción considera que la principal prerrogativa de Jesús es la misericordia y que es la última tabla de salvación. Se accede a la misericordia por la confianza. Esta devoción está integrada por el mensaje de la Divina Misericordia, la Coronilla de la Divina Misericordia, la Imagen de la Divina Misericordia, la Fiesta y hora de la misericordia (las 3 pm.).

Sus últimos días

En los últimos años de su vida aumentaron los sufrimiento interiores de tipo espiritual, y las dolencias del cuerpo: se desarrolló la tuberculosis que atacó sus pulmones y sistema digestivo. A causa de ello se le internó dos veces en el hospital de Pradnik, por varios meses. Falleció el 5 de octubre de 1938, a los 33 años, de los cuales 13 fueron vividos en el convento.
Su funeral tuvo lugar dos días más tarde, en la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Su cuerpo fue sepultado en el cementerio de la Comunidad en Cracovia, y luego en 1966, fue trasladado a la capilla.
Beatificación y canonización

Veintisiete años después de la muerte de Sor Faustina comenzó el proceso de canonización. Fueron presentados a consideración dos casos de sanaciones milagrosas. El primero fue en Massachusetts a la Sra. Maureen Digan y el siguiente milagro fue la sanación de una condición congénita del corazón del Padre Pytel en el día del aniversario de la muerte de Sor Faustina, el 5 de octubre de 1995.
El 18 de abril de 1993, día de la Fiesta de la Divina Misericordia, (Segundo Domingo de Pascua, Octava de Pascua), Juan Pablo II declaró beata a Sor Faustina frente a una multitud de devotos de la Divina Misericordia en la plaza de San Pedro en Roma.7
María Faustina Kowalska fue canonizada el 30 de abril de 2000, segundo domingo de Pascua (Octava de Pascua de Resurrección), día al que la Iglesia católica denomina también domingo de la Divina Misericordia. El Santo Padre presidió la ceremonia de canonización ante una gran multitud de peregrinos de la Divina Misericordia. Santa Faustina posee el honor de ser la primera Santa canonizada en el tercer milenio.
El 2011, en ocasión del 2º Congreso mundial de la Divina Misericordia, se le dirigió una carta a Benedicto XVI solicitando la apertura del dossier que estudie la posibilidad de proclamar a María Faustina Kowalska doctora de la Iglesia.8